- Linda Guamán está convencida del gran potencial que tienen los organismos microscópicos como fábricas biológicas. Avances médicos y mejora de procesos industriales para reducir la contaminación ambiental, son algunos ejemplos de lo que puede lograr la biología sintética.
- “El 90 % de los microorganismos son buenos”. Esta científica ecuatoriana intenta hacerle un poco de justicia al mundo microscópico del que solo se habla cuando hay enfermedades.
Las presiones familiares llevaron a que Linda Guamán hiciera su carrera de pregrado en Ingeniería de Alimentos. Sabía que no era lo que quería para el resto de su vida, pero encontró la forma de vincular lo que sabía con la Biología.
Ahora, esta ecuatoriana está dedicada a la microbiología —parte de la Biología que estudia los microorganismos— y es una científica destacada a nivel nacional e internacional. Este año fue considerada una de las 100 líderes del mañana en biotecnología por el Global Biotech Revolution, una entidad creada por la Universidad de Harvard y el Massachusetts Institute of Technology (MIT).
Linda Guamán es experta en el campo de la biología sintética. Trabaja en avances científicos que revolucionen la industria, ha trabajado con plásticos y combustibles para reducir su impacto ambiental, también se enfoca en generar impactos positivos en el campo de la medicina.
Lee más | ESPECIAL | Los pecados de la palma aceitera en Latinoamérica
¿Qué es exactamente la biología sintética?
Linda Guamán (L.G.): Básicamente es la unión de conceptos de Ingeniería con Biología. La Biología solo trata a los organismos vivos, pero desde los ojos de la Biología Sintética intentamos ver a los organismos vivos como pequeñas máquinas, a las cuales tú puedes programar —tal cual como un programa de computador— para que haga alguna actividad.
¿En qué está trabajando en este momento?
L.G.: Ahora mismo estoy trabajando con un microorganismo, una levadura que se llama Saccharomyces boulardii, muy parecida a la levadura que hace pan, a la comercial de la cerveza. Estoy utilizando biología sintética para programar este microorganismo para que pueda producir ácido butírico, un ácido graso de cadena corta del cual se ha reportado un efecto positivo en las células del epitelio del intestino y del colon. Estamos utilizando este microorganismo probiótico, es decir, que se puede ingerir, para que llegue al intestino y pueda producir este compuesto.
La parte que me corresponde es programar el microorganismo para que aprenda a producir ácido butírico y luego mis colegas evalúan el impacto positivo o no del microorganismo cuando esté en el intestino.
¿Cómo logra enseñarle al microorganismo cosas que no sabe o para las cuales no estaba diseñado?
L.G.: Tenemos muchas herramientas que nos permiten introducir, en el genoma de los microorganismos, pedacitos de información de diferentes fuentes. Puedo sacar un pedacito de información de un árbol, un pedacito de un ser humano, un pedacito de otra planta y todo eso juntarlo y pegarlo dentro del genoma del microorganismo con el que estoy trabajando. Esa información le va a decir qué es lo que tiene que hacer.
¿Cómo cree que la biotecnología puede aportar en la conservación del medio ambiente?
L.G.: Durante mi doctorado trabajé en dos temas relacionados. El primero fue la producción de plástico biodegradable utilizando residuos de la industria. Hoy más que nunca somos conscientes de la gran cantidad de plástico que tenemos en el océano y en los rellenos sanitarios, entonces, la idea era desarrollar un microorganismo que eficientemente produjera polihidroxibutirato, que es un polímero con características similares al plástico convencional, pero producido a partir de bagazo de caña de azúcar.
Conseguí producir una buena cantidad y en el laboratorio en Sao Paulo siguen trabajando en costos, porque esa es la principal limitación. Esa es una de las tantas cosas que la biotecnología puede hacer, reemplazar productos petroquímicos por productos de base biológica.
La biotecnología tiene un potencial enorme para utilizar residuos industriales, reciclarlos y producir compuestos nuevos que antes eran exclusivamente derivados del petróleo, que como ya sabemos, contamina y no es renovable. En Estados Unidos produje biocombustible con la glucosa obtenida a partir del maíz. El objetivo era alimentar un microorganismo para que produjera ácidos grasos ramificados, que son precursores del combustible.
Lee más | Los embriones de tortuga china pueden elegir su propio sexo | Estudio
Cuando se escucha la palabra microorganismos, se suele pensar que son agentes dañinos y peligrosos, ¿es eso cierto?
L.G.: En nuestros países los microorganismos están muy satanizados, hoy más que nunca puedes ver propagandas de alcohol para las manos o pañitos para limpiar superficies. Intentamos vivir como en una burbuja. Eso responde a que las principales noticias siempre se dan en torno a las infecciones, epidemias y enfermedades que producen los microorganismos.
