- Imágenes satelitales del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina muestran que entre los años 2017 y 2021 se perdieron 3968 hectáreas en territorios ocupados por colonias menonitas.
- La Fiscalía Especializada en Materia Ambiental de Ucayali ha iniciado investigaciones contras las colonias menonitas de Masisea en Ucayali y Tierra Blanca y Padre Márquez en Loreto.
En noviembre de 2020, una denuncia desde el caserío de Nueva Jerusalén —distrito de Nueva Requena, provincia de Coronel Portillo, región Ucayali— alertó a la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA) de Ucayali sobre la presencia de un grupo de personas que estaba talando árboles de un bosque primario cercano a esta localidad. La intervención de un equipo integrado por personal de la FEMA de Ucayali, la Gerencia Regional Forestal de Flora y Fauna Silvestre (GERFFS) de la región y la Policía Nacional permitió saber que se trataba de cuatro integrantes de una colonia menonita que estaban tumbando árboles con maquinaria pesada y sin autorización. Los cuatro fueron detenidos y sus equipos decomisados, pero días después salieron en libertad.
Mongabay Latam tuvo acceso en ese momento al parte policial de la intervención y pudo obtener las coordenadas de la vía recién abierta. Luego, esta información fue analizada por los expertos del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP), quienes un año después aseguran que ese camino de 7.4 kilómetros de longitud, en medio del bosque primario ubicado entre los distritos de Nueva Requena, en la región Ucayali, y de Padre Márquez, en la región Loreto, se ha convertido en un espacio de bosque deforestado de 421 hectáreas.
Esta colonia menonita denominada Padre Márquez ha sido la última en instalarse en plena selva peruana. Antes lo hicieron otras dos colonias: en Masisea, en la región Ucayali y en Tierra Blanca, en la región Loreto.
De acuerdo con un reciente reporte de MAAP, la deforestación en las tres localidades donde se han instalado las colonias menonitas suman 3968 hectáreas, convirtiéndose en la nueva causa principal de deforestación a gran escala.
Además, la FEMA de Ucayali mantiene investigaciones contra las tres colonias menonitas. En el caso de Padre Márquez se contempla el delito contra los bosques o formaciones boscosas en forma agravada. En Masisea la acusación es por tráfico ilegal de productos forestales maderables, delitos contra los bosques en forma agravada y alteración del ambiente o paisaje. Mientras que para Tierra Blanca la acusación es por delitos contra los bosques o formaciones boscosas y por utilización indebida de tierras agrícolas.
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Deforestación a gran escala
El informe de MAAP de diciembre de 2021 indica que desde el 2017 las colonias menonitas en la Amazonía peruana han deforestado casi 4000 hectáreas. En Masisea han sido 918 hectáreas; en los dos sectores de Tierra Blanca son 2628 hectáreas; mientras que en el sector de Padre Márquez son 421 hectáreas.
La mayor parte de la deforestación —2660 hectáreas— ocurrió entre 2017 y 2019. Durante el 2020, la pérdida de bosque alcanzó las 813 hectáreas, pese a que ya se habían iniciado las investigaciones. En 2021 la deforestación continuó, 469 hectáreas, la mayor parte en Padre Márquez.
“Cuando veo lo sucedido en Tierra Blanca, veo que es muy parecido a la gran colonia menonita que esta en Santa Cruz, Bolivia y en el Chaco de Paraguay. Es una copia de cómo empezaron. En estos dos países quintuplicaron su superficie deforestada en poco tiempo. Fue algo gigantesco”, señala Sidney Novoa, director de Tecnología para la Conservación en Conservación Amazónica (ACCA).
La de Tierra Blanca es la mas crítica — continúa Novoa—, considerando que entre 2014 y 2015 se abrieron trochas y caminos y se sacó madera de lugares que no eran concesiones forestales. Y esas trochas han sido utilizadas por los menonitas.
Novoa también menciona que los menonitas que han llegado a Padre Márquez son de Belice, lugares más distantes a la migración menonita inicial que llegó desde Bolivia. “Como ya abrieron esas grandes carreteras, están prácticamente dando la oportunidad para que otros se asienten”, comenta.
Magaly Ávila, directora Programa de Gobernanza Ambiental en Proética, señala que en las tres colonias menonitas se ha repetido el mismo patrón para la ocupación de las tierras. “Primero se produce una compra de tierra de manera irregular. Luego realizan el cambio de uso de suelo sin contar con autorización, para después deforestar sin autorización, a pesar de que se han abierto investigaciones en su contra”, comenta.
A Ávila le llama la atención que los menonitas compren grandes extensiones de terrenos, “predios que superan las 20 hectáreas; mientras que los terrenos de los pequeños agricultores son de 5 a 10 hectáreas”.
También menciona que alrededor de estas transacciones están los traficantes de tierras, muchas veces en coordinación con las autoridades locales y regionales. En abril de 2021, Mongabay Latam publicó un reportaje que daba cuenta de las irregularidades que rodearon la entrega de terrenos a la comunidad menonita de Masisea.
