- Entre el Refugio de Vida Silvestre Laquipampa, el área de conservación privada Chicuate-Chinguelas y área de conservación ambiental Cachiaco-San Pablo hay 800 hectáreas de bosque quemadas.
- Un total de 1760 hectáreas se quemaron entre el Parque Nacional Cutervo, el Santuario Nacional Tabaconas-Namballe, el Bosque de Protección Pagaibamba y el ACP Huaricancha.
- “La reacción del Estado frente a los incendios ha sido tardía”, dice Ernesto Ráez, ecólogo tropical que ha seguido de cerca el impacto de los incendios forestales.
Los incendios forestales que afectaron al sector noroccidental del Perú han quemado un total de 2560 hectáreas de bosques en áreas protegidas por el Estado, según el último reporte del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP). Las llamas que afectaron a las ANP se dieron en tres regiones: Lambayeque, Cajamarca y Piura, donde predominan los ecosistemas de los páramos y los bosques montanos. En dichas zonas se desarrollan “malas prácticas de quema de pastos y zonas agrícolas durante una época de intensa sequía”, indica a Mongabay Latam el investigador forestal de MAAP Matt Finer.
Entre el Refugio de Vida Silvestre Laquipampa (región Lambayeque), el área de conservación privada Chicuate-Chinguelas (región Piura), y área de conservación ambiental Cachiaco-San Pablo (región Piura), desaparecieron 800 hectáreas de bosques debido al fuego. Por otro lado, entre el Parque Nacional Cutervo (región Cajamarca), el Santuario Nacional Tabaconas-Namballe (región Cajamarca), el Bosque de Protección Pagaibamba (región Cajamarca) y el área de conservación privada Huaricancha (región Piura), el terreno quemado suma 1760 hectáreas.
“La respuesta del Gobierno frente a los incendios ha sido tardía. Me he comunicado con la gente que se encargó de apagar los incendios en las zonas afectadas y me dicen que (el Gobierno) se demoró en enviar personal y equipos necesarios para apagar el fuego. Por ejemplo, en el caso de Laquipampa fueron los mismos guardaparques, los biólogos y la población local los que acabaron por apagar el incendio”, explica a Mongabay Latam, el ecólogo tropical Ernesto Ráez.
Asimismo resalta que a nivel nacional existe solo un equipo especializado para enfrentar la proporción y complejidad de un incendio forestal. “El equipo especial para incendios forestales es uno solo, el de Machu Picchu, y no podía estar en todos los lados al mismo tiempo. Pero de que hubo reacción tardía, eso sin ninguna duda, y con reacción insuficiente”, agrega.
José Luis Capella, abogado del Programa Forestal de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) afirma que desde hace 15 años se esperaba que el Gobierno peruano desarrollara un Sistema Nacional de Prevención y Control de Incendios y Plagas Forestales. “Tanto en Ley Forestal del 2000, como en la nueva que está vigente desde el 2015, se precisa que debe existir un Sistema Nacional de Prevención y Control de Incendios y Plagas Forestales, pero hasta el momento no existe. Han pasado más de 15 años. Además otra deuda es que no existe un monitoreo estadísticos de incendios forestales a nivel nacional. Sin embargo, no olvidemos que la responsabilidad también recae en los gobiernos regionales y municipios locales que deben planificar su prevención, aunque muchos de ellos no tienen presupuesto para enfrentar a los incendios forestales”, explica a Mongabay Latam.
Una trágica pérdida
Dentro de la áreas naturales protegidas afectadas es necesario analizar la pérdida biológica de las áreas más representativas, según Finer. En el reporte se indica el caso del Refugio de Vida Silvestre Laquipampa, “que es un área natural protegida importante que conserva uno de los ecosistemas más amenazados del Perú, el Bosque Estacionalmente Seco del Noroeste, en donde se han perdido por lo menos 100 hectáreas”.
Otro punto a examinar, según el investigador forestal, es que las áreas protegidas, además de ser áreas de conservación biológica, son fuentes de agua para la población local. Así sucede con el Bosque de Protección Pagaibamaba, que es un refugio de páramo y bosques montanos que sirven para el abastecimiento de agua.
Ráez recuerda “la declaratoria de emergencia de sequía que se dio el día de hoy (7 de diciembre). No podemos evitar vincular los incendios forestales con la sequía que afecta gravemente al Perú, aunque tengo entendido que en zonas ya ha empezado a llover, pero debe entenderse el efecto de todo esto en la población”, advierte.
El 12 de agosto de este año, 24 especialistas de Perú, Brasil y Bolivia dedicados a la conservación del medio ambiente enviaron a sus gobiernos, entre ellos el peruano, una advertencia sobre los futuros incendios forestales que se podían producir debido a la condición seca del clima. “Durante las sequías extremas, la vegetación y la hojarasca pierden mucha humedad, se hacen mucho más propensas a coger fuego y arden a mayores temperaturas, de modo que los incendios ocurren con mayor facilidad y resultan más destructivos”, señala el documento.
En el oficio se señala que existen otras zonas del Perú vulnerables a incendios forestales. “En la región trinacional MAP, donde confluyen los departamentos de Madre de Dios (Perú), Acre (Brasil) y Pando (Bolivia), entre el 1 de enero y el 30 de julio pasados, los satélites han detectado 894 focos de calor, indicadores de quemas e incendios”.
Para poder evitar los incendios forestales, dice Ráez, se debe abogar por la prevención y no por la acción de apagar los incendios. Para eso, el Gobierno debe trabajar de cerca con los agricultores. “Los actores centrales para evitar los incendios forestales son los agricultores en primera instancia. De lo que se trata es de prevenir los incendios, no de estar apagándolos. Para eso se debe hacer un monitoreo del estado del tiempo y cuando haya muchos tiempo sin lluvia y resequedad de la vegetación, vientos fuertes, altas temperaturas, se deben enviar alertas para no hacer quemas para hacer cultivos porque son peligrosas. Y a quien no cumpla se le sanciona. Sé que es difícil de implementar, pero lo que sucede es que nos hemos quedado dormidos”, manifiesta.
Sin embargo, según el especialista, el Gobierno ya ha empezado a reaccionar en sus diferentes organismos para atender la problemática de los incendios. “Entiendo que hay reuniones al respecto. Hubo en la Comisión de Medio Ambiente y Ecología del Congreso. A la primera fui convocado la semana pasada. También el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) está revisando cómo enfrentar a los incendios. Veremos si la atención dura y conduce a algo concreto”, sostiene.