- Según el Ministerio de Cultura existen 6 pueblos indígenas en aislamiento (PIA) y 3 en estado de contacto inicial (PICI).
- En el Perú existen 5 reservas territoriales que protegen la integridad de los pueblos en aislamiento.
- Actividades extractivas como la tala y la minería ilegales amenazan su salud.
- Expertos de Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú se reúnen hoy para discutir la situación de estas poblaciones en el Foro Internacional “Avances y desafíos para la protección de los pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial en la región amazónica”.
En los últimos años cada vez es más común su avistamiento, pero se ignoran las consecuencias de esta repentina exposición a un medio al que no están acostumbrados. Hablamos de los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario y Contacto Inicial (PIACI), denominación establecida por el Ministerio de Cultura de Perú. Se trata de miles de personas que poseen un sistema inmunológico muy distinto al de la población occidental y que ponen en riesgo sus vidas cada vez que dejan su medio y entran en contacto con un espacio ajeno.
“Son pueblos indígenas que no han desarrollado relaciones sociales sostenidas con los demás integrantes de la sociedad o habiéndolo hecho optaron por discontinuarla”, define la Oficial en Conservación de WWF Perú, Johana Deza Grados. Sin embargo, esto ha cambiado en los últimos años, los avistamientos se han vuelto cada vez más comunes y por lo tanto también la muerte de algunos de ellos, al contagiarse de virus que sus cuerpos no saben como combatir.
Actualmente, existen cinco reservas territoriales que protegen a los pueblos en aislamiento y que abarcan 2 millones de hectáreas del territorio peruano. Las poblaciones PIACI están distribuidas en tres regiones peruanas: “Isconahua”, “Mashco Piro” y “Murunahua” en la región de Ucayali; “Madre de Dios” en la región de Madre de Dios; y “Kugapakori, Nahua, Nanti y Otros” entre las regiones de Cusco y Ucayali.
La buena noticia es que tres de las reservas territoriales están a punto de ser categorizadas como reservas indígenas, es decir, contarán con el reconocimiento del Gobierno central y no solo de su localidad. “Esto les da un respaldo jurídico más alto que los protege mediante decreto supremo. La idea es que todas las reservas territoriales pasen a ser indígenas”, explica Deza. Además, hay otras cinco propuestas de reservas indígenas en curso que abarcarían 5 millones de hectáreas de la Amazonía.
La importancia de la creación de las reservas indígenas reside en que reconoce la vulnerabilidad de los PIACI y su derecho a la libre autodeterminación, valor reconocido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, ambos ratificados por el Perú y también por algunos países en el resto de Sudamérica. Estos convenios internacionales suelen ser regionales porque toman en cuenta que los PIACI son nómades y a menudo traspasan las fronteras. Ellos habitan territorios de los países amazónicos como: Brasil, Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela o las Guyanas.
Cada vez hay más contacto
Existen dos tipos de niveles según el tipo de contacto que estas poblaciones indígenas establecen con la sociedad occidental, señala la experta de WWF Perú. Están los indígenas en contacto inicial (PICI) y los que se encuentran en aislamiento (PIA); “puede ser que estos pueblos no hayan tenido contacto antes o de forma esporádica, pero por razones históricas hayan decidido aislarse”, dice Deza.
Los PIA son las poblaciones Isconahua, Mashco Piro, Machiguenga, Mastanahua, Murunahua y Chitonahua; por otro lado, están los PICI que son los pueblos Yora o Nahua, Machiguenga y Amahuaca. Un acontecimiento histórico que cerró las vías de comunicación entre los pueblos aislados y la sociedad occidental fue la época del caucho, durante el fin del siglo XIX y principios del XX, en donde se explotó en condiciones de esclavitud a cientos de indígenas, lo cual ocasionó su huida.
No obstante, el alejamiento se está reduciendo porque las empresas extractivas están cada vez más interesadas en sus territorios. Se tiene registro, según Deza, de que en las reservas territoriales Murunahua e Isconahua existe la tala ilegal de madera y que en otras áreas protegidas se practica la minería ilegal.
También hay razones menos violentas por las que hay un contacto entre sociedades. Por ejemplo, en la cuenca del Curanja, en el río Purús (Ucayali), algunos pueblos aislados se dirigen hacia las comunidades atraídos por objetos metálicos como machetes, cuchillos, ropa. “Por eso debe haber un trabajo con las comunidades asentadas cerca de las reservas territoriales para que no corra peligro la vida de los PIACI ni los pobladores se sientan amenazados”, dice la experta, que aconseja que se establezca de forma conjunta entre los diferentes niveles de gobierno un “cordón sanitario integral”, para que se les proteja sin contactarlos.
Esta es una problemática que alcanza a los países amazónicos, por eso representantes de instituciones públicas y organizaciones indígenas de Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú se reunirán el 6 y 7 de julio para mostrar sus avances en la protección de los PIACI. Además, expondrán cuáles son las principales amenazas que existen sobre estas poblaciones, incidiendo sobre todo en el trabajo de atención sanitaria.