- Contaminación y disminución de flora y fauna son algunos de los problemas que afectan a los humedales de Amazonas.
- El 17,5 % de los humedales evaluados presenta una baja calidad.
Contaminación, deforestación y disminución de flora y fauna son algunas de las amenazas que existen sobre 77 humedales en Amazonas, reveló el Instituto Sinchi al finalizar una investigación que, con la ayuda de pobladores de 19 comunidades, llevó a cabo durante dos años en este departamento colombiano.
El estudio comprendió cerca de 80 kilómetros de la ribera colombiana del río Amazonas, “desde Leticia hasta la comunidad de San Martín de Amacayacu”, explica el Instituto Sinchi.
De los 77 humedales identificados en el área de estudio, los expertos del Instituto Sinchi eligieron 40 para evaluar sus condiciones físicas, químicas, microbiológicas e hidrobiológicos, indica Marcela Núñez-Avellaneda, quien lideró la investigación.
De acuerdo a un comunicado de prensa remitido por la institución, “los análisis determinaron que el 17,5 % de los humedales presenta una buena calidad de hábitat, el 32,5 % calidad media, el 32,5 % calidad moderada y el 17,5 % baja calidad”.
Los humedales catalogados como de baja calidad o calidad moderada tienen, por ejemplo, baja estabilidad en las riberas, cauces totalmente expuestos o con grandes claros y baja presencia de elementos de heterogeneidad.
Principales problemas
Marcela Núñez-Avellaneda explica que si bien las comunidades consideran que muchos de los humedales están en buen estado, “son conscientes de que la calidad y bienestar de estos ambientes están siendo amenazados por la contaminación por residuos sólidos y el vertimiento de aguas de origen doméstico y en algunos casos sustancias tóxicas”, así como por el abandono de mallas de pesca tradicional y por el desmonte de cobertura vegetal alrededor de lagos y quebradas, entre otros.
Por otro lado, Núñez Avellaneda manifiesta que si bien los pobladores del Amazonas recuerdan que en el pasado existía una abundancia de recursos, hoy en día llama la atención la notoria escasez e incluso desaparición de especies. Esto ha originado que los pobladores incluyan en su dieta especies que en el pasado no utilizaban.
“Anteriormente ellos consumían ciertas especies de peces de escama que actualmente son escasas, por tanto actualmente están consumiendo especies menudas de escama y peces de cuero, que no eran consideradas importantes en su dieta”, explica a través de un correo electrónico.
Con la cacería —una actividad que en el pasado era importante en términos alimentarios y sociales, explica Núñez Avellaneda— ha ocurrido algo parecido. “Esa disminución en la práctica de la cacería está asociada, especialmente al deterioro de los ecosistemas entre ellas por la deforestación y cambios de uso del suelo”.
Sobre la deforestación, la investigadora sostiene que “aunque el aumento de la población puede ser una de las principales causantes del proceso de disminución de los bosques de la región”, es importante considerar el hecho de que hay pobladores que llegan de otras zonas de Colombia “trayendo ideas y maneras diferentes de usar el territorio en especial la destrucción de bosques”.
Núñez-Avellaneda resalta que más allá de los diferentes grados de conservación e intervención de los humedales desde el punto de vista fisicoquímico y biológico, “es muy importante tener presente que los datos consignados respecto a intensidad de uso y amenaza provienen de la información que aportaron los dinamizadores de las comunidades”.
Importancia de los humedales
Los humedales ofrecen servicios como agua para uso y consumo, recreación, turismo, soporte ecosistémico, medicina tradicional, pesca y alimentación, entre otros.
Según cuenta Núñez Alvarado, los pobladores señalan que “el deterioro ambiental de los humedales de la región afecta de manera directa el bienestar y autonomía social y cultural de las comunidades del área de influencia de los mismos”.
En ese sentido, el Instituto Sinchi hizo un llamado a proteger y prestar especial atención a 21 humedales de Amazonas debido a amenazas como disminución de pesca, deforestación y desaparición por sedimentación.
Marcela Núñez-Avellaneda recomienda, por ejemplo, promover la educación ambiental, generar políticas ambientales que apunten a la conservación de los humedales, formular planes de manejo y aprovechamiento del recurso pesquero que incluyan control y monitoreo, y establecer programas de enriquecimiento forestal, entre otros.