Los delfines rosados son mamíferos también conocidos como bufeo, boto o delfín del Amazonas, y es la especie de delfín de río más grande del mundo. Esta especie se encuentra en peligro debido a la destrucción de su hábitat, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
El biólogo Oscar Quispe, de World Wildlife Fund (WWF) explica que las partes de los delfines son usados en rituales culturales en la Amazonía y que aún no se conocen las rutas de tráfico de esta especie.
—¿Cuál es la importancia del delfín rosado dentro de un ecosistema?
—Los delfines rosados son indicadores de ríos vivos, sanos y conectados. En los ecosistemas donde hay buena riqueza ecológica, presencia de peces, también van a estar los delfines rosados, porque ellos son depredadores topes.
Siempre que haya delfines rosados, vamos a saber que hay buena presencia de peces, no solo en cantidad, sino en variedad. Y no solo esto, sino también los delfines rosados son una especie sombrilla, justamente por ser depredadores topes, que se alimentan de muchos peces, también van regulando la cantidad de estos en los ecosistemas. Digamos que hay una relación en cadena con distintas especies, y que protegiendo a los delfines de río, protegemos no solo a esta especie, sino a todo el ecosistema.
—¿Se conoce la cantidad de la población del delfín rosado en la Amazonía? ¿En qué regiones se encuentra?
—No, aún no se conoce. Sin embargo, sí se está trabajando en ello. Los trabajos o las investigaciones con delfines rosados llevan ya varios años, un par de décadas, pero las formas en cómo se ha abordado ha sido un poco distinta.
Sin embargo, desde hace varios años se ha conformado la Iniciativa Suramericana de Delfines de Río, que es SARDI, por sus siglas en inglés, y a través de este grupo ya se ha estandarizado la forma en cómo se hacen esas investigaciones y se han realizado expediciones y monitoreos para investigar a los delfines de ríos en distintos sitios. Entonces, si bien se tiene una gran cobertura, por la extensión y complejidad del bioma amazónico, aún no se llega a conocer todo.
Hay algunos ríos donde se han llegado a contar 300, 400 delfines. Hay otros donde pueden llegar a ser más, 2000, 3000, pero esto también está sujeto a la extensión de los ríos y las conexiones que tienen con otros.
—¿Cuáles son las amenazas a las que está expuesto el delfín rosado?
—Bien, aquí podríamos decir que son cinco principales. Una que es el cambio climático, porque la Amazonía está muy sujeta a los niveles de las aguas, y por el cambio climático hemos visto en los últimos años que el régimen hídrico cambia. Hay momentos en los que llueve más y hay inundaciones y, caso contrario, donde las aguas bajan mucho y hay sequías y se pierden conexiones. Esto afecta mucho a los delfines rosados.
Otro puede ser la minería ilegal y la contaminación con mercurio, que puede tener impactos en la salud de los delfines, mediante la bioacumulación y alteraciones a nivel fisiológico. También está la sobrepesca o la pesca dirigida, que es principalmente por agotar el recurso pesquero, el alimento de los delfines.
Además, se tiene el desarrollo de infraestructura y, por otro lado, la deforestación que genera el cambio de la tierra porque al removerla quitan ciertas características, propiedades físicas de la tierra que pueden dar forma a los bosques. Eso también llega a tener repercusiones en la propia composición y dinámica de los ríos.
—¿Se han identificado las rutas del tráfico del delfín?
—No, particularmente no han habido estudios a gran escala o que busquen identificar tráficos, pero sí hay reportes y casos que se pueden ver en distintos sitios. Hay partes de delfines que suelen comercializarse para algunos temas un poco más ritualísticos, religiosos, en culturas amazónicas, entonces no es raro que a veces puedas encontrar partes de los delfines que se comercializan en ciertos mercados, pero conocer toda la ruta desde el origen hasta el fin es algo que todavía no está identificado.
—¿Cómo trabajar en la protección adecuada de los delfines rosados en la Amazonía?
—Eso se puede alcanzar en distintos niveles. Por un lado, en la parte local, se pueden hacer trabajos con pescadores, con población local y los guardaparques, que finalmente son quienes en el día a día están conviviendo con los delfines de río.
Por otro lado, también algo muy importante es el trabajo con las autoridades, es decir, gobierno regional, gobierno nacional, porque finalmente es bajo esta legislación que se engloban todos los esfuerzos que hacemos, y en ese sentido se pueden trabajar los planes de acción nacional para la conservación, articulaciones interinstitucionales.
La importancia de todos los sectores y temáticas que se pueden articular para que haya acciones integrales de conservación que no solo involucren a especialistas, sino que involucren también a comunidades, a pescadores, a guardaparques, a instituciones públicas, es un trabajo de todos que se debe diseñar justamente en conjunto para que pueda ser efectivo.
Imagen principal: Los delfines rosados son la especie de delfines más grandes del mundo. Foto: WWF


