- Conoce a Robin Van Loon, fundador de Camino Verde, una organización que trabaja para superar la agroeconomía sostenible y llegar a la agroeconomía regenerativa en Tambopata.
- Tambopata, en Madre de Dios, es uno de los lugares más biodiversos del planeta, pero esta zona de la Amazonía también está amenazada por la deforestación por minería y tala ilegal.
En la región de Tambopata en la Amazonía peruana, Manuel Huinga recolecta semillas rojas brillantes del suelo bajo un gran árbol de canela silvestre, conocido como canelón de forma local. Como coordinador forestal y técnico de campo de Camino Verde, Manuel desarrolla el protocolo de conservación de la organización para el canelón, lo cual abarca plantar los plantones y cosechar las hojas y ramas del árbol para la producción de aceite esencial.
Ese trabajo tiene un gran significado para Huinga. “Me gusta mucho. Es un árbol al que mi padre quiere, y que su padre utilizaba. Es un árbol emblemático de nuestra región y podría ser un producto importante para la gente de aquí, algo que pueden obtener sin destruir los árboles. También sienta un nuevo precedente, la legislación de silvicultura de Perú no aborda los planes de gestión para aceites esenciales. Así que vamos a empezar por el principio y asegurarnos de que la producción de canelón sea sinónimo de conservación forestal”.
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Un impulso a la conservación forestal
La madera del canelón, resistente a la descomposición (debido a su gran abundancia de componentes aromáticos), ha hecho que sea objetivo de la extracción ilegal de madera, por eso es difícil encontrar plantones en el bosque. Camino Verde cultiva plantones de canelón en sus viveros, junto con decenas de otras especies en peligro, para plantarlos en el bosque del que una vez los cortaron para expansión agrícola, ganadera o para la minería aurífera. También se donan plantones a agricultores locales para que los planten en sus sistemas agroforestales.
Camino Verde ha hecho este trabajo desde 2006 cuando Robin Van Loon fundó la organización con el convencimiento de que la conservación forestal empieza por los agricultores locales. Desde entonces, él y su equipo han colaborado con agricultores para diversificar sus fuentes de ingresos y que incluyan un abanico de productos forestales que no sean madera, como aceites esenciales, con el objetivo final de incentivar la protección de los árboles que proporcionan los productos.
Van Loon espera convencer al gobierno peruano para que cree concesiones para el canelón y otros árboles que producen aceites esenciales, como la moena (Endlicheria krukovii), que, de lo contrario, podrían ser talados para conseguir su madera.
“Donde más necesitamos a los conservacionistas es en los trópicos, específicamente, a los agricultores de los trópicos. Los agricultores podrían salvarnos a todos”, dijo Van Loon. “Y los agricultores de aquí no pueden hacer las cosas por amor al arte, necesitan un incentivo económico”.
Mongabay habló con Robin Van Loon para conocer mejor el plan de Camino Verde para producir aceites esenciales al servicio de la conservación de la selva tropical.
Mongabay: ¿Cuál fue su motivación para establecer Camino Verde?
Robin Van Loon (RVL): Siempre me han gustado las plantas. Después de vivir varios años en la Amazonía peruana, me quedé fascinado con los cultivos tan singulares que había, las valiosas maderas y las poderosas medicinas que los lugareños conocen extensivamente. También me sorprendió la velocidad a la que se pierden esos árboles en la naturaleza y la escasez de trabajos coordinados para restaurar o gestionar de forma sostenible las especies más valiosas.
Allá donde fuera, preguntaba a la gente por las semillas de los árboles conocidos, como la madera de la que está hecha tu casa, por ejemplo. Las semillas y hábitos de cultivo de muchas especies de árboles eran desconocidas para los habitantes locales, y había pocos esfuerzos para reforestar las especies nativas y muy distantes entre ellos en el tiempo.
Al principio, lo que pretendía Camino Verde era simplemente empezar a plantar los árboles amazónicos que se estaban perdiendo más rápido, encontrar semillas de las especies más raras y amenazadas, aprender como propagar y expandir el abanico de especies nativas explotadas en los mercados locales para obtener productos forestales madereros y no madereros.
En la actualidad, nuestro centro de reforestación alberga más de 400 especies de árboles, muchas de las cuales ya producen semillas para futuros trabajos de plantación. Nuestro terreno incluye 20 hectáreas de áreas que habían sido deforestadas y han sido replantadas con árboles y 100 hectáreas de impresionante bosque primario donde vamos a recolectar semillas.
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Mongabay: ¿Por qué eligió la región de Tambopata para Camino Verde? ¿Cuáles son las mayores amenazas para los bosques de esta región?
RVL: El área de Tambopata es única en muchas cosas. Todavía se descubren nuevos organismos de forma regular y un quilómetro cuadrado de selva contiene tantas especies de árboles como el conjunto de Europa. Alberga algunas grandes áreas protegidas y una biodiversidad casi incomparable, y es un lugar intrínsecamente adecuado para contar con un centro de reforestación centrado en la biodiversidad.
