- Washington Bolívar ha denunciado haber recibido mensajes de fuentes sin identificar que daban a entender que su vida y la de su familia estaban en peligro si seguía cuestionando la legalidad de una plantación de palma de aceite en la región de Ucayali.
- Los datos recogidos con satélite indican que Plantaciones de Pucallpa y otra empresa, Plantaciones de Ucayali, han despojado a la región de más de 9400 hectáreas de bosque primario. United Oils, empresa matriz de estas dos compañías, niega haber talado bosques primarios y haber amenazado a Bolívar.
- Desde 2002, aproximadamente 60 personas han muerto a causa de sus campañas por los derechos humanos o la protección de los bosques en Perú.
Un activista en la Amazonía Peruana ha recibido múltiples amenazas de muerte, supuestamente como respuesta a sus protestas en contra de la tala de miles de hectáreas de bosque primario propiedad de las comunidades indígenas para plantar palma de aceite.
Según un comunicado de prensa del Forest Peoples Programme (FPP), grupo en defensa de los derechos humanos con sede en el Reino Unido, fuentes sin identificar han enviado mensajes a Washington Bolívar en los que daban a entender que su vida y la de su familia estaban en peligro si seguía cuestionando la legalidad de una plantación de palma de aceite en la región de Ucayali.
Bolívar es un activista indígena que ha trabajado con la comunidad Shipibo del pueblo de Santa Clara de Uchunya en el último año para oponerse a la destrucción de lo que los miembros de la comunidad llaman sus “bosques tradicionales”, explicaba FPP en el comunicado.
El activismo para proteger los bosques puede ser peligroso. Desde 2002, aproximadamente 60 personas han muerto a causa de sus campañas a favor de los derechos humanos o la protección de los bosques en Perú. En septiembre de 2014, cuatro líderes indígenas de la comunidad Asháninka, la tribu más grande de Perú, fueron presuntamente asesinados en el pueblo Ucayali de Saweto por su oposición a la tala ilegal.
FPP publicó el texto con las últimas amenazas que ha recibido Bolívar. Dice: “Washington… Te vamos a matar si sigues jodiendo. Las tierras no son tuyas… Tú y tu familia no vivirán. Déjanos trabajar si no quieren morir todos…”.
“Estoy preocupado pero no me callaré”, afirmó Bolívar en el comunicado. “El mundo debe saber lo que las empresas del Grupo Melka están haciendo a nuestros territorios”.
Plantaciones de Pucallpa, la empresa responsable de la plantación cerca del pueblo, sostiene que está en su derecho de instalar una plantación de palma de aceite en este territorio, y que el comunicado se basa en contenido sesgado, subjetivo e improbable.
“Nuestra organización es respetuosa con las leyes peruanas e internacionales con respecto a la gente y al medioambiente”, escribió Ulises Saldana, director de relaciones institucionales con United Oils, en una carta a FPP que la empresa compartió con mongabay.com. United Oils es la empresa propietaria de varias filiales de palma de aceite en Perú, entre ellas Plantaciones de Pucallpa.
En mayo de 2015, un análisis por satélite del Proyecto Monitereo de la Amazonía Andina mostró que Plantaciones de Pucallpa y otra empresa controlada por United Oils, Plantanciones de Ucayali, habían despojado a Ucayali de más de 9400 hectáreas de bosque primario. Una acusación que Saldana niega rotundamente.
“Estas tierras no se pueden definir como vírgenes o bosque primario de ninguna manera”, escribió.
Sin embargo, el cuatro de septiembre, el Ministro de Agricultura de Perú suspendió, tras una investigación a finales de agosto, todas las actividades en la plantación de Plantaciones Pucallpa hasta que la empresa pueda proporcionar pruebas de estudios medioambientales adecuados que muestren que la tierra es apropiada para la agricultura.
United Oils tiene su sede en las Islas Caimán y está dirigida por el empresario checo-americano Dennis Melka. Anteriormente, Melka había dirigido una empresa de plantación de palma de aceite en el sureste asiático. En la actualidad, es también Director Ejecutivo de United Cacao, empresa con una filial peruana a la que también se ha acusado de talar bosque primario para plantaciones agrícolas.
