- El Territorio Indígena Multiétnico (TIM), en la Amazonía boliviana, se formaron dos puestos de control.
- Uno de ellos está equipado con internet satelital, radios de largo alcance y paneles solares.
- Hasta inicios de 2024, el TIM sufría la extracción de su madera por parte de extraños que llegaban en coordinación de algunos comuneros.
- El objetivo de esta iniciativa es preservar sus bosques, sus familias y evitar la caza ilegal de fauna silvestre.
Hasta inicios de 2024, 28 comunidades indígenas de la Amazonía boliviana padecían la tala ilegal de sus árboles que estaban dispersos en sus amplios territorios. Eran miembros de las mismas comunidades quienes coordinaban con foráneos para que ingresaran a sus poblados a cortar la madera valiosa que embellecía el paisaje de sus bosques. Más de un año después, los habitantes del Territorio Indígena Multiétnico (TIM), en el departamento de Beni, instalaron sistemas de control y vigilancia para evitar no solo la tala ilegal de sus árboles, sino también la caza ilegal de especies amenazadas, los asentamientos ilícitos y los incendios provocados.
Bernardo Muiba es el presidente de la Subcentral de Cabildos Indigenales del TIM. El dirigente explicó a Mongabay Latam que este sistema de control y vigilancia nace a partir de las amenazas de asentamiento ilegales y las denuncias de los pobladores del TIM respecto sobre la extracción madera y cacería ilegal por parte de personas ajenas a su territorio. Muiba detalló que los foráneos llegaban a sus áreas en coordinación con “malos comuneros”, quienes ayudaban a los extraños a realizar los diferentes delitos.
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«En 2022, la Subcentral de Cabildos Indigenales y la Subcentral de Mujeres visitaron diferentes comunidades para priorizar los sitios vulnerables y ver las mejores alternativas para llevar adelante el control territorial», afirma. «Es así, que se ha diseñado un sistema de control y vigilancia en cuatro zonas del territorio, a partir de la instalación de puestos de control fijo y sistemas de vigilancia común, donde los pobladores en su rutina diaria vigilan el territorio», destacó Muiba.

El líder indígena añadió que este sistema se basa en el rescate de las formas tradicionales de organización y control que cada comunidad adoptó para establecer medidas de seguridad sectorial. Además, aseguró que esta iniciativa, apoyada por la Organización de Apoyo Legal y Social ORE, integra dos aspectos claves de control sobre el territorio: control de actividades ilegales, que conlleva a la pérdida de sus recursos naturales; y control de la calidad del ambiente con bioindicadores, que permitan estimar la salud de los bosques, pampas y ríos.
Estas comunidades indígenas luchan por el acceso permanente al agua potable, la salud y la educación, que son asuntos de preocupación para los pueblos de estas tierras, pero también por la preservación de su área de conservación, que ahora se convirtió en un tema prioritario. Ellos sostienen que no hay cultura sin naturaleza, ni naturaleza sin pueblos indígenas.
Cinco pueblos indígenas
Es por eso que desde 2022, en el TIM, los cinco pueblos que componen este territorio –mojeño-trinitario, mojeño-ignaciano, yuracaré, t’simane y movima- conformaron el Gobierno Indígena Autónomo TIM (GIA-TIM), cuyos máximos representantes –que son el cacique y los asambleístas- fueron posesionados el 10 de noviembre de 2022.
Esta es la primera autonomía indígena territorial de las tierras bajas de Bolivia y la quinta que se ejerce en el país desde que, en 2009, la Constitución Política del Estado reconoció el derecho de estos pueblos a autogobernarse.

