Manuel Rodríguez Becerra fue el primer ministro de Ambiente de Colombia y sentó las bases para crear dicha área en 1994, durante el gobierno de César Gaviria. Ocupó numerosos cargos a nivel nacional e internacional, escribió más de 25 libros y fue galardonado en 2013 como uno de los diez mejores líderes de Colombia. También, es profesor emérito de la Universidad de los Andes, institución en la que continúa enseñando a tiempo completo en la Facultad de Administración.
Mientras su país se sume en una nueva crisis política que causó la renuncia de la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, y la violencia vuelve a extenderse en los territorios donde la naturaleza y las poblaciones locales deben resistir frente a los grupos armados, Rodríguez Becerra reflexiona sobre la política ambiental de Gustavo Petro y dialoga con Mongabay Latam sobre si el presidente colombiano podrá cumplir sus metas y compromisos.
-¿Cómo cree que impactará la salida de Susana Muhamad del Ministerio de Ambiente en los compromisos ambientales del Gobierno?
-Ella era una de las ministras estrella de Petro. El compromiso de Petro, del gobierno de Petro, en el campo ambiental es muy ambicioso. Basta con mencionar el compromiso de detener la deforestación en la región amazónica y de restaurar 758 000 hectáreas de ecosistemas, con énfasis en los bosques. La ministra, ante su salida, ha dicho que se avanzó en buena parte de esos compromisos para con comunidades indígenas, para poder implementar esta última meta. Pero todavía falta un informe que claramente muestre dónde están los contratos con esas comunidades, que especifique con qué comunidades, con qué número de hectáreas. Es muy posible que la meta de 758 000 hectáreas no se vaya a cumplir dado los recortes presupuestales del gobierno de Petro. Pero así se restaurara el 60% ó 70% de lo prometido, pues sería un gran logro. Sería un gran legado en comparación con los legados de recientes gobiernos.
Pero por otra parte, hay mucha confusión hoy en día sobre el daño ambiental, pues no sabemos qué está pasando en una buena parte del territorio amazónico desde el punto de vista ambiental. Ni qué está pasando en una buena parte del territorio del Chocó. Tampoco qué está pasando en toda el área de Tibú y el Catatumbo en la frontera con Venezuela, que son tres áreas de una alta biodiversidad. La parte del Pacífico, que es la área más rica en biodiversidad del país, una selva tropical sobre la que hoy tienen control total el ELN y el denominado Clan del Golfo. A tal punto es el control que en este momento ellos declaran paro armado y en ese momento los habitantes no pueden salir de sus casas ni de sus poblados. Es una evidencia de que claramente el control no está en manos del gobierno. Como no está el control en manos del gobierno del Catatumbo. De hecho, fueron desplazadas 40 000 personas y hay otras 20 000 que están sitiadas prácticamente. Y lo mismo ocurre en algunas regiones de la región amazónica y en otras partes del país. Entonces, en todas esas áreas que le menciono, que son muy ricas ambientalmente, pues hay un fracaso muy grande del gobierno de Petro con su denominada política de la paz total. Y de esa política depende que esas áreas se protejan adecuadamente.
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-¿Hay un error claro entonces en la política oficial con el Ejército de Liberación Nacional?
-Y con los diferentes grupos armados, porque están también las disidencias de las FARC, que son unas disidencias que se montaron en el momento en que se firmó el Acuerdo de Paz. Una parte de las FARC se declaró en disidencia y no firmó el acuerdo. El ELN nunca ha firmado ningún acuerdo de paz. Pero además hay unos grupos criminales que están en la jugada, el Clan del Golfo, por ejemplo. Durante la época de la paz total se ha incrementado su accionar, su fuerza, el número de guerrilleros o el número de personas armadas, al igual que su armamento. ¿Qué está pasando ahí desde el punto de vista ambiental? Pues es difícil saberlo porque, entre otras cosas, esos grupos propician la deforestación para sacar rentas y también propician la minería ilegal del oro, particularmente hoy en día, que el oro está a precios estratosféricos. Además, la ministra Muhamad reconoció a finales del primer semestre del año pasado que había un aumento muy fuerte de la deforestación, particularmente en la región amazónica. Así que de un éxito importante que fue la disminución en años anteriores, pues ese éxito podría echarse para atrás y seguramente podríamos llegar a tasas de deforestación similares a las que hemos tenido en el pasado.
