En los próximos meses las frágiles y coloridas alas naranjas y negras se batirán para transportar a la mariposa monarca hacia el sur. Sin embargo, el número de mariposas monarca (Danaus plexippus) que logran llegar a su destino final ha disminuido de manera sostenida, arrojando el pasado invierno el nivel más bajo de las últimas dos décadas según un sondeo reciente.
El viaje del insecto se inicia a finales del verano y en agosto, cuando las monarcas vuelan desde Canadá y el noreste de EE. UU. hacia sitios de hibernación altamente selectivos en México. Con un peso individual menor al de un clip de papel, las mariposas monarca emplean una brújula natural para realizar la migración de insectos más larga del mundo, volando más de 4000 kilómetros (2485 millas) para alcanzar su destino final en noviembre.
Las monarcas se reúnen en los bosques montañosos del centro de México en cantidades masivas de hasta 50 millones por hectárea en solo una docena de colonias. Las monarcas forman grupos en los troncos y ramas de las coníferas, cubriendo el cielo de un color anaranjado. Es en estos pequeños bosques de monarcas donde los científicos determinan el tamaño de la población. Un sondeo realizado por la alianza Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por su sigla en inglés)-Telcel y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas de México, tomó el porcentaje de bosques de invernación poblados por las mariposas monarca como un indicador para estimar el número de mariposas que llegan al país cada año para hibernar.
Mariposas monarca hibernando en California. Foto cortesía de Agunther.
“Cuando las monarcas llegan a sus bosques de hibernación en México, nos localizamos en los lugares donde estas mariposas se agrupan para formar colonias”, Eduardo Rendon cuenta a mongabay.com. Rendon es el director del programa “Mariposa monarca” de WWF.
El sondeo se realizó en cinco colonias de hibernación dentro de la Reserva de la biosfera de la Mariposa Monarca de México y en cuatro colonias afuera de la reserva.
“Medimos los bordes de la colonia y calculamos el área ocupada a través de un sistema de información geográfico”, agrega Rendon.
El sondeo invernal de 2012-2013 indicaba que sólo 1,19 hectáreas (2,95 acres) fueron ocupadas, una disminución dramática del 59 por ciento en comparación con la encuesta del año anterior.
Mariposa monarca (Danaus plexippus). Foto cortesía del Kenneth Dwain Harrelson.
Rendon considera que la disminución de mariposas monarca en México puede estar relacionada con las severas temperaturas y sequías de 2012 a lo largo de gran parte del hábitat de verano de la monarca. La fluctuación climática puede haber reducido las plantas huésped de la monarca y haber estresado a los insectos restantes.
Las extremas fluctuaciones de temperatura durante la primavera y el verano pueden afectar la supervivencia y reproducción de las mariposas pero el clima es sólo uno de los grandes desafíos. El hábitat de la monarca a lo largo de Norteamérica está desapareciendo, amenazando la irremplazable migración de larga distancia.
No se trata de una amenaza sencilla, dice Craig Wilson, investigador asociado en la Universidad de Texas A&M en Matemáticas y Ciencias de la educación; y aficionado a la mariposa desde hace mucho tiempo. “Posiblemente se trata de una mortal combinación entre el cambio climático y la conducta humana”.
Un fenómeno biológico en peligro
Estados Unidos, Canadá y México cuentan con regiones en donde las monarca se reproducen, migran o hibernan haciendo que sea esencial que cada país respalde el hábitat de la monarca a lo largo de la totalidad de la ruta migratoria.
Es de particular importancia la supervivencia de la migración desde México, a través de EE. UU. hasta Canadá, remarca Wilson. “La mariposa sobrevivirá, pero ésta es una de las migraciones mundiales más importantes y está en peligro”.
Grupos de mariposas. Foto cortesía de WWF.
Las monarcas del este de EE. UU. enfrentan amenazas como la urbanización y la agricultura, lo que resulta en una generalizada reducción del hábitat de reproducción y de la principal planta alimenticia larvaria, más conocida como algodoncillo (Asclepias syriaca). Las monarcas adultas también se deleitan con el algodoncillo para acumular reservas vitales de lípidos y tener energía en el invierno.
El algodoncillo, que crece en los campos de soja y de maíz en el oeste medio de EE. UU., es tóxico para el ganado y reduce la producción agrícola; además, el elevado uso del herbicida glifosato ha arrasado con la maleza que crece en los cultivos transgénicos resistentes a estos químicos.
“”Estamos hablando de cientos de miles de acres de tierra que han sido esterilizados, matando todas las fuentes de néctar y los algodoncillos”, cuenta Lincoln Brower, profesor-investigador de biología en Sweet Briar College. Brower ha estado estudiando la biología de la mariposa monarca desde que era un estudiante graduado en la Universidad Yale en 1954.
Los científicos creen que el uso del herbicida ha reducido la disponibilidad del algodoncillo en casi 58 %, generando una disminución en la reproducción de monarcas de hasta 81 % en el cinturón agrícola de EE. UU. desde 2009 hasta 2010.
Además de la pérdida del algodoncillo, existe una notoria ausencia de floración a lo largo del trayecto; importante fuente de néctar y de paradas de descanso.
