- Encuentro entre pueblos originarios peruanos y el Pontífice se realizará el jueves 19 de enero en Puerto Maldonado, Madre de Dios.
- Titulación de sus territorios, contaminación ambiental, preocupación por megaproyectos, la defensa de pueblos en aislamiento y el reconocimiento de su labor en la protección del planeta conforman esta agenda.
Este 19 de enero, el Papa Francisco llegará a Puerto Maldonado, capital de Madre de Dios, una de las regiones con mayor biodiversidad de la Amazonía peruana pero también una de las zonas más castigadas por la deforestación y la minería ilegal de oro. En esta ciudad tendrá un encuentro con representantes de las comunidades indígenas de Perú, Bolivia y Brasil, con quienes se reunirá en el Coliseo Regional Madre de Dios.
El obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, David Martínez Aguirre, ha declarado que las delegaciones indígenas ya se están desplazando hasta Puerto Maldonado y que lo están haciendo en autobuses, canoas, y avión.
“El Papa sabe que Madre de Dios está herida, no solo por los problemas ambientales, sino porque se está vulnerando el derecho a la vida, el derecho a la salud, los derechos humanos, y los más afectados somos los pueblos indígenas que vivimos ahí”, dice Lizardo Cauper, presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep)
El líder indígena espera que la llegada del Papa a Madre de Dios sea una oportunidad para enviar un mensaje al mundo sobre la situación de la Amazonía. Cauper también señala que para una verdadera inclusión social el Gobierno peruano debe crear un Ministerio de Pueblos Indígenas, una propuesta que harán durante su mensaje al Pontífice.
La misma visión tiene Julio Cusurichi, presidente de la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad), quien lidera la organización de los pueblos indígenas ante la visita del Papa Francisco a Puerto Maldonado. “Para nosotros, los pueblos indígenas, la llegada del Papa es importantísima porque es un líder que está poniendo en relieve el tema ambiental y los derechos humanos”, dice el presidente de Fenamad.
La decisión del máximo representante de la Iglesia Católica para visitar Madre de Dios responde, según la Conferencia Episcopal Peruana, a que esta región es símbolo de los pueblos originarios y amazónicos del Perú, pero además, tiene una problemática grande y seria vinculada a la minería ilegal, trata de personas, trabajo infantil, entre otros. En su encíclica Laudato sí (Alabado seas), publicada en el año 2015, el Pontífice expone su preocupación por el planeta y la urgencia de proteger lo que llama “nuestra casa común” y unir a todos los humanos en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral.
En el documento de 200 páginas Jorge Bergoglio también manifiesta su preocupación por las comunidades indígenas, de quienes dice, “no son una simple minoría entre otras, sino que deben convertirse en los principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios. Para ellos, la tierra no es un bien económico, sino un don de Dios y de los antepasados que descansan en ella, un espacio sagrado con el cual necesitan interactuar para sostener su identidad y sus valores. Cuando permanecen en sus territorios, son precisamente ellos quienes mejor los cuidan. Sin embargo, en diversas partes del mundo, son objeto de presiones para que abandonen sus tierras a fin de dejarlas libres para proyectos extractivos y agropecuarios que no prestan atención a la degradación de la naturaleza y de la cultura”.
En el encuentro que durará 45 minutos, líderes indígenas entregarán un manifiesto que contendrá las principales preocupaciones que enfrentan los pueblos amazónicos. Mongabay Latam conversó con el presidente de Fenamad, quien presentó los cinco temas centrales que resumen las preocupaciones de los pueblos indígenas de la Amazonía.
1.- Seguridad jurídica
La titulación de los territorios indígenas de manera integral es una preocupación central de los pueblos originarios en la Amazonía peruana y continental. En la última reunión de la COP, en Bonn, Alemania, representantes de diversas organizaciones indígenas de todo el planeta presentaron justamente el problema de la titulación como tema central de este encuentro.
Según la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) en la Amazonía aún faltan por titular 200 millones de hectáreas. De ese cifra, 20 millones corresponden a Perú. Un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Science ha señalado que la titulación de comunidades indígenas protege los bosques tropicales de la deforestación en Perú.
