Cámaras trampa en Cerro Blanco, el último bosque seco de Guayaquil, revelan graves anomalías físicas en la fauna. Expertos alertan sobre la posible extinción local de jaguares y la urgente necesidad de proteger este ecosistema vulnerable.
¿Qué problemas físicos presentan los felinos y coatíes en el Bosque Protector Cerro Blanco?
Un reciente estudio basado en cámaras trampa en el Bosque Protector Cerro Blanco, en Ecuador, ha detectado anomalías físicas en la fauna local. Ocelotes y yaguarundíes fueron registrados con colas fracturadas o incluso ausentes, mientras que coatíes muestran pérdida de pelo. Estos hallazgos generan gran preocupación sobre la salud y supervivencia de estas especies.
¿Cuáles son las posibles causas de estas anomalías en los animales?
Aunque la causa exacta de estos daños físicos aún no está identificada, expertos señalan que la creciente fragmentación del bosque debido a la expansión urbana, la agricultura y la construcción de vías está aislando a la fauna.
Este aislamiento favorece la endogamia, que puede provocar problemas genéticos graves. Además, la proximidad a la ciudad genera riesgos adicionales, como la transmisión de enfermedades por animales domésticos y la cacería ilegal, que agravan la vulnerabilidad de la fauna.
¿Qué riesgos implican estas anomalías para la supervivencia de los felinos y la biodiversidad?
Las lesiones en las colas de los felinos no solo afectan su equilibrio físico y capacidad de orientación, sino que también dificultan su supervivencia en la naturaleza.
Investigadores temen que especies como el ocelote y el yaguarundí puedan desaparecer localmente, y aunque no hay confirmación oficial, se sospecha que el jaguar ya fue extinguido en esta zona.
¿Qué medidas son necesarias para proteger el Bosque Protector Cerro Blanco?
Especialistas coinciden en que es urgente establecer corredores biológicos que conecten Cerro Blanco con otras áreas de bosque seco para asegurar la diversidad genética y la supervivencia de su fauna.
Además, se debe evitar la fragmentación causada por nuevas vías de comunicación y reforzar los esfuerzos de conservación en las zonas aledañas.
Imagen principal: Expertos creen que este ocelote perdió la cola en un enfrentamiento con perros asilvestrados. Foto: Keep in Science / Benjamín Navas