-¿Cómo cree que debería ser la transición en el Ministerio de Ambiente?
-Si nombran a alguna persona que ha trabajado o que esté trabajando actualmente con la ministra Susana Muhamad, como sus dos viceministros, como Mauricio Cabrera o antiguos funcionarios que trabajaron con ella, como Sandra Vilardy, que tiene una excelente reputación y es una persona muy competente, en ese caso habría continuidad, pero eventualmente si se trae a una persona muy extraña y lejana a lo que se está haciendo, pues se pondría en riesgo todo. El periodo Petro ya termina en lo que se refiere a la ejecución de proyectos a finales de este año porque estaremos en campaña presidencial a full.
-¿De qué depende actualmente que Petro pueda dejar un legado en lo ambiental?
-Si Petro llegara a cumplir con sus compromisos ambientales, pues podría llegar a ser el principal legado, pero, pues, como le decía, todavía necesitamos información para confirmar en qué grado el gobierno de Petro ha cumplido los compromisos ambientales. La ministra señaló que en el campo de la restauración se ha avanzado, pero habría que ver qué tanto se ha avanzado. Pues no ha sido posible evidenciar esas transformaciones. En el caso de la transformación de la ganadería mediante sistemas silvopastoriles, que es una tecnología en la cual Colombia es líder… Si la ganadería extensiva se transformara con esos sistemas, podrían liberarse suelos. Se lograría primero mayor productividad, protección del ambiente y se podrían liberar suelos para otras actividades como son plantaciones forestales, comerciales o tierras para cultivos agrícolas. Ese es un tema que a mí me hace bastante falta. Lo mismo ocurrió con el gobierno anterior. Tampoco hizo nada en ese campo. Y sin duda eso tiene un gran potencial.
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-Antes de llegar al poder y convertirse en Presidente, Petro prometió garantías para los defensores sociales e indígenas que son asesinados y amenazados en Colombia. Pero la violencia contra los defensores no ha cesado. ¿Qué falló?
-Ahí no ha pasado nada. Por el contrario, la violencia contra los defensores ha aumentado, al igual que el asesinato de líderes ambientales. El problema es que el Estado no tiene control sobre los territorios muy amplios. Los defensores indígenas y del territorio se han convertido en un obstáculo para la guerrilla o los grupos armados. Los obstaculizan con su liderazgo y sus buenos propósitos. Entonces por eso los acaban matando.
-En ese sentido, ¿cómo se relaciona la violencia actual con el ambiente y la naturaleza?
-En esas áreas donde la guerrilla o los grupos armados tienen control territorial, ellos patrocinan la deforestación para hacer grandes fincas ganaderas. Ya ese hecho implica un enorme daño. La guerrilla misma ha permitido que entren campesinos, les ha adjudicado a campesinos tierras dentro de los parques nacionales para la ganadería. Por otro lado, están los cultivos ilícitos que generan un enorme daño ambiental y deforestación, y por el otro lado la minería ilegal. Entonces todo ese conjunto de actividades. La minería ilegal, que es minería aluvial y que crea unos enormes daños en los ríos, está en manos de la guerrilla y no es un fenómeno exclusivo de Colombia. La minería ilegal, en particular la del oro, se ha incrementado en todos los países de América Latina en forma muy severa, como consecuencia de la suba del precio del oro en los dos últimos años. Entonces todos esos elementos están enredados. En el caso de Parques Nacionales, hoy la guerrilla y los grupos armados controlan diez parques nacionales muy valiosos y han expulsado a toda la autoridad de esos parques nacionales.
-La minería ilegal ha sido clave en la violencia, entonces…
-Pero también el control de ciertos territorios. Hay un conflicto entre grupos armados, por ejemplo en el Pacífico, que es una de las áreas de minería ilegal del oro. Hay una competencia por el control del territorio entre el ELN y el Clan del Golfo y eso genera muertes de lado y lado y también de la población civil, porque hay una guerra entre ellos.
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-¿Cómo ha sido el manejo de estos conflictos por parte del gobierno de Colombia?
