El río Loa, la más importante fuente de agua del desierto de Atacama en Chile, se está secando. Los expertos señalan que la minería es una de las principales amenazas que enfrenta el afluente. Los habitantes de los oasis cada vez tienen más problemas para regar sus sembríos, algunos han visto morir sus pueblos y no tienen agua ni siquiera para beber. Investigamos y recogimos testimonios de expertos y pobladores sobre el grave impacto social y ambiental de esta situación. Los detalles #EnCorto
Los impactos de la sequía
Ubicado casi al final del recorrido que hace el Loa desde la cordillera de Los Andes hasta el mar, Quillagua es el pueblo más afectado por la sequía del río y hoy solo viven en él unas 120 personas. Esto no era así hasta mediados de la década del setenta, pues Quillagua fue uno de los enclaves agrícolas más importantes del desierto y más de 600 habitantes lo poblaban.
Quillagua comenzó a secarse progresivamente hace más de 45 años. Primero, llegaron las bocatomas río arriba que buscaban proveer de agua potable y servicios sanitarios a la población urbana de la región, y luego con las extracciones mineras que agudizaron el problema. En la década de los noventa, las ofertas de la industria minera para que los quillaguinos vendieran sus derechos de agua eran constantes.
En 1997 todo cambió. Un día, el río apareció lleno de espuma y, según los pobladores, “el agua venía como vino tinto”. Los científicos calificaron esto como una “muerte biótica”. Los cultivos se perdieron y ni un solo camarón, pejerrey, pato o trucha, sobrevivió al ecocidio. El agua había sido contaminada con xanato —sustancia utilizada para la flotación de minerales en los procesos de la minería del cobre— y su presencia solo podía ser adjudicada a la actividad metalúrgica industrial.
La responsable señalada por las autoridades fue la Corporación Nacional del Cobre de Chile, más conocida como Codelco, puesto que en ese momento era la única compañía de esas características que operaba en las inmediaciones del río Loa. Nada volvió a crecer en esas tierras y nunca llegó compensación alguna para los quillaguinos. Lo que les quedó a muchos fue vender su derecho de agua y el comprador fue la Sociedad Química y Minera de Chile (SQM), dedicada a la explotación de litio en el país.
Esta empresa es la que hoy extrae agua del Loa antes de que el cauce llegue a Quillagua. Por eso, para los quillaguinos, ella es la principal responsable de la sequía de su oasis. Lo cierto es que el caudal del río comienza a disminuir mucho antes.
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