- En el 2012, los funcionarios del Sistema de Parques Nacionales Naturales de Colombia se retiraron de la Reserva Nacional Natural Puinawai por amenazas de mineros ilegales que invadieron el área.
- Los estudios sobre las especies de flora y fauna que habitan dentro del área no han sido actualizados desde hace más de 20 años, debido a los conflictos sociales que se viven en la zona.
- Actualmente, existen reuniones entre los resguardos indígenas y los funcionarios de Parques Nacionales Naturales de Colombia para volver a administrar el parque a través de un trabajo colaborativo.
“Madre de la humanidad” significa la palabra Puinawai en lengua puinave, un pueblo indígena de Colombia que vive actualmente dentro de la Reserva Nacional Natural Puinawai, creada en 1989 con un área de cerca de 1.1 millones de hectáreas, siendo la segunda área natural protegida más grande del país latinoamericano, a nivel continental.
El parque se ubica íntegramente en el departamento de Guainía, en la región amazónica, entre los 100 y 500 metros de altitud, lo que le permite tener temperaturas de entre 18 a 30 grados centígrados durante todo el año. Está cubierta de selva y múltiples ríos, mostrando espectaculares paisajes amazónicos.
La historia del parque está marcada por una lucha constante. Desde su creación ha enfrentado la presión de la minería ilegal, la cual ya ha devastado 93 hectáreas de bosque, según una reciente investigación de Mongabay Latam.
“Los conflictos en Colombia que afectan a esta área protegida tienen más de 100 años, pasando desde el narcotráfico a la minería ilegal”, remarca Mario Madrid Ordoñez, jefe del área natural protegida. En el 2012, los guardabosques de Puinawai tuvieron que abandonar el territorio por amenazas y atentados contra sus vidas por parte de los grupos criminales dedicados al narcotráfico y extracción ilegal de oro, coltán y elementos químicos conocidos como “tierras raras”.
En el Puinawai la violencia contra los funcionarios de Parques Nacionales Naturales estalló cuando los mineros ilegales empezaron a retener las embarcaciones de los guardaparques para amenazarlos y prohibirles navegar por los ríos. Unos años más tarde, en el 2020, durante la pandemia, el incremento de las actividades ilegales también afectó otras áreas de la Amazonía colombiana generando que los guardaparques no vuelva a ingresar a sus lugares de trabajo.
Hasta el día de hoy no se ha recuperado la administración y vigilancia total del parque. Sin embargo, desde el 2018 hay reuniones con los resguardos indígenas y comunidades de los pueblos puinaves, curripakos y kubeos para volver a tener una gestión compartida del área, como se tuvo entre el 2001 y el 2012.
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Primera parada: la fauna
Desde la salida de los guardaparques de la Reserva Nacional Natural Puinawai en el 2012, los estudios científicos sobre las especies existentes dentro del área se paralizaron, pero ya en 1996 se habían registrado 90 especies de aves entre las que destacan especies como la Pava carrosa (Penelope jacquacu) y el paujil culicolorado (Mitu tomentosum) que son importantes dentro de las dietas de las comunidades indígenas.
También están el águila harpía (Harpia harpyja), el guacamayo verde (Ara militaris) y el hormiguerito de Surinan (Myrmotherula surinamensis), que son incluidos en categoría Vulnerable de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
En aquella época también se registraron 36 especies de mamíferos, como el jaguar (Panthera onca), el oso palmero (Myrmecophaga tridactyla), el ocarro (Priodontes maximus), y especies en Peligro Crítico como el tapir (Tapirus terrestris). Así mismo, en la reserva se encuentran mamíferos acuáticos como la tonina (Inia geoffrensis), la nutria gigante (Pteronura brasiliensis), el manatí (Trichechus manatus) y 28 especies de murciélagos.
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Segunda parada: la flora
En la Reserva Nacional Natural Puinawai hay gran variedad de flora propia de la Amazonía. Según un estudio del 2001, se identificaron 688 especies de plantas como el asaí (Euterpe oleracea), el seje (Oenocarpus bataua) y el moriche (Mauritia flexuosa), que son usadas por las comunidades indígenas.
“Uno de los retos es actualizar la caracterización de las especies que existen en el parque. Los que ahora mencionamos y conocemos son los más usados por las comunidades indígenas”, explicó Mario Madrid Ordoñez, jefe de la reserva.
El funcionario agregó que hace falta construir una línea de base para avanzar en las investigaciones sobre especies en el área y alcanzar la gobernanza indígena para que los especialistas lleguen al área. Actualmente, ocho personas trabajan en la reserva Puinawa, en su mayoría especialistas que se dedican a mejorar las relaciones con las comunidades para retornar la administración del territorio a la gobernanza indígena.
“Acceder al territorio es complejo porque no existen carreteras. Las comunidades deben movilizarse por río durante días para llegar a la reserva. Tampoco hay infraestructura de comunicaciones, ni telefonía ni internet, lo que complica la gestión comunitaria”, explicó Madrid Ordoñez.
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Tercera parada: una nueva gestión
Dentro del parque existen 44 comunidades indígenas que a su vez conforman los resguardos Cuenca Media y Alta del Río Inírida, Cuenca Alta del río Guainía, Cuiari e Isana y Tonina-Sejal-San José. Estos se superponen al 100 % con el área natural protegida y son los que mayor impacto recibieron por la explotación ilegal de oro en el departamento de Guainía.
“La minería ilegal es la principal presión sobre los ecosistemas de la reserva Puinawai, que han generado conflictos en la organización sociocultural de las comunidades indígenas y contaminación del suelo y ríos por la utilización del mercurio y otros metales pesados”, señala el jefe del área.
Si bien los guardaparques se retiraron en el 2012, cuatro años después, en el 2018 se reiniciaron las conversaciones con las comunidades para reforzar la gobernanza indígena que habían perdido por acción de los grupos criminales. Durante esos años ninguna institución pública trabajó en la zona de amortiguamiento del parque. A la fecha no existe una sede administrativa de Parques Nacionales dentro del área ni está permitido realizar actividades turísticas; pero ya existe la intención de permitir el turismo como un proyecto alternativo.
Actualmente, el parque brinda capacitaciones a los líderes de las comunidades para fortalecer el ejercicio de la autoridad indígena, mejorar la gestión de las guardias indígenas y promover proyectos alternativos a la extracción ilegal del oro.
“El ejercicio de la conservación es de todos. Esperamos unir esfuerzos en el reconocimiento de las comunidades indígenas para retomar una administración en conjunto del área”, anotó Mario Madrid, jefe del Puinawai, quien también tiene experiencia como guardaparque de áreas naturales protegidas desde hace ocho años.
*Imagen principal: El segundo parque natural más grande de Colombia está ubicado dentro del Escudo de Guyana. Foto: Cortesía de la administración de la Reserva Nacional Natural Puinawai.