Pese a ha haber sido alertados por las denuncias e investigaciones —agrega Ávila—, ellos continúan causando impacto en los bosques y la biodiversidad.
El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) informó a Mongabay Latam que hasta el momento ha recibido cinco denuncias contra las colonias menonitas en los tres sectores: dos corresponden a Masisea en los años 2019 y 2020; dos a Tierra Blanca que corresponden a los mismos años; y una a Padre Márquez que se presentó en 2021. En todos los casos —indica Serfor— las denuncias fueron canalizadas a los gobiernos regionales correspondientes y a las FEMA de Loreto y Ucayali.
Colonias menonitas bajo investigación
“La teoría de las colonias menonitas es que esos terrenos ya estaban desboscados y que en muchos casos era purma —bosque secundario. Las imágenes satelitales deberían revelar lo mismo, pero nosotros hemos visto que estas imágenes indican todo lo contrario”, señala Julio Guzmán, Procurador Público del Ministerio del Ambiente.
Guzmán agrega que, además, esta pérdida de bosque acelerada y constante ha ocurrido sin la autorización de los organismos del Estado como corresponde. “He solicitado a las autoridades forestales que me indiquen si existió el permiso de autorización para desbosque en cada uno de estos caso. Ellos me dicen nunca existió”.
Un tercer aspecto que menciona el procurador Guzmán es que las colonias menonitas están apelando a que la pérdida del bosque en los territorios que ocupan sea considerada como agricultura de baja escala, pues la tierra ha sido dividida entre las numerosas familias que se han instalado en el lugar.
Son tres los procesos que lleva adelante la FEMA de Ucayali contra las colonias menonitas. Uno de ellos, el de Tierra Blanca, se inició en la FEMA de Nauta, en Loreto, pero fue trasladado a Ucayali a medidos de 2021.
Además, un cuarto caso por la deforestación de 152 hectáreas de bosques de la comunidad nativa Caimito, ubicada en el lago Imiria, en Masisea, Ucayali, se ha sumado al proceso que ya estaba en marcha contra la colonia menonita en Masisea.
En este caso, además de los delitos contra los bosques y formaciones boscosas, utilización de tierras y alteración del ambiente o paisaje, se suma una acusación contra funcionarios de la Dirección de Agricultura de Ucayali por el otorgamiento ilegal de derechos, es decir, por haber entregado de manera irregular predios dentro del territorio de la comunidad.
En el caso de Padre Márquez, que es la más reciente denuncia presentada contra una colonia menonita, el abogado Raúl Lunasco, que representa a esta comunidad, argumenta que el territorio donde se ha instalado la nueva colonia menonita pertenece a 120 familias, por lo tanto, se trata de agricultura a pequeña escala.
“No es desbosque —señala Lunasco— son 120 familias y cada una ocupa 10 hectáreas. Las familias más grandes puede haber limpiado como máximo dos hectáreas de terreno y eso es mucho. Lo han hecho para construir su casa y tener algunos sembríos para su autoconsumo“, dijo Lunasco a Mongabay Latam.
El abogado Lunasco también asegura que el territorio donde los menonitas se han instalado está clasificado como tierra agrícola. “Se entiende que cuando se asigna un terreno para fines agrícolas éste ya tiene el permiso para trabajarlo. Eso paso con nosotros, llegamos, compramos los terrenos pero después nos dimos cuenta que no estaba adecuado al nuevo sistema ambiental. Eso significa que por más que sean terrenos privados, para poder desboscar necesitas autorización”.
De acuerdo con el procurador Guzmán, el proceso contra la colonia menonita de Masisea es el que está más avanzado. En esta caso, el gobierno regional de Ucayali ha confirmado que no se entregó autorización alguna para el cambio de uso de suelo ni se ha entregado ninguna concesión forestal a la colonia menonita.
Según información de la procuraduría del Ministerio del Ambiente la investigación que se sigue en Masisea involucra a 45 integrantes de la colonia menonita en la investigación fiscal.
Para el caso de Tierra Blanca, una investigación que se inició en la FEMA de Nauta y ahora continúa en la FEMA Ucayali, el gobierno regional de Loreto también ha informado que no existe autorización para cambio de uso de suelo.
El procurador Guzmán indica que en ninguno de los tres casos de las colonias menonitas existe autorización para desbosque emitido por alguna autoridad forestal regional, como corresponde.
Guzmán explica que todas las zonas donde se han instalado las colonias menonitas — Masisea, Tierra Blanca y Padre Márquez— corresponden a tierras de aptitud forestal, por tanto se requiere permiso de la autoridad forestal para que se realice cualquier cambio de uso de suelo.
Adicionalmente, las imágenes satelitales, según la Procuraduría del Ministerio del Ambiente, muestran que antes de la llegada de las colonias menonitas a estos tres sectores de la Amazonía peruana solo existía bosque.
Imagen principal: BOSQUE DESPEJADO. En medio del bosque de Masisea se observa los campos de cultivo de la colonia menonita establecida en este distrito. Foto: Sebastian Castañeda.
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