- Los grupos de conservación sostienen que los oleoductos transportarían el aceite recolectado de arenas petrolíferas y formaciones de esquisto a través de métodos de extracción "sucios".
- La administración de Obama se opuso a ambos proyectos, ya que para ellos representaban un paso atrás en el fin de la dependencia estadounidense de la energía basada en el carbono.
- El Presidente Trump dijo a periodistas durante la firma en la Casa Blanca que el oleoducto Keystone XL crearía 28 000 empleos.
El presidente Donald J. Trump firmó dos órdenes ejecutivas el martes para permitir que los proyectos de los oleoductos Keystone XL y Dakota Access avancen.
La firma invirtió el curso de la administración del expresidente Barack Obama, la cual se opuso a los proyectos con el argumento de que fomentaban la dependencia de Estados Unidos de la energía basada en el carbono y además contribuían al cambio climático.
El oleoducto de Dakota correría 1886 kilómetros (1172 millas) desde un conjunto de formaciones de esquisto en Dakota del Norte a través de Dakota del Sur y Iowa hasta su término en Patoka, Illinois. TransCanada, la compañía que intenta construir el oleoducto Keystone XL, dijo que se extenderá 1897 kilómetros (1179 millas) de Hardisty, Alberta, en Canadá a través de Montana y Dakota del Sur a Steele City, Nebraska.
Los defensores argumentan que las tuberías proporcionan un medio de transporte más seguro y más respetuoso con el medio ambiente que por medio de camiones o ferrocarriles. Además, los partidarios sostienen que los proyectos traerán puestos de trabajo e ingresos fiscales.
La orden ejecutiva autoriza negociaciones continuas para la construcción del oleoducto de Keystone XL. Mientras que Trump firmaba la orden, dijo que el proyecto creará 28 000 “grandes puestos de trabajo en construcción”. Sin embargo, Reuters divulgó que un estudio del 2014 del Departamento de Estado pronosticó 3900 puestos de trabajo.
Trump también firmó otra orden ejecutiva que dice que las tuberías deberán ser construidas con acero americano. “Construimos nuestro propio oleoducto. Vamos a construir nuestras propias tuberías, así como lo solíamos hacer en los viejos tiempos”, continuó Trump.
Pero los opositores argumentan que la recolección de crudo de las arenas petrolíferas de Alberta y de las formaciones de esquisto en Bakken, Dakota del Norte, no es buena para el medio ambiente ni para la economía.
“Trump afirma que es un buen hombre de negocios”, Michael Brune, director ejecutivo de Sierra Club, escribe en la página web ambiental EcoWatch;” sin embargo, está alentando el desarrollo sucio y peligroso de las arenas petrolíferas cuando la energía limpia crece más rápido, produce más empleo y tiene un futuro real”. Además, escribe que Trump fue un inversionista en Energy Transfer Partners, la empresa con sede en Texas que trabaja en el oleoducto Dakota Access.
Según el Consejo para la Defensa de Recursos Naturales, “extraer y convertir las arenas bituminosas en combustible utilizable es un esfuerzo enorme y muy intenso de energía y agua que involucra la extracción de áreas gigantes de tierra y la creación de cargas de residuos tóxicos y contaminación del aire y del agua”. El oleoducto Keystone XL transportaría alrededor de 800 000 barriles diarios de petróleo de las arenas petrolíferas canadienses a Houston y Nederland, Texas, en el Golfo de México.
Los activistas ambientales y las tribus de indios americanos han luchado contra la construcción de los oleoductos, este último con el argumento de que el oleoducto Dakota Access podría contaminar la fuente de agua para la reserva Standing Rock de los sioux y perturbar importantes sitios culturales. El 20 de enero, el consejo tribal decidió cerrar los campos de protesta para permitir la reapertura de caminos importantes, informó el Tribunal de Bismarck.
A nivel nacional, los grupos de conservación han prometido seguir luchando contra los proyectos de construcción.
“El oleoducto Keystone fue rechazado porque no era de interés para el país y la revisión ambiental del ducto Dakota Access fue ordenada debido a las amenazas que planteaba a los sioux de Standing Rock”, escribe Brune. “Nada ha cambiado. Estos oleoductos eran una mala idea entonces y ahora también lo son”.
Esta historia fue publicada por primera vez en la web en inglés el 24 de enero de 2017.