- Los árboles son la solución lógica al cambio climático, pero permitir o impulsar que los árboles se trasladen a áreas en las que no suelen crecer, como tundra y prados, puede causar más daños que beneficios.
- Los árboles invasores podrían capturar menos carbono que los ecosistemas sin árboles que invaden debido a la alteración del suelo, el aumento del riesgo de incendios y los cambios en la absorción de luz, según muestra un reciente artículo de revisión.
- Estos resultados tienen implicaciones para las políticas e iniciativas, particularmente en lugares en los que los créditos de carbono se han utilizado para desalentar la eliminación de árboles invasores no nativos.
- Los gestores de territorios tienen que considerar mucho más que el carbono superficial, según los autores del artículo, que dicen que “los árboles no siempre son la respuesta”.
Los árboles son la solución lógica al cambio climático, pero permitir o impulsar que los árboles se trasladen a áreas en las que no suelen crecer, como tundra y prados, puede causar más daños que beneficios.
Un nuevo artículo de revisión en la revista Frontiers in Ecology and the Environment plantea la pregunta: ¿Se deberían utilizar las especies invasoras de árboles en ecosistemas sin superficie boscosa para mitigar el cambio climático?
La respuesta corta es: normalmente no.
Las especies invasoras de árboles podrían capturar menos carbono que los ecosistemas sin árboles que invaden debido a la alteración del suelo, el aumento del riesgo de incendios y los cambios en la absorción de luz.
Estos resultados tienen implicancias para las políticas públicas e iniciativas de conservación. En Nueva Zelanda, por ejemplo, los créditos de carbono se han utilizado para frenar la eliminación de árboles invasores, es decir, especies que no son nativas. Esos créditos, básicamente, permiten a las empresas emitir gases de efecto invernadero a cambio del carbono que absorben los árboles invasores.
Del mismo modo, el Acuerdo de París, el desafío de Bonn (iniciativa que apuesta por la restauración de paisajes forestales del mundo) y la Iniciativa Plantemos para el Planeta promueven la siembra de árboles siguiendo la lógica de que estos eliminan carbono de la atmósfera y lo encierran en su biomasa cuando crecen.
Aunque eso es cierto, ahora los científicos saben que cuando se trata de la contabilidad de carbono, calcular el balance no es tan sencillo.
De forma general, se almacena más carbono en el suelo que en todas las plantas del planeta y la atmósfera combinadas. En algunos casos, cuando los árboles invaden, alteran el suelo y se libera más carbono que estaba bajo tierra del que pueden capturar y almacenar en la superficie.
Un estudio de 2020 descubrió que en los páramos escoceses, las áreas experimentales plantadas con árboles almacenaban menos carbono después de varias décadas que las parcelas intactas cubiertas de brezales nativos (comunidad arbustiva de altura media).
“Era contradictorio que, en algunos casos, plantar árboles pudiera tener el efecto opuesto a lo que nos han enseñado en el colegio y llevar a una pérdida de carbono en el ecosistema en lugar de secuestrarlo”, dijo a Mongabay Nina Friggens, autora principal del estudio de 2020 y actual investigadora posdoctoral en la Universidad de Exeter, en una entrevista en 2020.
“No queremos decir que plantar árboles no funcione”, dijo Friggens. “Pero en cuestión de árboles para el carbono, tenemos que tener cuidado con dónde y qué plantamos”.
Los árboles no nativos también pueden crear un paisaje más susceptible a los incendios al llevar la biomasa (y el carbono) a la superficie, donde puede quemarse más fácilmente.
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En Florida, la invasión de árboles niaouli (Melaleuca quinquenervia) en los pantanos ha hecho que los incendios sean más intensos. Del mismo modo, en la estepa de la Patagonia en Suramérica, las invasiones de pinos han añadido más combustible y conectividad a los incendios, aumentando su gravedad.