El reclamo no solo se refiere a la entrega de derechos de propiedad, sino principalmente a la forma en que están siendo tituladas. En Perú, solo las tierras dedicadas a la agricultura se entregan como propiedad a las comunidades, mientras que los bosques y territorios de aptitud forestal se otorgan en cesión de uso. Los indígenas exigen que la titulación de sus territorios sea integral, es decir, suelos, subsuelo y bosques y que se incluya todos los recursos naturales que se encuentran dentro de los mismos.
La diferenciación que mencionan va en contra de los establecido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre pueblos indígenas y tribales, acuerdo internacional que reconoce a los pueblos originarios y su derecho al territorio incluyendo sus recursos, explica Cusurichi.
El pedido también se extiende a la designación de las áreas naturales protegidas, pues los líderes indígenas manifiestan que la creación de las mismas no debería restringir los derechos de los pueblos originarios que viven dentro de estas zonas reservadas y que el manejo de estos territorios debe corresponder a los propios pueblos originarios.
2.- Contaminación ambiental
La Amazonía enfrenta procesos de contaminación en sus ríos y tierras, así como deforestación en sus bosques. La minería ilegal, la tala ilegal, el tráfico de tierras y las actividades extractivas se presentan como las causas de la destrucción de los bosques amazónicos. La contaminación por mercurio proveniente también de la minería ilegal e informal está afectando a toda la Amazonía.
En Perú, en la región de Madre de Dios, hasta donde llegará el Papa, este elemento tóxico está ocasionando efectos negativos en una población que fluctúa entre 40 000 y 50 000 personas y las poblaciones más afectadas son las indígenas que consumen peces y especies de los ríos contaminados con este mineral, según datos del mismo Ministerio de Salud del Perú.
Asimismo, una investigación de la Universidad de Michigan, de Estados Unidos, comprobó que las comunidades nativas de esta región que practican la minería artesanal y la pequeña minería tienen presencia más alta de mercurio en sus cuerpos que las comunidades nativas no mineras.
En Colombia, un estudio científico del 2016 denominado “Contaminación por Mercurio en Ecosistemas Acuáticos de Colombia” a cargo del Instituto Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi), concluyó que 24 departamentos de ese país enfrentan contaminación por mercurio. Esta investigación determinó que el nivel de mercurio supera hasta en 87 veces el nivel permitido por el propio Estado Colombiano.
Se calcula, además, que 200 toneladas de mercurio son vertidas a los ríos y suelos en Colombia anualmente, convirtiendo a esta nación en la más contaminada por mercurio en América, según refiere un Estudio Nacional de Agua publicado en 2014.
Bolivia también padece este problema ambiental y de salud pública. En este país que limita con Perú y cuyos representantes indígenas también estarán presentes en el encuentro con el Pontífice, diversos estudios han demostrado que existen rastros del metal pesado en indígenas que viven en las riberas del río Beni, entre San Buenaventura (La Paz) y Rurrenabaque (Beni), y que los niveles de toxicidad están por encima de los considerados tolerables por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
3.- Los megaproyectos
Una preocupación para los pueblos indígenas son los megaproyectos que se desarrollan en sus territorios o los que vienen siendo promovidos por diversos actores. Las concesiones para la explotación de hidrocarburos, la construcción de hidroeléctricas que atraviesan la selva, o las propuestas para la ejecución de carreteras que cruzan por los bosques, sobre territorio indígena e inclusive por zonas habitadas por los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial (PIACI).
Las protestas de las comunidades indígenas alrededor del lote 192, en la región Loreto, de la Amazonía peruana para exigir la paralización de la actividad petrolera es un ejemplo de los conflictos sociales alrededor de estos grandes proyectos.
La reciente multa impuesta por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) a la empresa estatal Petroperú, por más de 49 millones de soles a consecuencia de dos derrames de petróleo ocurridos en la Amazonía demuestran por qué las comunidades indígenas están preocupadas por los grandes proyectos en la selva.