-Ha sido un pésimo manejo. Ha sido un fracaso fenomenal de este gobierno. Petro cuando subió a la Presidencia dijo que haría la paz con el ELN en tres meses. Este proceso de paz tiene unos errores muy graves porque no establece líneas rojas. Entonces, por ejemplo, el gobierno ha dado treguas unilaterales a los grupos armados sin plantearle a los grupos armados exigencias concretas, como, por ejemplo, obligarlos a que renuncien a reclutar niños, que renuncien al secuestro, que renuncien a la minería ilegal. Entonces el gobierno no ha puesto líneas rojas y eso ha conducido al peor de los escenarios: que se fortalezcan los grupos armados.
El Gobierno también ha debilitado, aunque parezca absurdo, a las Fuerzas Armadas en Colombia. El control del territorio por parte de los grupos armados se ha incrementado sustantivamente durante el periodo de Petro y eso impide, obviamente, por ejemplo, que se mantenga una baja tasa de deforestación. Entonces, seguramente si aparece una alta tasa de deforestación, uno podría concluir que es consecuencia claramente de la falta de control del Estado sobre esas áreas. Otro hecho que es innegable es que el gobierno de Petro ha demostrado una gran incompetencia para ejecutar sus compromisos.
-Uno de los temas que queda pendiente y que despierta polémica en Colombia es qué hacer con los hipopótamos considerados población invasora. Muhamad dijo en esta entrevista con El Espectador que la esterilización y la translocación no habían dado los resultados y que esa no debía ser la solución. ¿Coincide con que estas no fueron soluciones y que habría que haber apelado a otro tipo de solución como la eutanasia?
-No, yo creo que no, no, no han hecho la campaña (de esterilización) con la intensidad que exigieron los científicos. Los científicos dijeron cómo hacerlo. Entonces, claro, si no se esterilizan suficientes hipopótamos, pues, entonces fracasa el tema. Creo que no se han apropiado los recursos necesarios para llevar a cabo ese programa. El gobierno en eso ha sido muy flojo.
-En la COP 16 de Biodiversidad también quedaron temas pendientes el año pasado…
-Bueno, hay que decir que en eso la ministra fue muy exitosa, realmente. Ahora el éxito principal fue por el hecho de haber hecho una gran campaña. Es la campaña de educación más grande que se ha hecho en Colombia sobre el medio ambiente en su historia. Pero los logros de la COP fueron pocos y en la reunión de Roma, donde se cerrará la COP, pues, van a ser pocos. ¿Por qué? Por el tema de la financiación: hay una distancia enorme entre los recursos necesarios y los recursos de que se disponen para financiar las metas de Montreal. Y eso fue exactamente lo que pasó con el Plan Estratégico 2010-2020, donde no se cumplió una sola de las 21 metas de forma completa, se cumplieron parcialmente algunas y otras no se cumplieron. El caso es que simplemente no había recursos económicos. Entonces la situación en este caso no ha cambiado.
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-¿Qué espera que suceda ahora, a finales de febrero, en la reunión de la COP16 de Roma, donde se intentarán resolver las cuestiones que quedaron pendientes en Cali?
-Pues van a darle más derechos a los indígenas sobre el tema, pero recursos para que los indígenas fortalezcan sus procesos de protección de los resguardos no van a existir ni existen.
-¿Por qué no logra resolverse la traba de los recursos económicos?
-Por la misma razón que no se resuelve en la Convención de Cambio Climático. Claramente los países desarrollados se han resistido a cumplir con sus deberes. Sobre la Convención de Cambio Climático, yo participé en las negociaciones hace más de 30 años. En ese momento la esperanza era que hacia el año 2000 se iban a estabilizar las emisiones en el equivalente a las de 1990 y que en adelante comenzarían a bajar. Hoy, comparado con 1992, las emisiones han aumentado en un 63%. Entonces, ese es un gran fracaso y parte del gran fracaso tiene que ver, obviamente, con la falta de financiación, pero también tiene que ver con la resistencia muy fuerte, muy exitosa, de los grandes explotadores de petróleo, carbón y gas del mundo, que han impedido que se cumpla la convención. Y en el caso de la biodiversidad es similar el caso. Entonces es claro, por ejemplo, que la región amazónica juega un papel fundamental, no solamente en términos de la conservación de la biodiversidad más rica en la materia, en el mundo, en lugar más rico en agua del mundo, que juega un papel fundamental en los denominados ríos voladores, de los cuales depende el régimen de lluvias de buena parte de la región de América Latina y de regiones tan lejanas como el Tíbet. Bueno, eso lo saben los países desarrollados. Eso vale una plata que los países amazónicos no tienen en su totalidad.
