- El Refugio de Vida Silvestre Machángara Tomebamba es una nueva área protegida de Ecuador con 24 958 hectáreas, tras su declaratoria en septiembre de 2023.
- Los principales objetivos del refugio son la protección del agua de la zona que provee el líquido a la tercera mayor ciudad de Ecuador, Cuenca, y a otras poblaciones cercanas en el sur del país.
- El refugio es el área protegida número 77 del país. Además de conectarse con otros ecosistemas altoandinos, permitirá el cuidado de zonas de páramo, en donde hay 522 especies de flora y fauna, 13 % de ellas endémicas, es decir que sólo se encuentran en ese sitio.
En los páramos y humedales de una nueva área protegida de Ecuador, el Refugio de Vida Silvestre Machángara Tomebamba, se genera el 60 % del agua de la ciudad de Cuenca que usan más de 400 000 personas. Esta zona ya contaba con figuras legales regionales de protección, pero ahora la categoría de refugio de vida es de carácter nacional y más estricta.
Esta nueva área protegida se ubica al sur de Ecuador y toma el nombre de dos ríos que están en la zona, en las provincias de Azuay y Cañar; cuenta con 24 958 hectáreas, una extensión superior a la de la isla de Aruba.
En el refugio de vida silvestre habitan múltiples especies emblemáticas de los Andes que se encuentran en la categoría de Vulnerables, de acuerdo con la Lista Roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN). Entre ellas están el cóndor (Vultur gryphus) y el oso de anteojos (Tremarctos ornatus). Además, hay especies endémicas en Peligro Crítico de extinción como el anfibio cutín de sangre (Pristimantis erythros). En Machángara Tomebamba se han documentado más de 522 especies de flora y fauna, 13 % de ellas consideradas endémicas, es decir que sólo se encuentran en esa región.
“Es un área que conserva en buenas condiciones sus recursos naturales”, dice Fabián Rodas, coordinador para Cuenca de la organización de la sociedad civil Naturaleza y Cultura Internacional, quien formó parte del proceso de investigación e incidencia para la declaratoria de Machángara Tomebamba como área protegida realizada en septiembre de 2023.
Además de la presencia de la ganadería, en la zona se han presentado quemas de páramos provocados por conflictos de posesión de tierra y para expandir la actividad ganadera.
La riqueza hídrica de Machángara Tomebamba
José Cáceres, biólogo y técnico de biodiversidad en la empresa municipal Etapa, la encargada del agua potable de Cuenca y quien participó en el proceso de la declaratoria, resalta que el valor hídrico de Machángara Tomebamba es clave, pero se debe proteger todo el ecosistema para proteger el agua que ahí se genera. “Es una zona clave por sus servicios ambientales”.
Cáceres agrega que en el refugio de vida silvestre hay cinco tipos de ecosistemas, entre los que predomina el páramo, clave para la generación de agua y que va de los 3 000 a los 4 300 metros sobre el nivel del mar. El biólogo resalta que la declaratoria era necesaria para proteger los páramos, ríos y lagunas que permiten proveer el agua consumida por más de 400 000 ecuatorianos.
Mónica Pesantez, bióloga y técnica de la oficina de Cuenca de la organización civil Naturaleza y Cultura Internacional, dice que la declaratoria le da a la zona un “tratamiento muy específico, lo que va a resguardar el agua y otros recursos naturales que estaban en riesgo al no tener esta figura de protección”.
Cáceres menciona que la declaratoria es importante porque protege la conectividad del refugio de vida con otras zonas de alta biodiversidad: “La declaratoria permite fortalecer la conectividad ecológica, que las áreas protegidas no estén aisladas, que permitan flujos de fauna, de alimentos, de genes. En ecología, si una zona está aislada puede empezar a perder su diversidad”.
Machángara Tomebamba está conectada por corredores de biodiversidad con las áreas protegidas Curiquingue-Gallocantana, Mazán y el Parque Nacional Cajas.
“Esta zona tiene ecosistemas frágiles que no estaban muy bien representados en el sistema nacional de áreas protegidas”, dice Cáceres.
