150 nuevas represas podrían destruir la conectividad del Río Amazonas y acarrear deforestación.
Construcción de un canal para el proyecto de la Represa de Belo Monte, cerca a Altamira; foto tomada por Daniel Beltrá para Greenpeace. Una vez completada, la Represa de Belo Monte será la tercera represa más grande del mundo, llegando a sumergir hasta 400.000 hectáreas y desplazando a 20.000 personas. Image © Daniel Beltrá / Greenpeace.
Más de 150 nuevas represas concebidas para cruzar la Cuenca del Amazonas podrían perturbar significativamente la conectividad ecológica entre el Río Amazonas y los Andes, y tener impactos sustanciales en las poblaciones de peces, el ciclo de nutrientes y la salud del bosque tropical húmedo más grande de la Tierra, según advierte un estudio exhaustivo publicado en la revista especializada PLoS ONE.
Con registros de datos públicos y solicitudes de información a gobiernos, los investigadores Matt Finer de Save America’s Forests y Clinton Jenkins de North Carolina State University documentaron planes para nuevas represas en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú. Encontraron que 40 por ciento de los proyectos ya estaban en estadios avanzados de planificación y que más de la mitad iban a ser represas grandes de más de 100 megavatios. Es posible que sesenta por ciento de las represas “cause la primera gran ruptura en la conectividad entre las cabeceras andinas protegidas y las tierras bajas amazónicas” y que más del 80 por ciento “lleve a una deforestación debido a nuevos caminos, líneas de transmisión o inundaciones.”
“Estos resultados son bastante preocupantes dado el crítico vínculo entre las montañas andinas y la planicie aluvial amazónica,” declaró Finer, el autor líder. “No parece haber una planificación estratégica que considere las posibles consecuencias de perturbar una conexión ecológica que ha existido por millones de años.”
Lago Balbina, una reserva artificial creada para surtir de energía hidroeléctrica a la ciudad de Manaos en Brasil. (Foto cortesía de Jacques Descloitres, MODIS Rapid Response Team, NASA/GSFC)
Finer y Jenkins observan que los Andes son fuente crítica de sedimentos, nutrientes y materia orgánica para el Río Amazonas; alimentos con los cuales la llanura aluvial mantiene el exuberante bosque tropical húmedo de la Amazonía. El Amazonas y sus tributarios son avenidas críticas de peces migratorios que se dirigen a las áreas de cabeceras de río para desovar.
“Muchas especies de peces amazónicos, económica y ecológicamente importantes, desovan únicamente en ríos alimentados desde los Andes y entre ellos están los que migran desde las tierras bajas hasta los piedemontes,” escriben los autores. “La zona andino amazónica también alberga algunos de los bosques y ríos de la Tierra que más especies tienen. Está documentado que la región es extraordinariamente abundante en los taxones mejor estudiados… y que tiene altos niveles de endemismo de peces que apenas se han estudiado. Por ende, preocupa cualquier impacto de las represas sobre los ríos o cualquier pérdida de bosques que generasen.”
Finer y Jenkins condujeron un meta análisis de la conectividad y la infraestructura de ríos para producir un “puntaje de impacto ecológico” para las 151 represas. Cuarenta y siete por ciento de las represas fueron clasificadas de “alto impacto” y sólo 19 por ciento de “bajo impacto”. Es posible que once de las represas afecten directamente un área de conservación.
Represas planificadas en la Cuenca Amazónica según el nuevo documento. Pulse en la imagen, o aquí, para ampliarla, here for a very large version of the map. |
También podría ser que los proyectos hidroeléctricos tengan impactos sociales. Cuarenta represas serán construidas en inmediaciones, “corriente arriba o abajo”, de un territorio indígena.
Preocupados, los autores concluyen que no parece haber una política que evalúe todas las cuencas por los impactos sociales y ecológicos potenciales de la ola de construcción de represas.
“Concluimos que urge evaluar estratégicamente las nuevas represas a nivel de las cuencas y generar un plan para mantener la conectividad Andes-Amazonas,” declaró Jenkins, coautor del estudio. “También pedimos reconsiderar la noción generalizada de que la energía hidroeléctrica es fuente de energía de bajo impacto en los Neotrópicos.”
Finer y Jenkins advierten que es posible que la percepción de que las represas son fuente limpia de energía en áreas de bosque tropical húmedo lleve a subsidios inicuos para proyectos vía el mercado del carbono.
“Durante evaluaciones de proyecto, las instituciones y los instrumentos que apoyan las represas neotropicales, como las instituciones financieras internacionales y el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), deberían considerar la extensa gama de factores que aquí se examina,” escriben.”De no hacerlo, se somete a ríos y bosques tropicales al creciente riesgo que suponen las estrategias para mitigar el cambio climático que, de otro modo, son bien intencionadas.”
Phil Fearnside está de acuerdo. Aunque no participó en el documento, Fearnside, investigador apreciado en el Instituto Nacional de Investigación de la Amazonía (INPA, por sus siglas en portugués), condujo un análisis exhaustivo de las emisiones de gas de efecto invernadero de las represas del Amazonas.
“La otra razón de que el crédito MDL de estas represas sea mala para el clima es que virtualmente ninguna de ellas es adicional,” dijo Fearnside a mongabay.com. “En otras palabras, las represas serán construidas de todas formas; darles crédito es desperdiciar los recursos que se tienen para luchar contra el calentamiento global y permitir que los países que compran el crédito emitan más carbono.”
Una visión de conjunto
Finer, autor del estudio, dice que los gobiernos necesitan examinar minuciosamente los actuales planes de desarrollo de represas que pudiesen afectar la productividad a largo plazo de los ecosistemas mismos que sostienen los ríos amazónicos.
“Como los gobiernos de la región andino amazónica hacen de la energía hidroeléctrica la protagonista de sus planes energéticos a largo plazo, se necesita planificación estratégica para minimizar los impactos de una ola planificada de nuevas represas en la zona de mayor diversidad biológica de la Tierra,” le dijo a mongabay.com.
“Las principales seis conexiones entre los Andes y la Amazonía han sido, hasta ahora y en gran parte, de libre flujo. La construcción de las dos megarepresas sobre el Madeira pronto las reducirá a cinco. Documentamos muchos planes para otros tres grandes ríos (Ucayali, Marañón y Napo), así que muy pronto se reducirán a dos. ¿Cuáles serán las implicaciones de esto?”
“Estas represas podrían tener impactos de enorme alcance sobre la Amazonía, desde los Andes Altos hasta las tierras bajas del Brasil,” agregó Jenkins. “Los impactos ecológicos podrían ser impredecibles y potencialmente irreversibles.”
Finer M and Jenkins CN (2012) Proliferation of Hydroelectric Dams in the Andean Amazon and Implications for Andes-Amazon Connectivity. PLoS ONE 7(4): e35126. doi:10.1371/journal.pone.0035126