- Desde 2017, una minera canadiense explora territorios cercanos a la Reserva Nacional Las Vicuñas, en donde se encuentran áreas sagradas para las comunidades Aymaras.
- El Estado chileno, sin embargo, no ha delimitado en forma clara la reserva, por lo que existen dudas si acciones derivadas de la exploración minera se realizan dentro del área protegida.
- Las comunidades indígenas de la zona lograron que la Corte Suprema fallara a su favor, después de denunciar afectaciones a sus sitios ceremoniales, desvío de cauces de agua, contaminación ambiental y acústica, impactos en la flora y la fauna y en su calidad de vida.
Anocarire es el nombre de un cerro que colinda con la Reserva Nacional Las Vicuñas, en el Altiplano andino del extremo norte de Chile. El futuro de este espacio se encuentra en riesgo desde que en la zona comenzó a tomar fuerza la especulación de que, entre su sinuoso paisaje, yace una capa rocosa de oro.
Este cerro es uno de los tres que el pueblo indígena Aymara considera sagrados. Según su cosmovisión, a estos sitios viajan las almas de quienes mueren para, desde su cima, tutelar y proteger las vertientes que proveen de agua a su comunidad.
En el año 2013, las autoridades de ese entonces no tomaron en cuenta la importancia que tiene ese cerro para las comunidades Aymara y anunciaron que la actividad minera se transformaría en una alternativa de crecimiento económico. Aquel llamado atrajo de inmediato a dos empresas: BHP Billiton y, posteriormente, en 2017, a la compañía Andex Minerals SpA, que se instaló en el cerro Anocarire.
Como parte de la investigación periodística #NaturalezaAcorralada, que incluyó un mapeo de los proyectos mineros que se encuentran al interior y en los alrededores de parques y reservas de Chile, un equipo de Mongabay Latam viajó hasta la zona para conocer lo que genera la exploración minera de esta última empresa que ha sido denunciada por las comunidades Aymaras.
¿Qué fue lo que encontramos? Te lo explicamos en tres claves.
¿Qué estuvo en riesgo?
Entre las más altas montañas y volcanes de la Reserva Nacional Las Vicuñas está el Anocarire. Se levanta entre las comunas de Camarones y Putre, a 5050 metros sobre el nivel del mar, pero su ubicación exacta es parte importante de las ambigüedades que cruzan este conflicto.
Todas las aguas de las vertientes que discurren por las faldas de este cerro sagrado lo hacen subterráneamente o por deshielos y lluvias, alimentando dos cuencas principales, Codpa y Camarones. De la cuenca de Codpa nace su quebrada homónima, también conocida como Quebrada de Vítor. Esta se caracteriza por poseer una de las aguas dulces de mejor calidad de la región, lo que permite cultivar paltos, tunas, peras y una gran variedad de cítricos, además de ser la fuente que nutre a los viñedos que permiten la producción de uno de los vinos más dulces de Chile: el Pintatani.
En cambio, el agua de la Quebrada de Camarones, que se alimenta de la cuenca del mismo nombre, es más salobre, y proporciona las condiciones para el cultivo de otro tipo de especies como maíz, zapallo, alfalfa, ajo, cebolla y zanahoria. De estas aguas también se nutre la localidad de Umirpa, la más próxima al área de exploración de las mineras que han llegado hasta el Anocarire en busca de sus vetas de oro. El gran temor para los pobladores de esta zona es que la minería contamine sus aguas y las utilice para sus trabajos.
La defensa del agua y el cerro sagrado
Todo inició en 2013. La compañía minera BHP Billiton llegó a la zona para realizar una exploración. Explicaron a la gente de Umirpa, a través de un mapa, en dónde iban a perforar. “Era a 100 y 300 metros de las vertientes de agua”, y por ello la comunidad se negó rotundamente a aceptar el proyecto, recuerda Marcela Gómez Mamani, presidenta de esta comunidad.
En ese momento, la llegada de BHP Billiton movilizó a un grupo de nietas y nietos de los dueños de las chacras del Valle de Codpa; organizaron asambleas con los habitantes de la zona, en especial con los adultos mayores, para alertarlos de que una de las mineras más grandes del mundo estaba instalada sobre sus cabeceras.
Las comunidades organizadas decidieron, entonces, interponer un recurso por violación a los Derechos Humanos ante la Corte Interamericana de Justicia, logrando que BHP Billiton finalmente desestimara el proyecto. Sin embargo, en 2017, la lucha contra la gran minería se reactivó. Esta vez, la empresa Andex Minerals SpA, de capitales canadienses, dio inicio a un nuevo proyecto de exploración en el Cerro Anocarire.
Para el año 2018, se habían realizado por lo menos 17 trabajos de exploración. En 2019 se comprobó cómo la minera realizaba una extracción ilegal de aguas desde una vertiente, hecho que fue denunciado ante la Dirección General de Aguas (DGA) y ante la Superintendencia de Medioambiente (SMA) de Arica. Además, se acusó a la compañía de “la afectación a sitios ceremoniales arqueológicos, el desvío de cauces de agua, impactos en la flora y fauna, contaminación ambiental, acústica, y afectación a la calidad de vida”.
En 2020, la SMA declaró que el proyecto de Andex Minerals SpA no cumplía con las características para ser evaluado ambientalmente por el Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), el organismo a cargo de evaluar y autorizar la gestión ambiental de los proyectos extractivos en el país, y que, por lo tanto, la empresa podía continuar con sus labores.
A pesar de esta decisión, ese mismo año la comunidad indígena Aymara de Umirpa interpuso dos nuevas denuncias ante la SMA de Arica, señalando que los daños ambientales persistían y sumó antecedentes para mostrar sus dudas respecto a la ubicación de los trabajos de exploración. Según la comunidad, estos se estaban realizando dentro de la Reserva Las Vicuñas. Actualmente la operación de la minería está paralizada.
Las victorias y los temas pendientes
El caso del Cerro Anocarire se suma a las victorias obtenidas por las comunidades Aymaras que, mediante recursos de protección, han logrado que proyectos mineros que solo contaban con una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) —una evaluación más laxa que no exige una participación ciudadana— se vean obligadas por la Corte Suprema a ingresar un Estudio de Impacto Ambiental.
No obstante, si bien el proyecto de “Exploración Anocarire” de la compañía minera Andex Minerals SpA se encuentra actualmente paralizado, no es definitivo, ya que si presenta un EIA eventualmente podría reiniciar sus operaciones.
Ahora, si la exploración de la minera Andex Minerals se realiza al interior o no de la Reserva Nacional las Vicuñas, es un asunto que no se ha podido esclarecer. Existen imprecisiones que involucran tanto a los límites de esta área protegida como del cerro Anocarire, y que los organismos estatales no han podido resolver, pues no hay consenso en su documentación.
Sin embargo, existe información concreta sobre exploraciones mineras dentro del Área de Desarrollo Indígena (ADI) Altoandino Arica y Parinacota, un territorio que abarca casi en su totalidad a las comunas de General Lagos, Camarones y Putre, y que también incluye a la Reserva Nacional. Las ADI son espacios territoriales creados por el Estado para garantizar una mejor calidad de vida a las personas de origen indígena que allí habitan, pero éstas no son reconocidas como áreas protegidas.
Ante eso, la controversia se mantiene. La Corporación Nacional Forestal (Conaf) asegura que todos los puntos de exploración se encuentran fuera de la reserva y que el más cercano se encuentra a 20 metros del área protegida.
Lee la historia completa aquí.
* Imagen principal: Cerro Anocarire. Foto: Marcela Gómez.
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