“Este tipo de bosque [invasor] tiene más biomasa que los bosques nativos, por ejemplo, más material combustible y puede ser muy inflamable, aumentando la frecuencia y la intensidad de los incendios. Este problema entraña costes importantes para el bienestar humano y genera problemas para el almacenamiento de carbono”, dijo en un comunicado de prensa Anibal Pauchar, coautor del artículo de revisión de 2021.
A medida que el cambio climático empeora, la permanencia del bosque, la idea de que los bosques persistirán décadas o siglos, se ve amenazada por el aumento de los incendios.
“Los riesgos actuales no se consideran ni se contabilizan cuidadosamente, mucho menos estos riesgos aumentados a los que los bosques se van a enfrentar en un clima más cálido”, le dijo a Mongabay William Anderegg, biólogo de la Universidad de Utah.
Un aumento en la cubierta forestal en regiones frías y templadas también puede causar calentamiento neto al alterar el albedo (el porcentaje de radiación que cualquier superficie refleja), la cantidad de luz solar y radiación que se refleja de la superficie de la Tierra. En las latitudes altas de Canadá o Rusia, por ejemplo, la naturaleza reflectante de la nieve enfría el planeta. Así que tener árboles en esas áreas cubre la nieve y hace que la superficie sea más oscura y, por lo tanto, más caliente.
Hay diferentes formas en las que los árboles acaban en zonas que antes no tenían árboles: pueden plantarse (aforestación), los árboles nativos pueden llegar allí de forma natural (invasión de leñosas), o árboles no nativos pueden ser invasores y crecer rápidamente (invasión de árboles). Hay pruebas de que, en los tres casos, los árboles pueden causar más daños que beneficios al presupuesto de carbono local y al ecosistema en general.
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“Los profesionales y legisladores podrían pensar que mantener o incluso promover la invasión de estos árboles no nativos y sustituir otros ecosistemas naturales podría ser una forma de combatir el cambio climático”, dijo Martín Núñez, autor principal del artículo de revisión de 2021 y profesor de la Universidad Nacional de Comahue, Argentina, y de la Universidad de Houston. “Pero por desgracia, esa visión es parcial y debe incorporar todos esos efectos negativos”.
Los efectos de las invasiones de árboles sobre los incendios, el albedo, el carbono del suelo y las especies nativas será diferente en cada sitio.
“Cuando se toman decisiones sobre la gestión de las invasiones de bosques, es importante tener en cuenta los impactos más allá del almacenamiento de carbono, como los efectos negativos de las invasiones de árboles sobre la biodiversidad y las comunidades humanas, mediante la reducción del caudal de agua y el aumento de los incendios”, dijo en un comunicado de prensa Kimberley Davis, coautora del artículo de 2021 de la Universidad de Montana.
O simplemente, dice Núñez, “los árboles no siempre son la respuesta”.
Referencias:
Nuñez, M. A., Davis, K. T., Dimarco, R. D., Peltzer, D. A., Paritsis, J., Maxwell, B. D., & Pauchard, A. (2021). Should tree invasions be used in treeless ecosystems to mitigate climate change? Frontiers in Ecology and the Environment. doi:10.1002/fee.2346
Friggens, N. L., Hester, A. J., Mitchell, R. J., Parker, T. C., Subke, J. A., & Wookey, P. A. (2020). Tree planting in organic soils does not result in net carbon sequestration on decadal timescales. Global Change Biology, 26(9), 5178-5188. doi:10.1111/gcb.15229
Imagen principal: Pino contorto (Pinus contorta) y pino salgareño (Pinus nigra) invaden los prados nativos de los Alpes del sur de Nueva Zelanda. Imagen cortesía de Martín Núñez.
Liz Kimbrough es redactora en plantilla de Mongabay. Encuéntrala en Twitter @lizkimbrough_
Artículo original: https://news-mongabay-com.mongabay.com/2021/06/when-it-comes-to-carbon-capture-tree-invasions-can-do-more-harm-than-good/
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