- Uno de los arrecifes más grandes de República Dominicana fue mapeado con esta tecnología, lo que permitirá crear un efectivo plan de manejo.
- El mapa ha permitido identificar el estado de salud de todo el arrecife y determinar cuáles son las áreas con mayor concentración de corales y las áreas más dañadas.
- Se trata de la tecnología más avanzada hasta hoy en mapeo de corales. Sin embargo, su creador está pensando en ir más lejos y crear un satélite que pueda mapear los arrecifes de todo el planeta.
Mapear un arrecife en toda su extensión para saber el estado de salud de los corales era, hasta hace poco, una misión imposible. Los océanos son tan grandes y tantos los corales que puede reunir una sola hectárea de mar, que ni una cuadrilla de buzos sería capaz de realizar un mapa preciso. Sin embargo, desde hace unos cuatro años, un laboratorio instalado dentro de un avión sobrevuela los arrecifes del Caribe y obtiene mapas con una precisión única. En ellos es posible ver con exactitud la distribución de los corales, pero además saber cuáles están vivos, muertos o enfermos. Se trata de un avance tecnológico revolucionario para la ciencia de la conservación, del cual República Dominicana se ha beneficiado para poder construir un plan de manejo eficaz para el Santuario Marino Arrecifes del Sureste y proteger así sus amenazados corales.
Lee más | Kathia Rivero: la bióloga boliviana que analizó las partes de jaguar confiscadas al tráfico
Los bosques bajo el mar
Hace unos 20 años, Greg Asner y Robin Martin comenzaron a sobrevolar los bosques tropicales para realizar detallados mapas de su superficie. En estos mapas es posible no solo identificar el área de cobertura vegetal sino que también es posible detectar las especies de árboles y su estado de conservación. Esto fue posible luego de que los científicos vincularan la química propia de cada especie de árbol con su firma espectral, es decir, con la onda refractaria que la luz solar forma al contacto con el árbol.
Desde el aire, el Carnegie Airborne Observatory (CAO), un laboratorio aerotransportado desarrollado por el Carnegie Institute for Science, recopila datos de las firmas espectrales y por lo tanto también de la química de los árboles que, en las fotografías obtenidas, es diferenciada por colores. Así, Asner asegura que “podemos identificar una especie de árbol con una precisión del 95 % y también podemos decir, en función de la química y la tecnología que desarrollamos, si al árbol le está yendo bien o se está muriendo”.
Los más detallados mapas de la Amazonía peruana, colombiana, de los bosques de Panamá o Costa Rica han sido construidos gracias a esta tecnología, y en 2015, Asner y Martin tomaron la decisión de aplicar esta herramienta en los arrecifes de coral. El Santuario Marino Arrecifes del Sureste, ubicado en República Dominicana, es el primer arrecife en América Latina hasta ahora mapeado con el CAO.
El mapeo de los corales, al igual que en el caso de los árboles, requiere, en una primera etapa, de la recolección de muestras que son analizadas en un laboratorio para determinar cómo su composición química corresponde a sus firmas espectrales. Luego, en el aire, las cámaras van recogiendo los colores de los corales de acuerdo a su química. Si la salud de los corales está afectada, su química cambiará y ello podrá ser detectado por las cámaras.
Por ahora, una de las grandes diferencias con el mapeo de bosques es que los científicos aún no están seguros de si es posible diferenciar los corales por especie “pero sin duda podemos mapearlos en términos de su agrupación general (por ejemplo, si son pétreos o córneos) por las formas y tamaños que tienen, y también podemos también decir si están vivos o muertos y algo sobre su crecimiento”, dice Asner.
Lee más|Chile: los únicos pingüinos rey de Sudamérica se recuperan en Tierra del Fuego
La experiencia dominicana
El Santuario Marino Arrecifes del Sureste fue creado en 2009 y es uno de lo más grandes de República Dominicana con una superficie de 7862 kilómetros cuadrados. Sin embargo, “no tiene nada de infraestructura, no hay personal y no hay recursos para asegurar su conservación”, dice Jake Khell, vicepresidente de Grupo Punta Cana, una empresa turística que es dueña del aeropuerto internacional de Punta Cana. Esta empresa y la organización The Nature Conservancy, buscan elaborar un plan de manejo público privado con el gobierno dominicano que permita realizar acciones efectivas de conservación del área protegida.
Khell cuenta que al momento de hacer partícipe a The Nature Conservancy en el proyecto, “esa organización ya estaba en conversaciones con el CAO para probar su tecnología”. Fue así como el avión de Asner y Martin realizó durante un mes sobrevuelos en el santuario para poder mapear el área y contribuir así a la creación de un plan de manejo “que no viva en un gabinete sino que efectivamente se aplique con medidas para la conservación”, dice Khell.
