- Un nuevo estudio de la revista Plos One evidenció que casi todo el territorio continental de Colombia tiene potencial para albergar poblaciones de jaguar de todo el continente.
- Sin embargo, solo el 57.71 % tiene parches de hábitat ideales para garantizar su supervivencia.
- Existen 34 áreas prioritarias para la conservación del jaguar y 463 áreas prioritarias para la recuperación de la especie.
- El reto de los especialistas es conectar todas estas áreas entre sí.
Colombia es un territorio clave para conectar a las poblaciones de jaguares (Panthera onca) que habitan entre Centroamérica y Suramérica. A lo largo de los años, múltiples estudios han identificado cinco subpoblaciones de esta especie en el país, así como áreas prioritarias para su conservación. Sin embargo, hasta el momento, solo existía una propuesta para crear corredores potenciales para el jaguar a nivel nacional.
Un nuevo estudio publicado por la revista Plos One en marzo de 2024 propuso nuevos enfoques para abordar la conservación del jaguar. Para ello, identificó la distribución de la especie, sus parches potenciales de hábitat remanente en Colombia y la red de conectividad entre ellos.

1) El nuevo camino: corredores ecológicos
Según el estudio de Plos One, la distribución potencial del jaguar comprende 1 103 122 kilómetros cuadrados de territorio colombiano. Solo el 56.71 % de ellos constituyen parches de hábitat con potencial para albergar a esta especie. Para unirlos, se necesitan 960 corredores.
Los investigadores también identificaron áreas prioritarias para la conservación del jaguar y áreas prioritarias para la recuperación de la especie (JPCA y JPRA). Las JPCA buscan proteger los parches que poseen características ideales para la supervivencia de las poblaciones y subpoblaciones de jaguar. Por su parte, las JPRA son zonas importantes para la especie, pero que, actualmente, no tienen la capacidad de sostener a las poblaciones y subpoblaciones a largo plazo, según José Fernando González-Maya, director científico del Proyecto de Conservación de Aguas y Tierras (ProCAT), copresidente del Grupo de Especialistas en Pequeños Carnívoros de la UICN y coautor del estudio.
En total, los investigadores propusieron 34 JPCA y 463 JPRA, que ocupan 56 0047 y 65 485 kilómetros cuadrados, respectivamente. Las JPPCA se encuentran, principalmente, en la Amazonía y la Orinoquía; y las JPRA, en el Caribe, el piedemonte de los Andes, la Orinoquía y los valles interandinos del centro de Colombia.

2) Los retos en la conservación
El estudio también evidenció la pérdida acelerada del hábitat del jaguar en Colombia, especialmente, en regiones como la Amazonía y Orinoquía. “Los cambios históricos del paisaje provocados por la fragmentación y pérdida del hábitat están disminuyendo el hábitat potencial de la especie y han reducido su distribución en un 39 %”, indica. Como resultado, las poblaciones están cada vez más aisladas y su diversidad genética se está reduciendo, lo que hace a la especie cada vez más vulnerable a la extinción en diversas escalas.
Solo el 15.6 % del territorio de distribución potencial del jaguar se encuentra bajo una categoría de protección, como parques nacionales y reservas naturales, según el artículo científico. Además, de los 497 parches (o zonas núcleo) importantes para la conservación del jaguar identificados por los investigadores, 439 (88.3 %) tenían por lo menos un corredor asociado. El resto, se consideran hábitats aislados.
Aunque más del 50 % del país tiene potencial para ser hábitat del jaguar, estos hábitats enfrentan amenazas como la fragmentación de los bosques, según Diego Zárrate, director de conservación en ProCAT y coautor del artículo.

3) Las regiones críticas
La región Caribe enfrenta los mayores retos para mantener sus poblaciones de jaguares a largo plazo. Según González-Maya, es consecuencia de procesos fuertes de deforestación hasta la década de 1970 y de problemas posteriores, como el cultivo de marihuana y la crisis de orden público. El reto es lograr que se conecten de nuevo con zonas importantes como la serranía de San Lucas y la serranía del Perijá, y consolidar a esta primera como un área protegida nacional.
El estudio también demostró la importancia de trabajar en el Catatumbo, la cordillera de los Andes, al oriente de Colombia y en la frontera con Venezuela. Este es un territorio clave para conectar los llanos orientales (Orinoquía) y Venezuela con el resto de las poblaciones continentales y de Centroamérica.
Otra región crítica es el Pacífico. Según el estudio, esta región, “si bien aún conserva una proporción importante de ecosistemas, fue identificada como la segunda región con menor potencial para la especie”, resultado de la deforestación asociada a la minería ilegal y la explotación minera.
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Imagen principal: el jaguar es el felino más grande de América y tercero más grande del mundo. Foto: Gabriela Vinueza