- Un nuevo estudio descubrió que poblaciones de varias especies de la rana dorada panameña expuestas al Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), un tipo de hongo quítrido, parecen haber adquirido una resistencia al agente patógeno.
- Los autores del estudio dicen que sus hallazgos ofrecen esperanza para la supervivencia de los anfibios de todo el mundo.
Una enfermedad mortal que ha arrasado las poblaciones de ranas por todo el mundo y ha contribuido al inmenso declive en muchas especies y la completa extinción de varias otras no ha mostrado muchos indicios de ralentizar su ataque desde que los científicos la detectaron por primera vez en la década de los 90. Pero una investigación reciente indica que algunas ranas están mostrando una mayor resistencia al patógeno, lo que da esperanzas a los biólogos y conservacionistas de que las poblaciones infectadas puedan ser capaces de recuperarse.
La quitridiomicosis es causada por el Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), una especie de un grupo de hongos llamados quítridos. Los miembros de este grupo normalmente se encuentran en plantas en estado de descomposición o materia animal bajo el agua, pero el Bd es diferente —se alimenta en la piel de anfibios vivos, principalmente ranas—. La infección interfiere con la capacidad de la rana para absorber agua y aire a través de su piel y a menudo conduce a la muerte.
Los científicos creen que el Bd se originó en África y se empezó a propagar por todo el mundo debido al comercio de ranas africanas de uñas (Xenopus laevis), que se usan comúnmente como animales de investigación de laboratorio. Las ranas toro norteamericanas (Lithobates catesbeianus), que muestran una baja susceptibilidad a la enfermedad y se han convertido en una especie invasiva en muchas partes del mundo, también han sido identificadas como portadoras. Además los científicos detectaron el Bd en plumas de ave, lo que abre otra amplia ruta de transmisión. Hoy en día, el Bd se encuentra en todos los continentes donde viven anfibios.
“Este patógeno infecta a muchas especies diferentes de anfibios —a veces sin provocar una enfermedad— y puede sobrevivir en el ambiente fuera de su huésped, así que no va a desaparecer en un futuro próximo”, dijo Allison Byrne, estudiante de doctorado de la Universidad de California en Berkeley que está estudiando la quitridiomicosis.
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Una infección devastadora
La infección puede ser devastadora para las poblaciones de ranas y llegar a exterminar algunas completamente. Solo en Australia, los científicos creen que el hongo fue directamente responsable de la extinción de cuatro especies. Mundialmente, el Bd ha sido identificado en el declive o extinción de al menos 200 especies de anfibios y algunos biólogos lo vinculan como la fuerza motriz detrás de la mayor pérdida de biodiversidad provocada por una enfermedad jamás registrada.
Pero quizás hay una esperanza para las ranas que se enfrentan al Bd. Un nuevo estudio publicado a finales de marzo en la revista Science encontró que las poblaciones de varias especies de ranas en Panamá parecen estar adquiriendo una resistencia al patógeno. El estudio fue llevado a cabo por científicos en instituciones de investigación en los EE. UU. y Panamá.
“En este estudio, hicimos el apasionante descubrimiento de que un puñado de especies de anfibios —algunas de las cuales se creía que habían sido totalmente aniquiladas— están persistiendo y puede que incluso se recuperen después de brotes de la enfermedad mortal”, dijo en un comunicado la autora principal del estudio, Jamie Voyles, ecologista de enfermedades de la Universidad de Nevada, Reno. “Queríamos entender cómo estaba sucediendo. ¿Era un cambio en el patógeno, las ranas o ambos?”.
Voyles, Byrne y sus colegas miraron las muestras del patógeno y la rana huésped recogidas en Panamá, antes, durante y después de la infección del Bp. Encontraron que aunque el hongo todavía es tan mortal como lo era antes del brote, ahora las ranas parecen más propensas a sobrevivir después de la infección.
“La evidencia sugiere que el patógeno no ha cambiado. Es posible que los huéspedes hayan desarrollado mejores defensas durante un periodo de tiempo relativamente corto”, dijo. “Encontramos que casi una década después del brote, el hongo patógeno todavía es igual de mortal, pero las ranas en Panamá están sobreviviendo y podrían tener mejores defensas contra el hongo. Esto sugiere que algunas de las ranas de Panamá podrían estar contraatacando”.
Las secreciones cutáneas de los anfibios están llenas de sustancias antimicrobianas que ayudan a prevenir enfermedades. Cuando Voyles y su equipo miraron las secreciones cutáneas de las ranas salvajes que sobrevivieron a la epidemia del Bd, encontraron que ralentizaban el crecimiento del hongo de una manera mucho más efectiva que las secreciones de las ranas en cautividad que todavía no se habían encontrado con el patógeno. Dicen que esto indica que las ranas podrían adquirir una resistencia una vez expuestas al Bd.
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Las ranas regresan
Según los conservacionistas, esto podría tener importantes consecuencias para evaluar los impactos del Bd, así como los programas de reubicación y reintroducción de las especies en áreas afectadas. Uno de estos programas es el Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá dirigido por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés), que recogieron ranas sanas antes del brote con la esperanza de liberarlas de vuelta a su hábitat natural.
“Aprendimos a reproducirlas en cautividad y ahora estamos liberando Atelopus varius en áreas donde la epidemia ha pasado, por lo que, para nosotros, es muy importante comprender que las defensas de estas ranas podrían ser más débiles que las defensas de las ranas que sobrevivieron la epidemia en su hábitat natural”, dijo Roberto Ibáñez, coautor del estudio, científico del STRI y director dentro del país del Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá. “Los programas de reproducción en cautividad deben de tener en cuenta la cría y liberación de ranas con unas defensas más fuertes y analizar sus secreciones cutáneas contra el hongo como una de las herramientas útiles para ver que ranas son más resistentes”.
Este estudio no es el primero en detectar la aparición de la resistencia al Bd en las ranas. En el 2016, los científicos descubrieron que una población de ranas de patas amarillas de Sierra Nevada amenazada en los EE.UU. parecía que había desarrollado una resistencia al Bd después de que una infección del hongo (junto con un influjo de truchas no nativas) casi las aniquilara.
Los autores del estudio de Panamá dicen que sus hallazgos ofrecen una esperanza para la supervivencia de los anfibios de todo el mundo, pero advierten de que incluso si muchas especies mantienen esta resistencia, detectar los especímenes que sobreviven a la infección y ayudarles a persistir y proliferar requerirá extensivos esfuerzos de seguimiento.
“Clarificar cómo desaparecen los brotes de la enfermedad nos ayudará a predecir y responder a otros patógenos emergentes en las plantas, la fauna y en los humanos”, dijo Voyles. “Estos son objetivos cada vez más importantes en un momento en que la rápida globalización ha incrementado el ritmo de introducción de patógenos a nuevas poblaciones de acogida”.
Referencias:
Voyles, J., Woodhams, D.C., Saenz, V et al. 2018. Shifts in disease dynamics in a tropical amphibian assemblage are not due to pathogen attenuation. Science. 10.1126/science.aao4806
La imagen de la cabecera muestra a la Atelopus varius. Foto de de Brian Gratwicke