La idea del plan de manejo es dividir el santuario en zonas y en tipos de uso que se restringen por área. Josseph Pollock, director de Estrategia Coral de la división Caribe de The Nature Conservancy, señala que los resultados mostraron que “la condición ecológica del arrecife es muy variable. Hay algunas áreas que son muy saludables, con alta cobertura de coral vivo que requieren protección”. En esas áreas núcleo, por ejemplo, se podrán restringir las actividades de pesca y de turismo o se podrán delimitar zonas para el anclaje de embarcaciones. Pollock agrega que los mapas también detectaron “áreas que están altamente degradadas y necesitan ser restauradas” y es ahí donde el plan de manejo pondrá los esfuerzos de restauración.
Al mismo tiempo, Asner asegura que el mapa busca ser un apoyo a los esfuerzos que la fundación Grupo Punta Cana viene realizando en la “jardinería de corales”, una técnica que consiste en reproducir corales en viveros y luego trasplantarlos en los arrecifes con el objeto de restaurarlos. “Lo que estamos ofreciendo es la capacidad de combinar estos mapas con el programa de jardinería para que los científicos de conservación puedan averiguar dónde plantar los corales”, dice Asner. “Hay que saber sobre el hábitat marino para tomar la decisión de dónde colocarlos y eso es lo que este mapeo va a apoyar”, agrega.
Lee más|Argentina: triplican la población de cocodrilos gracias a estrategia de aprovechamiento sustentable
El Carnegie frente a las amenazas
Según una publicación de The Nature Conservancy, el turismo representa más de 15 % del PBI y el 13 % de los puestos de trabajo en la región Caribe. De hecho, según un estudio publicado en Science Direct, los casi 7,4 millones de visitantes anuales que tiene el Caribe aportan unos $5,7 mil millones de dólares al año solo en actividades relacionadas con los arrecifes.
Ximena Escobar, gerente del programa de The Nature Conservancy, asegura que en tan solo unas décadas, el Caribe pa perdido más del 50 % de su cobertura coralina. En el caso puntual de República Dominicana, los corales sufren una presión extrema a causa del desarrollo costero, la contaminación, la sobrepesca, y el turismo. Factores estresantes que se suman al calentamiento del océano y la acidificación de los mares.
“Estamos en una zona con muchos turistas, barcos, catamaranes, excursiones, buceos, y no hay un ordenamiento de esas actividades”, asegura Khell, quien agrega que el sector privado ha decidido abordar el tema debido a que “si los arrecifes se degradan y afectan la calidad de las playas eso podría también afectar el negocio”.
En cuanto a la sobrepesca, Asner explica que “los corales dependen de los peces que comen algas para mantener limpio el fondo marino y así puedan crecer. Pero la sobrepesca en los arrecifes provoca la reducción de los peces herbívoros. Si no tienes suficientes peces el alga sobrepasa el coral y lo mata”.
Por otro lado, “actualmente tenemos una nueva enfermedad que afecta a los corales. Está entrando muy rápido desde Florida y tiene la capacidad de causar altos porcentajes de mortalidad”, asegura Khell. Se trata del “síndrome blanco”, detectado a finales de 2014 en las costas de Florida, cuya aparición se atribuye principalmente al estrés ambiental que tienen los corales por la contaminación en el agua. “Este tipo de mapeo —dice Khell— nos da la oportunidad de ver qué ha sobrevivido y qué no ha sobrevivido”.
“Los mares son demasiado grandes y extensos para hacer esto solo en base al trabajo de campo. Las personas pueden medir una referencia de 10 corales o de cien corales, pero una hectárea puede llegar a tener cientos de miles de corales por lo que esta tecnología es realmente una gran avance científico”, asegura Asner. Aun así, para poder mapear los arrecifes alrededor de toda la tierra, el CAO continúa siendo insuficiente. “El avión permite observar los arrecifes de Hawai o los de la República Dominicana, es decir, conocer el estado de los corales país por país, pero para hacerlo en todo el mundo tenemos que ir al espacio”, asegura Asner. Es por eso que el científico se encuentra trabajando en el diseño de un satélite que pueda hacer lo que por ahora hace el avión. Aunque “todavía estamos a un par de años de eso, estoy invirtiendo al menos la mitad de mi tiempo en ese tema”, asegura convencido de que ese es el paso que se debe dar.
Foto principal: Greg Asner
Videos Mongabay Latam | La situación de los océanos en Latinoamérica
Conoce más sobre la situación de los océanos en Latinoamérica: especies amenazadas, pesca ilegal, nuevas especies y más.
Si quieres conocer más sobre la situación de los océanos en Latinoamérica y el mundo, puedes revisar nuestra colección de artículos. Y si quieres estar al tanto de las mejores historias de Mongabay Latam, puedes suscribirte al boletín aquí o seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.