- El lobo gris mexicano, en peligro de extinción, comenzó a resurgir en el norte del país y científicos creen que puede ayudar a recuperar ecosistemas.
- Narcotraficantes obstaculizaron trabajo de biólogos, ahora posible muro de Donald Trump podría frenar desplazamientos de lobos entre México y Estados Unidos.
Es posible que dentro de unos 10 años, varias regiones del norte de México comiencen a recuperar sus ecosistemas y tal vez muy poca gente sabrá por qué. Quizá solo especialistas lo noten porque sería un proceso paulatino, una historia que ha ido avanzando poco a poco desde 1978, cuando comenzaron los planes para regresar al lobo gris mexicano (Canis lupus baileyi) a su hábitat natural.
Uno de los personajes de esta historia es una loba que, tras salvar su vida, caminó sola más de 400 kilómetros de un bosque a otro y se estableció en el lugar que ella eligió, mostrándole así a los científicos dónde podría volver a proliferar su especie. Una que fue casi borrada del mapa hace décadas, cuando se expandió la ganadería en México, y que luego fue declarada en peligro de extinción.
La historia en 1 minuto. Video: Mongabay Latam.
Ahí donde este ejemplar eligió vivir ya han nacido varias camadas en libertad y las instituciones involucradas en el Programa de Conservación del Lobo Mexicano calculan que hay unos 30 ejemplares viviendo en la vida silvestre. Los científicos optimistas esperan que poco a poco pueda suceder el mismo fenómeno del parque nacional Yellowstone, en Estados Unidos, donde la reintroducción del lobo restauró el hábitat y provocó que volvieran los ríos y las lluvias.
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El lobo gris mexicano
Las cifras que hablan de la recuperación de la subespecie son los 390 ejemplares cautivos en instituciones de México y Estados Unidos, los 30 viviendo libres en el país azteca y los 100 en la nación norteamericana. “Es un logro grandísimo, no esperábamos eso los primeros años”, opinó la doctora Xóchitl Ramos, integrante del Grupo de Manejo del Mexican Gray Wolf Species Survival Plan, que tiene incidencia en México y en Estados Unidos. “Decían que esto nunca se iba a lograr. Todavía no estamos en el momento de echar las campanas al vuelo porque nos hace falta mucho, una población como la que tenemos se puede erradicar en dos años y el esfuerzo de 35 años se viene abajo”, dijo el doctor Jorge Servín, profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana y precursor del programa de recuperación de la especie en México.