- 149 países presentaron sus planes para reducir sus emisiones de carbono.
- Brasil es el primer país en vías de desarrollo que promete una reducción absoluta de sus emisiones de carbono (37 por ciento en la próxima década).
- México prometió la reducción de sus emisiones de hasta un40 por ciento para el año 2030.
Los países de América Latina, junto a la mayoría de otras naciones en vías de desarrollo, no habían mostrado liderazgo hasta hace poco en el debate sobre las posibles soluciones para el cambio climático.
Pero desde el cierre de la conferencia de cambio climático en Lima en 2014 (COP20), un mayor número de estados de la región han estado tomando iniciativa. Lo están haciendo a través de un nuevo acuerdo internacional basado en las denominadas Contribuciones Nacionales Determinadas (Intended Nationally Determined Contributions o INDC).
Básicamente, las INDC motivan a gobiernos a comunicar públicamente los pasos que seguirán para reducir sus emisiones, tomando en consideración sus circunstancias y capacidades particulares. A través de estos compromisos, algunos países también expresan sus planes para la adaptación, así como sus deseos para la adopción de políticas y estilos de vida que produzcan menos emisiones de carbono.
Durante la COP21 en París, los negociadores combinarán los INDC de cada país dentro de un nuevo acuerdo que entrará en vigor en 2020. El objetivo común será de evitar que las temperaturas globales suban más allá de los dos grados Celsius para el año 2100.
El primero de Octubre fue la fecha tope para la presentación de INDC; un récord de 149 países ofrecieron sus planes. Entre ellos, se encontraban Brasil, México, Colombia, Chile, Argentina, Perú y Costa Rica. Bolivia y Venezuela no presentaron propuestas. Ecuador, Uruguay y Guayana tampoco fijaron metas procentuales.
“En comparación con los objetivos de reducción de emisiones del resto del mundo, Brasil está en una buena posición”, dijo a The Guardian Carlos Rittl, el secretario ejecutivo del Observatorio Climático, una coalición de organizaciones a nivel global.
Pero Rittl advirtió que sin embargo, la promesa de Brasil — de reducir sus emisiones de carbono en un 37 por ciento para el año 2025 — no es lo suficientemente ambiciosa como para ayudar a prevenir una subida de temperatura de 2 grados centígrados.
“Es un gran primer paso, pero aunque los objetivos de Brasil sean mejores que los de otros países, no son lo suficientes para resolver el problema”, añadió.
Entre los países de América Latina, México fue el primero en publicar su plan, en el cual se compromete a disminuir sus emisiones un 25% con respecto a su contexto actual.
Costa Rica se comprometió a reducir sus emisiones en un 35%, junto a una ambiciosa meta de ser carbono-neutral para el 2021. Colombia y Perú se comprometieron a reducciones de un 20%. Chile en un 30%; Honduras y Argentina en un 15%.
Lo que falta por ver es si los compromisos de cada país de América Latina serán suficientes como para crear un verdadero impacto en el clima del futuro.
Hace seis años, durante COP15 en Copenhague, se calculó que el mundo vería un incremento de temperaturas globales de 5°C. Hoy en día, gracias a las promesas INDC de la región, se estima que por lo menos llegarán a un nivel algo más bajo, de 2.7°C.