Yo intento hacer un poco de justicia a toda esa publicidad negativa que tienen. Es muy importante la divulgación científica para que entendamos que nosotros somos más microorganismos que ser humano, la cantidad de microorganismos que tenemos adentro supera, por mucho, la cantidad de células humanas. También hay que reconocer el papel que ellos tienen en el ambiente y en la industria. En realidad, el 90 % de los microorganismos son buenos.
Usted fue nombrada una de las 100 líderes del mañana en biotecnología, ¿qué importancia tiene este reconocimiento?
L.G.: Para mí es una gran responsabilidad porque, si te fijas, el nombramiento no es de un líder actual en biotecnología, lo que ellos [los integrantes del Global Biotech Revolution] te dicen es que luego de la evaluación, dentro de todos los postulantes, creen que tienes todo el potencial para ser un líder del futuro en biotecnología.
Es una gran responsabilidad para trabajar este año y los siguientes, para que eso sea una realidad. A nivel profesional fue muy importante, me permitió tener una plataforma en diferentes medios para dar a conocer mi trabajo y para contar, no solo lo que hago, sino también las adversidades a las que me enfrento como mujer que hace investigación.
¿A qué adversidades se refiere?
L.G.: No tenemos un salario igualitario, tenemos que aceptar un pago menor. Hay discriminación de género, cosas como firmar en el contrato que no estás embarazada, o decirle a tu empleador que no te vas a embarazar el siguiente año como condición para que te contraten. Esos temas no se deberían tratar bajo ninguna circunstancia y menos, ser evaluados como parte de un proceso de selección.
En Ecuador, en la mayoría de eventos científicos, los conferencistas generalmente son hombres. Este año tuve un conflicto por eso, estuve en un evento científico donde el 80 % de los expositores eran hombres y cuando señalé la falta de equidad de género, fui atacada verbalmente por los organizadores. Algunos de ellos, que eran colegas míos, me quitaron la colaboración por haber señalado que se podría mejorar la equidad. Son represalias que siguen existiendo pero que de a poco se pueden ir superando, especialmente ahora que tenemos muchas mujeres trabajando en diferentes áreas de la ciencia.
La financiación suele ser un obstáculo para muchos científicos latinoamericanos, ¿es igual en el campo de la microbiología y la biología sintética?
L.G.: Tenemos gente muy bien preparada, pero no tenemos institutos donde desarrollar investigación ni la parte administrativa adecuada para que nos faciliten permisos. Cuando le pido financiamiento a diferentes agencias del país se pasa por un proceso de revisión por pares y a veces estos pares ni siquiera tienen el conocimiento del potencial que tienen los microorganismos como fábricas biológicas. Los procesos toman mucho tiempo y a veces acaban por negar los recursos.
¿En qué quieres seguir trabajando?
L.G.: Quiero explorar un poco más la biodiversidad de microorganismos que tenemos en el país. Estoy segura que podemos encontrar diferentes microorganismos produciendo muchos compuestos industriales y biomédicos, pero esa prospección no ha sido adecuada en el país. También quiero especializarme en otros compuestos adicionales al ácido butírico, quiero programar los microorganismos para que produzcan otros ácidos grasos de cadena corta y evaluar este impacto en el intestino de las personas.
*Imagen principal: Linda Guamán se ha dedicado a la biología sintética. Foto: Linda Guamán.
Videos Mongabay Latam | La situación ambiental en Ecuador
Conoce más de la situación ambiental en Chile: animales en peligro, conservación, océano, minería y más.
Si quieres conocer más sobre la situación ambiental en Ecuador, puedes revisar nuestra colección de artículos. Y si quieres estar al tanto de las mejores historias de Mongabay Latam, puedes suscribirte al boletín aquí o seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.
REFERENCIAS
Oliveira-Filho, E. R., Guamán, L. P., Mendonça, T. T., Long, P. F., Taciro, M. K., Gomez, J. G. C., & Silva, L. F. (2018). Production of Polyhydroxyalkanoates Copolymers by Recombinant Pseudomonas in Plasmid-and Antibiotic-Free Cultures. Journal of molecular microbiology and biotechnology, 28(5), 225-235.
Oliveira-Filho, E. R., Guamán, L. P., Mendonça, T. T., Long, P. F., Taciro, M. K., Gomez, J. G. C., & Silva, L. F. (2018). Production of Polyhydroxyalkanoates Copolymers by Recombinant Pseudomonas in Plasmid-and Antibiotic-Free Cultures. Journal of molecular microbiology and biotechnology, 28(5), 225-235.
Guamán, L. P., Oliveira-Filho, E. R., Barba-Ostria, C., Gomez, J. G., Taciro, M. K., & da Silva, L. F. (2018). xylA and xylB overexpression as a successful strategy for improving xylose utilization and poly-3-hydroxybutyrate production in Burkholderia sacchari. Journal of industrial microbiology & biotechnology, 45(3), 165-173.