Las monarcas bebiendo de un arroyo. Foto cortesía de WWF.
“Durante la migración, las monarcas se detienen para dormir y consumir néctar, que convierte las grasas en reservas de energía para la travesía migratoria”, añade Rendon.
Una vez que las monarcas llegan a México, el hábitat de invernación impone su propio juego de complejos obstáculos. Los científicos descubrieron las colonias de hibernación en 1975 e investigadores tales como Browner han estudiado a las monarcas en estado de hibernación, así como también ese hábitat en particular para crear mejores prácticas de gestión.
“La biología de hibernación de la monarca comprende un periodo de quiescencia (inactividad) que se produce en las elevadas alturas de las montañas de México central e incluye un total de doce cordilleras”, comenta Browner.
En el pasado, el mayor problema era la deforestación por tala ilegal a gran escala, continúa Browner; sin embargo, cree que el gobierno mexicano ha trabajado arduamente sobre este tema para mitigarlo.
El ecosistema de bosques de pinos y abetos, más conocido como los bosques de oyamel es crucial para la supervivencia de las monarcas. Mientras que las espesas colonias de mariposas cubren los árboles, los bosques de oyamel sirven de cobijo y protección para las mariposas, brindando refugio y condiciones micro climáticas durante las lluvias y heladas de invierno. El raleo de bosques expone a las mariposas a menores temperaturas nocturnas y aumenta la mortalidad durante las tormentas.
“Evita que las mariposas se mojen y hielen”, dice Brower refiriéndose a los bosques de oyamel. “La temperatura en el interior del bosque es alrededor de 10 grados mayor que fuera del mismo; así que si empiezas a hacer agujeros en la manta, más mariposas se helarán y mojarán”.
El área está poblada principalmente por comunidades agrarias que utilizan los bosques como recursos, sin embargo la conservación y el manejo sustentable de los bosques ha evolucionado con los años. En 2000, la Reserva de la biosfera de la Mariposa Monarca fue creada. La reserva comprende 56.000 hectáreas que cuentan con protección jurídica completa o parcial contra la tala, incluyendo los sitios de agrupación de las colonias de monarcas.
“A pesar de que la tala ilegal a gran escala ha sido reducida significativamente, creemos que se sigue talando a pequeña escala”, comenta Rendon. “Esto se podría convertir en una amenaza mayor si no somos capaces de brindar alternativas económicas a las comunidades locales para que aprecien los beneficios de conservar el bosque”.
Un vuelo misterioso
La mariposa monarca como especie no se encuentra en extinción; tiene una amplia distribución en todo el mundo. No obstante, sí está en riesgo el fenómeno migratorio norteamericano junto con distintivas y misteriosas habilidades de navegación.
“Todo esto está controlado por su cerebro, por lo que se lo compara con una mega computadora”, añade Browner. “Si lo piensas, perder esa asombrosa migración sería muy perjudicial para conocimiento en el futuro”.
Un sondeo de monarcas en acción. Foto cortesía de WWF.
Las mariposas que viajan anualmente desde Canadá y EE. UU. a México pertenecen a la tercera o quinta generación de mariposas que dejaron México al comienzo de la primera primavera, explica Rendon. “Desconocemos cómo encuentran exactamente los mismos sitios donde sus abuelos y bisabuelos se agruparon para hibernar el año anterior”.
La mariposa monarca es el único insecto migratorio, aunque hay muchas aves que también lo hacen. Si Canadá, EE. UU., y México tienen éxito en resguardar el futuro de la monarca, es posible que otras especies migratorias también puedan beneficiarse.
Un programa de extensión educativa de la Universidad de Kansas conocido como Monarch Watch (“Cuidando a la monarca”) fomenta la creación de Monarch Waystations (“Estaciones de paso de monarcas”), en el que los individuos interesados plantan algodoncillos y crean fuentes de néctar en los jardines, escuelas, comercios y demás, para compensar la pérdida de fuentes de alimento en los campos agrícolas.
“Se ha producido un descenso en el océano pero cada una de estas acciones ayuda”, dice Wilson.
Mientras que los científicos aún están buscando respuestas, no hay dudas de que los expertos deben continuar investigando la travesía internacional de la monarca, y seguir estableciendo o manteniendo las estrategias de conservación actuales.
“Esa criatura realiza una migración impresionante y tiene un comportamiento de hibernación absolutamente único en comparación con cualquier otro animal del planeta”, concluye Browner.
Citas bibliográficas:
Brower et al. (2011). Decline of monarch butterflies overwintering in Mexico: is the migratory phenomenon at risk? Insect Conservation and Diversity
Brower, L.P., Fink, L.S. and Walford, P. (2006). Fueling the fall migration of the monarch butterfly. Integrative and Comparative Biology, Volume 46, Number 6, pp. 1123–1142
Howard, E. and Davis, A.K. (2009). The fall migration flyways of monarch butterflies in eastern North America revealed by citizen scientists. Journal of Insect Conservation Volume 13, Issue 3, pp 279-286
World Wildlife Fund. Monarch Butterfly Survey Indicates Lowest Numbers in 20 Years (March 14, 2013). http://worldwildlife.org/stories/monarch-butterfly-survey-indicates-lowest-numbers-in-20-years