- Un estudio realizado en la Amazonía brasileña acerca del tambaquí, un pez de mesa, encontró que los peces capturados cerca de la ciudad de Manaos tienen la mitad del tamaño que aquellos encontrados río arriba.
- Los barcos que compran los peces han llevado la demanda hacia el interior del bosque que rodea la ciudad y, valiéndose de bodegas llenas de hielo, tienen la capacidad de viajar más lejos y regresar con el tambaquí hasta los mercados de Manaos.
- Pescadores que viven a lo largo del Río Purús, en un bosque relativamente prístino, reportaron que los tambaquí son más pequeños y difíciles de capturar de lo que eran antes, una tendencia que se extiende mil kilómetros más allá de Manaos, según hallaron los investigadores.
De gusto dulce, el tambaquí (Colossoma macropomum) es un alimento básico en parrillas y comedores de Manaos, Brasil. Pero a medida que la población humana de la ciudad amazónica ha remontado, los efectos de la demanda creciente de este pez frugívoro se han multiplicado a través del ecosistema, afectando a tambaquíes que viven hasta a mil kilómetros de distancia.
La pesca del tambaquí se ha puesto más difícil y el pez se ha vuelto más pequeño, incluso a esa distancia, reportó un grupo de científicos en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences el pasado julio.
“Creo que cualquiera esperaría que hubiera un efecto pequeño alrededor de la ciudad”, dijo en una entrevista Daniel Tregidgo, el autor que dirigió el estudio, también ecólogo de la Universidad de Lancaster, en el Reino Unido. “Lo que sobresale realmente respecto a este estudio es la distancia a la que puedes viajar —mil kilómetros a lo largo de un río— sin perder este efecto”.
De hecho, el tamaño del tambaquí capturado alrededor de Manaos, una ciudad de 2.1 millones de personas, era más o menos de la mitad de aquel pescado río arriba. Pero en las entrevistas con casi 400 pescadores que viven en el bosque a lo largo de 1267 kilómetros, Tregidgo y sus colegas revelaron una “sombra de defaunación” que se extiende más allá de los bordes de la ciudad. Estudios respecto a la caza de carne de animales silvestres en las inmediaciones de áreas urbanas han mostrado un patrón similar en otras zonas tropicales, como la cuenca del Congo.
Los autores del presente estudio postulan que los efectos del declive de estos peces, especialmente de los grandes, podrían extenderse al interior de la misma selva.
“Los tambaquíes pueden dispersar las semillas más lejos de lo que casi cualquier otro animal [frugívoro] estudiado a la fecha, y la distancia de la dispersión se incrementa con el tamaño del cuerpo”, escribieron. El declive de la población limitaría la dispersión de las plantas que dependen del tambaquí para transportar sus semillas a través del ecosistema.
El tambaquí del Amazonas podría ser un heraldo del impacto que la urbanización está teniendo en la fauna de algunas de las regiones más biodiversas de nuestro planeta. Actualmente, unos 18 millones de personas viven en los pueblos y las ciudades del Amazonas brasileño —cerca del 75 por ciento de la gente que vive en la región—. Esto representa un cambio mayúsculo respecto a la situación de 1950, cuando tres cuartos vivían en áreas rurales, reportaron los autores. Parece que se ha cargado con el apetito de tambaquí silvestre hasta Manaos.
Para este estudio, el río Purús sirvió como laboratorio ideal a la investigación de cómo la demanda podría estar llevando a la sobrepesca.
“No hay río que traiga más peces a la ciudad”, dijo Tregidgo.
Y aun así, al viajar fuera de la ciudad, las señales de la metrópoli dan paso rápidamente a un bosque denso que domina las orillas del Purús, agregó. En el río también están ausentes otros rastros del impacto humano que habrían podido “enmascarar” los efectos de la presión de la pesca, como las presas, la minería, la tala y la contaminación.
“El gran problema es básicamente la pesca”, dijo Tregidgo. “El hecho de que podamos separar eso es bastante único”.
Las conversaciones que sostuvo el equipo con los pescadores rurales a lo largo del Purús se centraron en los métodos que estos usan para capturar el tambaquí, el tamaño de los peces que pescan y cuánto esfuerzo les requiere hacerlo, así como también en los cambios que han atestiguado en estos aspectos a lo largo de sus vidas.
Es más difícil capturar el tambaquí, dijeron, y los peces son más pequeños de lo que solían ser. Al mismo tiempo, cuando los pescadores tienen éxito, pueden vender su pesca más fácilmente.
Cargando con hielo para mantener el pez fresco por distancias más largas, los compradores de peces de Manaos hacen viajes regulares río arriba a través del Purús y se convierten en clientes frecuentes de los pescadores. Estos barcos se adentran en la selva más de lo que se había hecho nunca para hacer servir de enlace con la demanda de la ciudad.
“[La demanda] realmente hace que la gente vaya tras este pez en específico” dijo Tregidgo, “aun cuando hoy en día hay menos probabilidad de obtenerlo”.
Referencias
- Tregidgo, D. J., Barlow, J., Pompeu, P. S., de Almeida Rocha, M., & Parry, L. (2017). Rainforest metropolis casts 1,000-km defaunation shadow. Proceedings of the National Academy of Sciences, 201614499.
Imagen de cabecera Rufus46 (trabajo propio) [CC BY-SA 3.0], vía Wikimedia Commons.