No sé si es exacto decir que elegimos Tambopata por esas razones. Lo más importante es que es el lugar que amamos. Me enamoré del Amazonas como forastero y fue muy importante encontrar a personas especializadas de la zona —algunas de las cuales ahora son parte del equipo de Camino Verde— que adoran su hogar y quieren ver los árboles nativos que han conocido toda su vida prosperar y no desaparecer.
Muchas de las mayores amenazas a nuestra área son las mismas que para los bosques tropicales de todo el mundo: la agricultura, la ganadería, las plantaciones de monocultivos como el aceite de palma, y la extracción de madera son grandes amenazas para la biodiversidad y las valiosas especies.
Con la finalización de la Carretera Interoceánica que conecta Brasil y Perú de costa a costa, el nuevo acceso a mercados para conseguir productos agrícolas (como ciudades andinas que no pueden producir sus propias bananas) ha significado una rápida pérdida de bosque a lo largo de la carretera. Algo que ha pasado en especial para establecer cultivos de papaya.
Aunque de forma histórica la región se ha visto aislada por la escasez de carreteras seguras, eso ha quedado en el pasado y podemos esperar que haya una aceleración en la deforestación de la región, como ha pasado en prácticamente todas las regiones comparables en el planeta después de conseguir accesos por carretera. De repente, es provechoso explotar los recursos que antes no se podían alcanzar de forma rentable.
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Mongabay: ¿Qué tipo de soluciones de conservación ha visto aplicados en esta región? ¿En su opinión, qué cosas funcionan y cuáles no?
RVL: Tambopata y la región de Madre de Dios se han beneficiado de una variedad de iniciativas de conservación y regeneración a diferentes niveles que siguen en curso. Los parques nacionales, reservas nacionales, comunidades nativas y reservas comunales suman la mitad del territorio de la región. Además, tramos extensos de bosque están protegidos a perpetuidad —al menos por la ley, si no en la práctica— como concesiones de silvicultura que el gobierno arrienda a largo plazo a propietarios familiares a quienes se permite cosechar castañas de Brasil y otros productos del bosque de forma sostenible.
Una industria de ecoturismo robusta en el área atrae tráfico, financiación y concienciación a las zonas protegidas y tiene peso político gracias a su importancia para la economía de la región.
Existen muchas iniciativas —Camino Verde es solo una de ellas— que han encontrado formas de hacer que la conservación y regeneración de la selva amazónica no solo sea sostenible sino también rentable, así que la gente lo hace. Cuando digo la gente me refiero a gente que vive aquí en el Amazonas: pequeños agricultores, miembros de comunidades nativas, comerciantes, empresarios, ONG, desarrolladores de proyectos del gobierno; queremos que todo el mundo participe en la regeneración del Amazonas y no solo por participar un acto benéfico.
También hemos visto intervenciones con poca visión de futuro y mal planificadas que no sirvieron como soluciones. Curiosamente, cuando se trata de proyección agrícola en la región, el primer punto en el que fracasan los proyectos es la falta de conectividad con los mercados. “Aquí, planta esto”. Pero luego llega la cosecha y no haya a quien venderle el producto. Por eso, como consecuencia, la mayoría de ejemplos de trabajo de agricultura regenerativa en la región han remarcado la importancia de ayudar a los agricultores a vender sus productos. Ese suele ser un ingrediente importante.
Mongabay: ¿Cuándo estableció Camino Verde? ¿Con qué retos iniciales se encontró?
RVL: En 2006, empecé con la chacra que se convertiría en el Centro de Reforestación Camino Verde Baltimori, que era nuestro centro principal pero que poco a poco dejó de ser nuestro único foco. La organización se constituyó en Massachusetts en 2007 y consiguió el estado de entidad no lucrativa en 2008 en Estados Unidos y en 2015 en Perú (nuestra organización hermana allí es Camino Verde Tambopata).
Al principio, tuvimos que lidiar con la falta de conocimientos sobre las especies nativas de árboles del Amazonas. Claramente, somos herederos de una tradición de dominio de la silvicultura en el Amazonas y podría nombrar decenas de especies de árboles para los que no fue neceario ningún recurso informativo más allá del sentido común y los amplios conocimientos básicos de los agricultores locales.
No obstante, la falta de familiaridad con las semillas, plantones y hábitos de crecimiento de especies menos habituales, junto con una ausencia total de literatura técnica práctica sobre muchos árboles clave y amenazados significó que muchas veces íbamos a ciegas y cometíamos errores, que es la mejor forma de aprender. Aprendí a plantar árboles cavando agujeros con un machete, así que sé mucho sobre cometer errores. A veces aprendíamos por las malas cómo no combinar especies diferentes en nuestros sistemas de agrosilvicultura.
En aquellos momentos, a mis pragmáticos vecinos les parecía que toda la iniciativa era estúpida. Ellos veían la reforestación como algo desconocido y, por lo tanto, arriesgado. Pero los árboles crecieron y siempre tuvimos una política de promoción que no fuera pedante en la que los árboles pudieran hablar por sí mismos. Ahora algunos de los que se rieron de su vecino gringuito plantan árboles de nuestros viveros.