Melka tiene la intención de llevar la agricultura a gran escala a Perú. “Lo que hemos hecho es tomar el modelo agroindustrial de plantación, que es muy común aquí en el sureste asiático”, declaró Melka para el periódico financiero The Edge Singapore.
En otro comunicado de prensa del dos de noviembre, FPP afirmó que gran parte de los 500 habitantes de Santa Clara de Uchunya dependen “casi por completo de la caza, la pesca y la recolección de recursos del bosque” para su supervivencia, actividades que, según Bolívar, se han visto afectadas por el desarrollo de la plantació.
“Nuestras tierras han sido asoladas, todo el bosque ha desaparecido y los arroyos están completamente revueltos y bloqueados”, contó Bolívar. “Ahora solo hay un arroyo que podamos utilizar con agua potable limpia”.
Plantaciones de Pucallpa adquirió estos terrenos en 2012 del “gobierno regional de Ucayali tras ignorar por completo los derechos legales a sus tierras tradicionales y sin ningún proceso de consulta o consentimiento”, declaró Robert Guimaraes en el comunicado de FPP del dos de noviembre. Guimaraes es el presidente de la Federación de Comunidades Nativas de Ucayali (FECONAU), organización indígena que según FPP representa al pueblo de Santa Clara de Uchunya.
No obstante, la plantación parece tener apoyos. En un vídeo publicado en la página web de United Oils, Grimaldo Villacorta, presidente de la Federación Nativa de Comunidades Cacataibo (FENACOCA), cuestiona las intenciones de Bolívar y dice que Bolívar no habla en nombre de su organización.
Cuando un entrevistador sin identificar y fuera de cámara pregunta: “¿Entonces, Washington Bolívar es un oportunista que se aprovecha de la gente para obtener reconocimiento en su favor?”, Villacorta dice que sí, pero no ofrece ningún ejemplo específico de cómo se estaría beneficiando Bolívar.
Ulises Saldana habló del comunicado de FPP del 18 de noviembre como “totalmente irresponsable”. También dijo que “la prensa” que sea “producto de información sesgada y subjetiva” podría “generar consecuencias irreparables de injusticia social y violencia”.
Además de reivindicar el derecho de la empresa a desarrollar la zona en cuestión, dijo que la suspensión del Ministro de Agricultura se basaba en “informaciones erróneas”, que la empresa había entregado pruebas que confirmaban la legalidad de las plantaciones, y ha solicitado la “reconsideración” de la suspensión.
En una entrevista de abril, Roberto Espinoza, asesor forestal del grupo AIDESEP que defiende a los pueblos indígenas en Perú, expresó su preocupación acerca de la intención del gobierno de permitir ese desarrollo –en particular de palma de aceite, a la que llama “ecocida” que ha dejado “desiertos verdes” a su paso por Indonesia y Malasia– en las tierras que tradicionalmente han sido propiedad de las comunidades indígenas.
“No estamos en contra del comercio ni de la agricultura. Nuestras comunidades también quieren esto, pero esto se puede hacer dejando el bosque en pie”, dijo Espinoza.
Uno de los problemas, afirmó, es que 20 millones de hectáreas de territorios indígenas esperan la llegada de títulos de propiedad. Cuando estas tierras acaban en manos de empresas agrícolas, mineras o energéticas, se cuestiona el compromiso del gobierno con sus pueblos indígenas y con la comunidad internacional.
Perú ha prometido eliminar la deforestación neta dentro de sus fronteras para 2021, y se espera que los líderes anuncien otro compromiso voluntario para la protección de los bosques en la próxima Cumbre sobre el Clima de la ONU en París, COP21, según FPP.
“El prestigio de Perú está en juego porque se está comprometiendo… a ser un país serio y responsable que quiere reducir la deforestación,” dijo Espinoza. Sin embargo, si el gobierno sigue permitiendo el desarrollo de los bosques mantenidos por los indígenas, añadió, “nadie se lo va a creer y Perú va quedar en ridículo”.
“No queremos que Perú repita lo que han hecho Indonesia y Malasia”, afirmó Espinoza. “Sería una gran desgracia que una destrucción de la magnitud sufrida en esos dos países se repitiera en Perú, y eso es algo que debería detenerse este año”.