Las restricciones y usos que tendrá el refugio Máchangara Tomebamba
Máchangara Tomebamba tenía la categoría de protección de Área de Bosque y Vegetación Protectora desde 1985. Cáceres menciona que esta es una figura legal débil que no permite tantas restricciones sobre su manejo. Desde 2021, es también un área de conservación y uso sostenible (ACUS), una categoría de protección municipal que ordena que una zona debe ser protegida y administrada por entidades públicas descentralizadas.
No obstante, la categoría de refugio de vida silvestre ha sido la más restrictiva y protectora que ha tenido la zona. Rodas explica que la nueva clasificación tiene una mayor seguridad jurídica y prohibiciones más explícitas al estar dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) de Ecuador, lo que hace que el refugio de vida como figura legal “no se puede reducir, ni eliminar nunca”. Agrega que tampoco se puede hacer concesiones, ni extracción minera. Otras ventajas, dice, son una “mayor atención del Estado, fortalecimiento de la gestión interinstitucional y una mayor capacidad para gestionar recursos para su manejo”.
Fabián Rodas explica que la figura de ACUS fue un requisito previo que la organización de la sociedad civil Naturaleza y Cultura Internacional promovió para solicitar al Ministerio de Ambiente la declaratoria del Refugio Máchangara Tomebamba.
Esa declaratoria era necesaria hay “fragmentación del hábitat”, señala Cáceres. Esto afecta la biodiversidad de especies, algunas de ellasen Peligro de extinción como el anfibio cutín de sangre (Pristimantis erythros).
Ana Gabriela Manosalvas, viceministra de Ambiente en el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica de Ecuador, dice a Mongabay Latam que en el refugio habitan “múltiples especies de colibríes, el oso andino, el lobo de páramo. Hay una gran biodiversidad”.
En Machángara Tomebamba se han registrado diversas especies endémicas, es decir, que solamente se encuentran en esta zona en todo el planeta: 54 especies de flora, ocho de anfibios, tres de mamíferos, una ave y dos de reptiles, según datos compartidos por Naturaleza y Cultura Internacional. De las 522 especies de flora y fauna presentes, 9 % están amenazadas: cinco en grado Crítico de riesgo de extinción, 13 en Peligro, 31 en Vulnerabilidad, de acuerdo con la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN.
La viceministra Manosalvas resalta que la declaratoria del refugio de vida contribuye a las metas de Ecuador de tener el 30 % de su territorio bajo figuras legales de protección ambiental, según los compromisos internacionales del país. Sus casi 25 000 hectáreas aportan al 19 % que ha logrado el país en este camino.
En la actualidad, las autoridades ambientales preparan el plan de manejo del nuevo refugio de vida silvestre para proteger la biodiversidad, que asignará al menos seis funcionarios para el cuidado del área protegida, así como establecerá los puestos de control asignados partiendo de la base de que ya había dos de estos sitios dentro de la zona. Antes el manejo del área la realizaba personal asignado de la empresa municipal Etapa, pero ahora serán funcionarios afiliados al Ministerio de Ambiente.
Cáceres explica que la minería, aunque no está presente dentro de la zona protegida, quedó totalmente prohibida. Añade que hay otros usos del territorio que pueden ser compatibles con la conservación como el turismo sostenible, por lo que están evaluando cómo podría funcionar.
Aún falta evaluar la viabilidad de la ganadería en el refugio. “Hay una población campesina que ha trabajado en la zona, pero buscaremos la unión con ellos, darles un apoyo, que no vean el área protegida como un problema”, dice Cáceres.
“Hay personas que, para demostrar su propiedad de la tierra, queman parte del páramo, introducen ganado”, dice Rodas. En la zona hay 43 propietarios de tierra, de acuerdo con el equipo de Naturaleza y Cultura Internacional.
La viceministra Manosalvas dice que se han estudiado las amenazas del área protegida y que el plan de manejo buscará definir la ruta de acción para manejarlas. “No se busca prohibir todo, buscamos que hagan una ganadería más sostenible, que se identifique en donde se puede realizar y donde no”.
*Imagen principal: El embalse de Chanlud dentro de Machángara Tomebamba. Crédito: Fabián Rodas y Naturaleza y Cultura Internacional.
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