Este territorio, que ya cuenta con su propio gobierno autónomo, está ubicado al oeste de Trinidad, capital del departamento de Beni. Sus márgenes comienzan a 14 kilómetros de la carretera que conecta el municipio de San Ignacio de Mojos con San Borja, y se extienden hacia el sur, hasta limitar con el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), una de las áreas protegidas nacionales más grandes de Bolivia.
Alfredo Matareco es el cacique territorial del TIM, la máxima autoridad de este gobierno indígena. El líder remarcó que su territorio tiene una extensión de 642 787 hectáreas y estimó que hasta 2024 un 10 % de esa superficie estuvo afectada por la tala ilegal, sobre todo en la parte sur, que limita con el Tipnis. Allí existen productores de coca que buscan asentarse ilegalmente en el TIM con el fin de talar árboles y producir el cultivo.
“El tema de la extracción de madera viene desde hace años. Antes había concesiones madereras que operaban en nuestro territorio, pero también había empresas que hacían caminos que se aprovechaban para extraer madera. También había personas que tienen sus predios al límite del TIM y ellos se extendían ilegalmente para sacar madera. Ahora, tenemos nuestros puestos de control y estamos evitando esa extracción de nuestros recursos madereros”, detalló Matareco.

En 2018, el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (Cejis) realizó una inspección en la zona sur del TIM para verificar si había extracción de madera. En su informe publicado ese año, esta organización denunció que empresas camineras y madereras, y dueños de predios colindantes al territorio indígena ingresaban para sacar madera, sobre todo el palo María, que es una especie muy codiciada para la construcción de viviendas.
“La extracción de madera sin autorización por parte de la ABT (Autoridad de Bosque y Tierras) provoca un impacto negativo en la población de mamíferos, como la emigración y abandono de las zonas de cacerías, principal fuente de alimento de los chimanes en época de aguas bajas”, según un informe del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (Cejis). Esto se pudo constatar gracias a la información dada por los chimanes, quienes afirman que deben caminar un día y una noche para encontrar animales como ser el chancho tropero (Tayassu pecari), destacó el estudio.
En esa época estaba en debate la construcción de una carretera que pasaba por medio del Tipnis. En Bolivia hubo conflictos y manifestaciones que lograron parar el proyecto carretero, aunque avanzó hasta la parte sur del TIM. Es por eso que hubo empresas constructoras que extraían madera ilegalmente.
Vías y descontrol
Muiba recordó que esa actividad ilegal dentro de su territorio provocó que se organizaran, por lo que coordinaron con diferentes organizaciones para poder instalar los centros de control y vigilancia. Ahora hay dos puntos: uno en la comunidad de Monte Grande del Apere y otro en la comunidad Cuverene. El dirigente indígena reveló que se instalará un tercer puesto de control y vigilancia en una comunidad del norte del TIM.
“En estos puestos existen guardabosques capacitados, que son los mismos de la comunidad. Hay también un sistema de comunicación con internet satelital en el puesto de Monte Grande del Apere. Ahí hay radios y coordinamos con ellos cuando hay sospecha de algún delito. Incluso esta base reporta diariamente datos meteorológicos”, destacó Muiba.

El puesto de control de Monte Grande del Apere cuenta con un sistema de paneles solares que le suministran energía eléctrica. Los mojeño-trinitarios que habitan en esa comunidad levantaron una vivienda con un espacio para instalar la estación meteorológica, desde donde se monitorean las condiciones del clima de la región. Con ese equipo ya no se necesitan los registros de los municipios de San Borja y de San Ignacio de Mojos, que entregaban información aproximada sobre el TIM.
El puesto de control cuenta con internet satelital e incluye una radio de onda corta que se comunica con las otras comunidades del TIM. Los datos que proporciona el puesto pueden ser revisados en tiempo real y de manera sencilla a través de su consola de alta tecnología, cuya operación es posible sólo con un conocimiento básico.
La organización ORE gestionó recursos para la instalación de los puestos de control y su equipamiento, además de la capacitación de los guardianes del bosque, de los puesteros y de los profesores locales, que recibieron instrucción para navegar en la página digital de Gobernanza del TIM. Así, pueden identificar los recursos multimedia que posee y leer los mapas disponibles en la plataforma. El fin es que compartan estos conocimientos con los niños y jóvenes de las comunidades.
Imagen principal: un técnico explica a los comuneros cómo utilizar el sistema de control y vigilancia. Foto: cortesía Pedro Laguna/ORE