Otro ejemplo es el proyecto de la Línea de Transmisión 220 KV Moyobamba-Iquitos y Subestaciones Asociadas, en la región Loreto, en Perú, que atravesaría el Abanico del Pastaza, un complejo de humedales de importancia mundial porque concentra una gran biodiversidad.
En Bolivia también se presentan reclamos por los grandes proyectos extractivos. Uno de estos casos es la Reserva Nacional de Flora y Fauna Tariquía, área protegida boliviana en el departamento de Tarija, que se vería afectada debido al deseo del Gobierno por incrementar la producción de gas.
También en Bolivia es latente el conflicto por la construcción de una carretera que atravesaría y afectaría el Parque Nacional y Territorio Indígena Isiboro Sécure (Tipnis).
4.- Defensa de los pueblos en aislamiento
En Perú, Colombia y Brasil, los pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial (PIACI) están en permanente peligro.
El país con la mayor extensión de bosques amazónicos es Brasil que ha destinado más de 26 millones de hectáreas para los pueblos indígenas no contactados, según la Fundación Nacional del Indio (FUNAI). En este país, las actividades extractivas son un agravante en la protección de estos pueblos, pues existen propuestas de construcción de hidroeléctricas, líneas de transmisión, carreteras y una ferrovía, que afectan el territorio indígena de los PIACI.
En Colombia la situación es más crítica. Recién en el año 2010 se logró confirmar oficialmente la existencia de PIACI en su territorio, según la ONG The Amazon Conservation Team.
En Perú, son diez los territorios que han sido propuestos para convertirse en reservas indígenas de los PIACI, pero cinco de estas aún esperan su categorización desde hace más de 20 años. Además, parte de estos territorios tienen superpuestos lotes petroleros y concesiones forestales que agudizan el riesgo de estos pueblos.
Un hecho reciente que ha levantado la voz de protesta de organizaciones indígenas y líderes ambientalistas en Perú ha sido la aprobación en el Congreso de la República del Proyecto de Ley 1123 que declara de interés nacional la construcción de carreteras en zonas de frontera del departamento de Ucayali, región donde se ubican cuatro de los territorios donde viven los PIACI. “Si el Ejecutivo aprueba esta ley sería un etnocidio para los pueblos indígenas en aislamiento”, dice Julio Cusurichi Palacios, presidente de Fenamad.
5.- Reconocimientos por la conservación
Un último tema que los pueblos originarios consideran de suma importancia es el reconocimiento que merecen por su contribución a la conservación del planeta. “Nosotros, como pueblos indígenas, somos conscientes que estamos aportando mucho para la protección de los bosques y para que el cambio climático no avance aceleradamente, pero casi no somos reconocidos. Como actores que hacemos trabajo de conservación casi no somos tomados en cuenta”, reclama Cusurichi Palacios en conversación con Mongabay Latam.
Cuatro historias en Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia dan cuenta del trabajo que hacen las comunidades indígenas para preservar su territorio. Además, informes científicos señalan que las regiones que se mantienen bajo la protección de los pueblos originarios son las que han preservado de manera eficaz el ecosistema.
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Preparándose para el encuentro
El jueves 18, en una reunión entre representantes indígenas de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica), dirigentes de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), y nueve federaciones indígenas regionales se aprobará el manifiesto con estos cinco temas centrales.
Se espera la presencia de más de 2000 ciudadanos principalmente peruanos de diferentes pueblos originarios, pero también llegarán representantes de Brasil y Bolivia.
Como parte del recibimiento al Papa Francisco la comunidad Boca Pariamanu, de Madre de Dios, ha llamado Nihii Eupa Francisco —Bosque Papa Francisco— a 1800 hectáreas de sus bosques. El acta con el acuerdo será entregada al Pontífice en el encuentro del viernes.
En las comunidades indígenas peruanas hay mucha expectativa por este encuentro que esperan sirva para hacer públicos sus reclamos.
Imagen principal: Andina / Observatorio Petrolero de la Amazonía Norte (Puinamudt).