- La moratoria de la soya en la Amazonía, vista como uno de los acuerdos de conservación corporativos voluntarios más exitosos, ayudó a reducir en gran medida la deforestación causada allí por la soya. Se pide lo mismo para El Cerrado, la sabana tropical biodiversa que bordea la Amazonía por el sur y por el este.
- Los investigadores determinaron que la participación plena del sector privado en una moratoria de la soya para El Cerrado que comenzaría en 2021 —incluidas las compañías que se resisten, como Cargill— podría evitar que 3.6 millones de hectáreas de vegetación autóctona se pierdan debido a la expansión de la soya, un área más grande que Bélgica.
En 2006, la deforestación en la Amazonía brasileña provocada por la expansión de la producción de soya había inquietado a los ciudadanos y a los grupos ambientalistas. Lideradas por Greenpeace, las ONG se unieron a los minoristas —como McDonalds—, comerciantes de soya —como Cargill y Bunge—, agricultores y el gobierno brasileño para crear la moratoria de soya del Amazonas, a través de la cual los comerciantes acordaron no comprarles a los productores que estaban deforestando la tierra para cultivar soya. El acuerdo resultante es considerado por muchos como una de las más exitosas iniciativas de conservación corporativa voluntaria.
En la actualidad, la preocupación sobre la deforestación a causa de la soya aumentó otra vez, pero ahora está dirigida a un bioma cercano a la Amazonía conocido como El Cerrado, una singular sabana tropical biodiversa donde se encuentran muchos de los estados brasileños productores de soya.
Esta preocupación ha llevado a ONG ambientalistas y a minoristas internacionales, como Wal-Mart y McDonalds, a proponer el Manifiesto de El Cerrado, basado en la exitosa moratoria de la soya en la Amazonía. Sin embargo, la implementación de este nuevo acuerdo soyero depende de la cooperación de los comerciantes de soya transnacionales como Cargill —que ha indicado su reticencia a firmar, aun cuando ellos reconocen la precariedad de la subsistencia de la sabana—.
Ahora, una nueva investigación, tla primera de este tipo —realizada por un grupo internacional de investigadores dirigido por el Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (INPE) y publicada en Science Advances—, ha utilizado la simulación para determinar exactamente cuánto de la conversión de la vegetación autóctona se podría evitar al expandir la moratoria de la soya amazónica a la biodiversa sabana brasileña.
Cuantificación de la conversión de la vegetación autóctona
“La moratoria de la soya fue efectiva para la Amazonía. Queríamos saber cuáles serían los efectos de extender este acuerdo a El Cerrado, tanto porque El Cerrado es un importante foco de biodiversidad e importante para la producción de alimentos, como porque El Cerrado está bajo amenaza de extinción”, dijo a Mongabay Aline Soterroni, uno de los autores principales de la investigación.
En la actualidad, queda menos del veinte por ciento de vegetación intacta en El Cerrado. La nueva investigación simuló los efectos de extender la moratoria a la sabana mediante el análisis de una futura expansión de la soya en Brasil en el supuesto de que hubiera moratoria y sin ella. Los investigadores también estimaron cuáles de los seis principales comerciantes de soya y mercados mundiales se espera que contribuyan más a la conversión de la vegetación autóctona futura en El Cerrado.
El equipo encontró que un área del tamaño de Nicaragua podría acabar convertida en cultivos de soya en Brasil para 2050. Es probable que menos del diez por ciento de esta conversión ocurra en la Amazonía, mientras que El Cerrado sería sobrecargado con la mayoría de la vegetación, con 10.8 millones de hectáreas de nuevos campos de soya creados.
Sin embargo, si se extendiera a El Cerrado una moratoria de soya a partir de 2021, los investigadores señalan que se podría evitar la pérdida de 3.6 millones de hectáreas de vegetación autóctona a causa de la expansión soyera —un área más grande que Bélgica—.
El logro de una conservación de ese tamaño haría mucho más que preservar un punto clave de singular biodiversidad a nivel mundial. El Cerrado también contiene algunas de las cuencas más importantes de Brasil y almacena una significativa cantidad de carbono en el complejo sistema radicular subterráneo de la sabana, lo que ayuda a disminuir el cambio climático.