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-Algunos referentes ambientales de la región tienen expectativa sobre el rol que podría jugar Colombia en nombre de la región durante la Cumbre Climática COP30 este año…
-Yo no creo que vaya a jugar un papel mayor, la verdad, porque no está haciendo nada para jugarlo. Petro es un hombre de buenas ideas, pero no genera las alianzas políticas para lograr las cosas. Entonces, una muy buena idea es que sí, que se cambie deuda por naturaleza y que se haga una reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) para pagar la restauración de bosques en todo el mundo y la protección de los bosques. Bueno, esa es una muy buena idea y muchos la han tenido, pero el tema es crear las alianzas políticas para generar esa posibilidad.
-¿Qué piensa sobre las críticas ante la decisión del Gobierno de suspender la exploración de gas y optar por importación de gas?
-Tenemos un lío porque no hay suficiente abastecimiento para el gas en los años futuros. Importar es cuatro o cinco veces más costoso.
-Pero, ¿desde el punto de vista ambiental? ¿Qué preferiría que haga Colombia?
-La extracción de gas. Bueno, depende. Hay yacimientos de gas que se hacen por métodos convencionales, como son los offshore. Y hay unos yacimientos muy ricos en gas en la costa colombiana. La tecnología para extraer petróleo y gas por métodos convencionales está totalmente desarrollada. Cuando ocurren accidentes, por imprevisión, pues, se producen problemas. Pero eso está completamente domesticado. La tecnología disponible hoy en día en el campo del petróleo y del gas, tanto en la parte continental como en el mar, está bastante domesticada.

-Pero se siguen produciendo accidentes tanto en tierra como en el mar…
-Pues es inevitable. Y a veces se cometen accidentes por falta de control, como el que ocurrió en el Golfo de México, que por ahorrarse una plata en unas válvulas se rompió el sistema. Pero eso ocurrió claramente como consecuencia de un funcionario de tercer nivel que resolvió ahorrar una plata. Entonces, claro, se cometen esos errores.
-Es difícil confiar en la industria petrolera cuando uno ve que suceden estas cosas…
–Es difícil confiar en cualquier industria en el mundo. Ahorita estoy haciendo una investigación del comportamiento ambiental de las grandes corporaciones, no solamente las petroleras, sino todas las otras, y es realmente lamentable.
-¿Qué conclusiones nos puede contar de ese trabajo?
-Lo que uno ve es que sigue predominando el greenwashing. Hubo una investigación en una universidad japonesa sobre Chevron, Exxon, Shell, BP, las cuatro grandes. Se parecían en el hecho de que en su propaganda pública permanentemente hacen énfasis en que están evolucionando y haciendo inversiones para ir hacia la producción de energías limpias. Los investigadores tomaron un indicador: la inversión que están haciendo esas empresas de energías limpias es mínima. Entonces ese es un caso poderoso de greenwashing. Estamos hablando de las mayores corporaciones del mundo.

-Existe mucho esfuerzo y dinero para convencernos de que están haciendo las cosas bien en lugar de hacerlas bien…
-Así es. Es el problema de las utilidades.
-¿Es más costoso ser bueno que aparentarlo?
-Sin duda. Es más fácil poner propaganda en los periódicos y decir aquí convencemos a la gente de que lo estamos haciendo bien. En 2015 hubo un acuerdo de los grandes bancos del mundo en la Asamblea de Naciones Unidas para no financiar proyectos que conllevarán o que condujeran la deforestación del bosque tropical. Ese fue el acuerdo. Hay una entidad que se llama Forest Finance, que le hace seguimiento a ese acuerdo y a otros, y encontró que entre 2015 y 2020 esas bancas habían dado créditos para la industria de soya, la industria de palma de aceite, la ganadería en las selvas tropicales. Utilizaron a Naciones Unidas nada más ni nada menos. Manipularon a las Naciones Unidas para decir: “Aquí vamos a hacer la gran cosa”. Y resulta que la gran cosa fue que les tomaron el pelo al asunto.
Imagen destacada: Manuel Rodríguez Berrera, académico y primer ministro de Ambiente de Colombia. Foto: gentileza Universidad de Los Andes