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Mongabay: ¿Por qué eligió incorporar aceites esenciales a su estrategia de conservación?
RVL: Nos interesamos en los aceites esenciales como otro nivel de producto forestal con valor añadido que no fuera de madera y se pudiera obtener de plantas conocidas y desconocidas. Digo “otro nivel” porque la destilación va más allá del repertorio local tradicional de procesamiento de productos agrícolas, sin embargo, la tecnología es bastante clara y antigua.
Habíamos oído hablar de gente que experimentaba con citronela y ese tipo de cosas y nos parecía intrigante, pero lo que realmente atrajo mi interés fue aprender sobre el palo de rosa brasileño (Aniba rosaeodora), un árbol que estuvo al borde a extinción a causa de las empresas de perfume que trabajaban con Chanel y Dior. Es una historia muy rara y un vector de deforestación en el Amazonas muy inesperado. Me picó la curiosidad y empecé a intentar encontrar árboles semilleros de palo de rosa. Al final tardé ocho años en encontrar alguno.
Cuando buscábamos esas semillas, muchas veces encontramos algunas parecidas y también tuvimos alarmas falsas: descubríamos algo que pensábamos que era palo de rosa y luego era algún familiar cercano que olía bien, pero diferente. Y en algún momento se nos encendió la bombilla: si hay mercado para aceite de palo de rosa, quizás haya mercado para estas otras especies relacionadas, que casualmente se suelen talar por lo bonita que es su madera. El mismo palo de rosa, por ejemplo, es una de las mejores maderas para hacer guitarras.
Nuestro trabajo de plantación de los parientes del palo de rosa con mejor aroma siguen adelante y hasta ahora han incluido más de una decena de especies de la misma familia, todos están plantados en nuestro centro de reforestación. Pero el punto focal ha sido la moena alcanforada, de la cual plantamos 550 árboles en 2010. Su aroma fresco parecido al del té verde se encuentra en jabones naturales, productos corporales y fragancias en EE.UU. y Perú. Esperamos seguir construyendo un mercado para el aceite esencial de moena alcanforada para poder plantar más árboles. Este año se han plantado más de 1000 árboles en tierras que son propiedad de tres de nuestros socios agricultores.
Con la agroecología como nuestra lente y metodología, hemos modificado nuestra forma de pensar, de sostenible a regenerativa. Queremos regenerar la biodiversidad de los bosques de forma que se regeneren las economías y el dinamismo humano. Los aceites esenciales son misteriosos y una de las cosas que me gusta de ellos es que te transportan de verdad. Así que es genial poder ofrecer un vínculo sensorial con el Amazonas. Hueles como huelen los árboles.
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Mongabay: ¿Colabora Camino Verde con otras organizaciones?
RVL: Durante años, hemos trabajado de cerca con el Center for Amazon Community Ecology, una organización con un propósito similar que tiene sede en Loreto, Perú. Nuestra misión se ve potenciada drásticamente con el trabajo del Centro de Innovación Científica Amazónica (CINCIA), afiliado a la Universidad de Wake Forest, a los que proporcionamos plantones para sus trabajos de reforestación en zonas de minería aurífera degradadas. El Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) nos ha ayudado a mejorar nuestros viveros de árboles desde hace más de una década. Otras organizaciones y empresas colaboradoras a las que debemos mucho son la Asociación de Agricultura Ecológica, EcoDely, Shiwi, Pacha Soap y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA). Hay muchos otros.
Mongabay: ¿Cuánta gente trabaja en Camino Verde? ¿Qué hacen?
RVL: Ahora, el equipo de Camino Verde cuenta con 11 trabajadores a tiempo completo contándome a mí. El equipo lleva dos viveros que producen más de 50 000 plantones al año, más de 100 especies de árboles. Nuestro equipo planta miles de árboles cada año en nuestros puntos de reforestación y con nuestros socios agricultores. Me educan constantemente sobre los usos de millones de plantas. Nuestro centro principal de reforestación y nuestro vivero de silvicultura principal tienen cada uno un coordinador increíble, dos de mis personas favoritas en el mundo. Mi colega, Ursula, es la directora administrativa y mamá osa de la familia. La gratitud siempre está presente cuando trabajas con gente tan extraordinaria.
Mongabay: ¿Qué consejo tiene para las organizaciones que quieren intentar incorporar aceites esenciales a sus estrategias de conservación?
RVL: ¡Que planten los árboles! Que no los obtengan de fuentes silvestres.
Nota del editor: Heather D’Angelo es fundadora de Carta, una línea de perfumes con un nuevo aroma que utiliza alcanfor moena extraído de Camino Verde. Lee más sobre esta colaboración aquí.
Imagen de cabecera: el fundador de Camino Verde, Robin Van Loon, sostiene una hoja de árbol moena. Foto cortesía de Shahrzade Ehya.