¡Imponente! Con sus 50 metros de largo, el Shihuahuaco (Dipteryx micrantha) es el árbol milenario de la Amazonía peruana: demora más de 1200 años en alcanzar esa altura. El lento crecimiento de esta especie permite que cada ejemplar pueda atrapar hasta 40 toneladas de carbono, siendo fundamental para el equilibrio del ecosistema. Sin embargo, pese a su valor, por ser el protector de especies como el águila arpía o el guacamayo escarlata, continúa siendo altamente comercializado por la industria maderera sin un control óptimo del Estado peruano.
Los científicos, que han recomendado incluirlo en la lista de especies amenazadas, calculan que cada año, solo en Perú, se cortan aproximadamente 184 mil shihuahuacos para convertirlos luego en tablillas de parquet, madera pulida o aserrada para exportarlas. La ingeniera forestal Tatiana Espinoza, directora de la organización ARBIO, cuestiona que se considere “un lujo” tener pisos de parquet de árboles de más de 800 años y exhorta a la población a considerar estas prácticas como “aberración” y en un contexto de cambio climático.
—En 2018, un estudio del Servicio Nacional Forestal de Flora y Fauna Silvestre (Serfor) estimó que en un período de 10 años se extrajeron en promedio 74 shihuahuacos por día. Es decir, se talaron más de 250 mil árboles. ¿Qué impacto tiene este ritmo de destrucción?
—Es una cifra bastante elevada, y el problema es que se están disminuyendo las poblaciones de esta especie. O sea, no significa que se va a extinguir y no va a haber ni un árbol más, pero a nivel poblacional estamos impactando a la especie en general. ¿Y qué problema hay con esto? Son especies que tienen un crecimiento súper lento, su tasa de crecimiento es muy baja, demoran cientos de años en crecer. Para llegar a un metro de diámetro tienen que pasar casi 700 años, entonces están cortando árboles centenarios, que por lo menos tienen más de 300 años de edad.
Y esta especie está vinculada a muchísimas otras, como el águila arpía y guacamayos, que necesitan de estos árboles para poder anidar y poder continuar con su ciclo de reproducción, extraer un solo ejemplar es un daño grave al equilibrio ecológico.
—En Perú, el shihuahuaco se considera en peligro crítico y el Serfor advierte que de mantenerse este ritmo de extracción actual podría desaparecer en los próximos diez años, por lo menos en los departamentos de Loreto y San Martín. ¿Qué significa para la Amazonía la extinción de este árbol?
—El gran problema es que para cortar shihuahuacos se abren grandes carreteras porque shihuahuaco es una madera que no flota, es una madera muy pesada, por eso es que también tiene este interés comercial para pisos de parquet. Entonces, no se puede transportar por río, es necesario abrir grandes carreteras, meter tractores gigantes, camiones, para poder sacar los troncos de esta especie. ¿Qué sucede con las carreteras en la Amazonía? Cuando se abren grandes carreteras sabemos que por ahí luego ingresan más invasores, se crean caminos de ingreso a muchas otras ilegalidades. Al menos en Madre de Dios lo que sucede es que se llevan los grandes árboles, el bosque pierde valor porque ya no tiene especies comerciales. Además de los shihuahuacos, los madereros aprovechan para sacar toda la madera que encuentren.
—¿Qué impacto tiene este árbol en la vida de los pueblos indígenas de Perú?
—Pues así como tiene un impacto fuerte a nivel ecosistema, a nivel de todo el bosque amazónico, pues obviamente tiene impacto en las personas que viven del bosque y los que están relacionados con él. Al cortar el shihuahuaco estamos degradando el bosque amazónico. En general, extraer madera de grandes árboles en la Amazonía es la principal causa de degradación del ecosistema amazónico.
El bosque degradado ya no ofrece los servicios que ofrece un bosque sano. Es decir, el tema de captura de carbón, el tema del agua, la humedad que genera cada árbol. Cada árbol está generando más de mil litros de agua por día, por transpiración, que forma lluvias, etc.
Estos efectos, obviamente tienen impacto gigante en las comunidades indígenas, más aún en las comunidades que dependen directamente del bosque para su subsistencia al 100 %, como las comunidades de los Piaci, los indígenas en aislamiento y contacto inicial. Son los más vulnerables frente a todas estas ilegalidades, degradación, narcotráfico, minería, todo lo que sucede en la Amazonía, que muchas veces se inicia por la extracción maderable.
—¿Existen otros tipos de árboles que pueden ser usados en la comercialización de muebles que reemplacen al shihuahuaco?
—Hay unas especies que no demoran tanto en crecer, que también son bastante densas, no tanto como el shihuahuaco, pero yo creo que podrían servir para muchos de los usos para los cuales se usa el shihuahuaco. Por ejemplo, la capirona crece en grandes cantidades en Loreto. Incluso hay capironales, que son lugares donde crece mucha capirona, casi uno al lado del otro. Es una madera que, como te digo, no es tan densa como el shihuahuaco, pero tiene densidad más o menos media-alta. Entonces habría que investigar un poco más cómo puede reemplazar para pisos, muebles u otras cosas para las que se usa el shihuahuaco.
En fin, hay ciertas tendencias que tienen que ir cambiando sí o sí. Entonces, el usar madera, pisar, usar pisos de parquet de un árbol que tiene 800 años, más que un lujo o progreso, debería ser visto como una aberración. Este árbol cumple muchas más funciones y es mucho más útil de pie en el bosque dándonos todo que cortado en un piso.
—Tú eres una de las principales promotoras de la defensa del shihuahuaco. ¿Qué pueden hacer otras personas para protegerlo?
—Investigar un poco más, saber qué especies estamos comprando para nuestros pisos, etcétera. Saber también que hay algunas alternativas. No seguir promoviendo estos commodities, que están degradando o deforestando el ecosistema amazónico. Y por otro lado, vincularse directamente con la conservación de la Amazonía, con proyectos, por ejemplo, como lo que hacemos en ARBIO. Nosotros somos un puente entre las personas y el sector privado y el bosque. Lo que hacemos es crear oportunidades para que se puedan sumar de manera fácil y estén aportando a la conservación del Shihuahuaco, de los grandes árboles y del ecosistema amazónico en general. Entonces, cualquier persona puede adoptar a uno de estos grandes árboles que nosotros estudiamos.
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Imagen principal: Un solo ejemplar de shihuahuaco demora en alcanzar 40 metros de altura en al menos mil años. Foto: Arbio