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Salvar lo que queda de El Cerrado
Carlos Antonio Da Silva Junior, profesor de Detección Remota de la Universidad de Mato Grosso, quien no formó parte de la investigación, le dijo a Mongabay que los alarmantes datos sobre la deforestación resaltados en el nuevo estudio tocan puntos cruciales relacionados con la conservación de la biodiversidad en El Cerrado.
Las estimaciones sugieren que alrededor de la mitad del bioma de El Cerrado ya ha sido convertido para la agricultura. De lo que queda de la sabana que no ha sido convertido, menos del veinte por ciento está todavía intacto —cuya conversión para la soya sería una grave amenaza para las más de cuatro mil ochocientas especies de plantas y vertebrados que podrían extinguirse.
La historia en 1 minuto: Incendios en Brasil vinculados científicamente a la deforestación de 2019. Video: Mongabay Latam.
Una gran parte de la vegetación autóctona intacta que queda está localizada en Matopiba —una región que consta de 337 municipalidades de cuatro estados que atraviesan la sabana, incluyendo Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahía—. Entre 2000 y 2014, la conversión de la tierra para la soya en Matopiba se incrementó un 253 por ciento y, de acuerdo con la investigación, es poco probable que este ritmo acelerado de conversión de vegetación autóctona a soya se ralentice en un futuro cercano. Sin la moratoria de la soya, está proyectado que el ochenta y seis por ciento de la expansión soyera en El Cerrado llegue a la región de Matopiba.
Los investigadores también encontraron que, aunque China es el mercado de soya más grande del mundo, el riesgo relativo de una futura conversión de vegetación autóctona impulsada por China o por la Unión Europea (UE) es más o menos el mismo. “Eso se debe a que la UE se nutre más de la región Matopiba, mientras que China compra en cualquier parte”, dijo Soterroni. “Con el acuerdo comercial entre el Mercosur y la UE sobre la mesa, este punto adquiere especial relevancia”. El Mercosur es el bloque comercial latinoamericano, del cual Brasil es el país más grande. El acuerdo entre el Mercosur y la UE convenido este invierno todavía tiene que ser ratificado, y podría verse amenazado por los crecientes niveles de deforestación de Brasil.
La moratoria de la soya es solo una parte de la solución
Los autores de la investigación señalan que, aunque una moratoria de la soya conservaría una importante cantidad de vegetación autóctona, no detendría por sí sola la deforestación y la conversión de esta vegetación.
“La expansión [de la moratoria] a El Cerrado es necesaria, pero no es, de por sí, suficiente para proteger la biodiversidad y los servicios ambientales de este bioma”, escribieron los científicos. El cumplimiento del Código Forestal de Brasil, el cual determina legalmente cuánta vegetación autóctona debe ser conservada —junto con la implementación de otras políticas públicas que rigen los cultivos y la pastura para el ganado—, es relevante en extremo para el éxito de la conservación. Sin embargo, con el gobierno a favor de la agroindustria, y en contra del medioambiente, del presidente Jair Bolsonaro, la posibilidad de llevar a cabo políticas acertadas ecológicamente parece lejana.
Expertos como Da Silva, e investigaciones previas lo han demostrado, están de acuerdo en que hay suficiente pastura degrada en Brasil para absorber la demanda de la expansión soyera sin dañar la vegetación autóctona. “Las áreas de producción de grano en Brasil deberían extenderse a las zonas que [ya] tienen pastura degradada”, escribió, y agregó que las técnicas innovadoras tales como la integración cultivo-ganadería-bosque ya existen y pueden crear una producción sustentable y rentable.
La historia en 1 minuto. Video: Mongabay Latam.
Para los autores del artículo, el gran aporte de la investigación es el enorme papel que el sector privado podría desempeñar en la protección de las últimas zonas intactas de El Cerrado si las compañías transnacionales que se dedican a la venta de materias primas se comprometieran con una moratoria.
“Cuando la gobernación es débil, las cadenas de distribución y los acuerdos voluntarios se vuelven más importantes”, dice Soterroni. “Tenemos una moratoria de soya efectiva en la Amazonía que ya está elaborada y en funcionamiento. Dada la [actual] situación política, extender la moratoria de soya es la acción correcta ahora para conservar El Cerrado”.
Referencias:
Soterroni, Aline C., et al. “Expanding the Soy Moratorium to Brazil’s Cerrado.” Science advances 5.7 (2019): eaav7336.
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