- Mientras hay comunidades que demuestran cómo hacer un aprovechamiento forestal sustentable, en otras regiones del país la expansión de cultivos, como el de la palma africana, genera más problemas que soluciones.
- Hay nacimientos también que devuelven la esperanza en el rescate de especies en peligro de extinción y, al mismo tiempo, historias que confirman que el país sigue siendo un lugar peligroso para quienes defienden el ambiente.
Especies que están en peligro de extinción, pero que empiezan a tener una esperanza, gracias al trabajo de científicos que no se rinden. Grandes empresas mineras que siguen provocando daños ambientales. Proyectos que logran restaurar suelos y replicar su ejemplo. Indígenas que padecen la siembra extensiva de la palma africana. Comunidades que llevan décadas organizándose para cuidar sus bosques y aprovecharlos de una forma sustentable. Defensores de la tierra y el ambiente que son asesinados. Estas fueron algunas de las historias que Mongabay Latam publicó durante 2019 y que muestran los contrastes de México en el tema ambiental.
10. Científicos crían en cautiverio totoabas para salvaguardarlas del peligro de extinción
La Totoaba o corvina blanca (Totoaba macdonaldi) es una especie que solo se encuentra en el Mar de Cortés. En el mercado internacional, especialmente en países de Asia como Hong Kong, se comercializa su vejiga natatoria o “buche”; medio kilo puede llegar a costar 25 000 dólares. La sobrepesca y el comercio ilegal han puesto a esta especie al borde de la extinción. Para evitar que desaparezca del planeta, investigadores del Instituto de Acuacultura del Estado de Sonora (IAES) se lanzaron a reproducir a esta especie en cautiverio. Su apuesta, a la que se unió la empresa Earth Ocean Farms, va por buen camino: hasta junio de 2019 habían conseguido liberar más de 100 millones de huevos fecundados.
9. Científicos llaman a no minimizar los impactos ambientales y antecedentes tras derrame de ácido sulfúrico
El 9 de julio de 2019, la mina Buenavista del Cobre, perteneciente a Grupo México, derramó 3000 litros de ácido sulfúrico en el puerto de Guaymas, que se encuentra en el Golfo de California. La empresa minera, la más grande de México, aseguró que no hubo impactos al medio ambiente, pero un grupo de científicos apuntó lo contrario. El ácido sulfúrico es un corrosivo y provoca una reacción química violenta que cambia el PH del agua. Por lo tanto —destacaron los investigadores— a nivel local pudieron haber muerto peces, mamíferos marinos, algas y moluscos. Además, recordaron que Grupo México tiene un amplio historial de afectaciones ambientales, entre ellas el derrrame de 40 000 litros de lixiviados en el río Sonora, registrado en 2014 y considerado el mayor desastre ambiental en el país.
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8. La guacamaya roja regresa de la extinción en la selva más boreal del continente
La guacamaya roja fue declarada extinta hace 45 años en México. En la Reserva Ecológica Nanciyaga, en el estado de Veracruz, se logró el primer nacimiento en libertad de un ejemplar de esta especie, el cual fue nombrado Huentli, palabra que en náhuatl significa “regalo”. Nanciyaga se ha convertido en uno de los máximos referentes de México en la conservación ambiental y actualmente es el centro operativo del Programa de Reintroducción de la Guacamaya Roja Los Tuxtlas. El proyecto comenzó en 2014 cuando llegaron 29 aves que habían sido reproducidas en cautiverio. El objetivo fue trabajar en su adaptación, para después liberarlas y propiciar su reproducción en vida silvestre. Hasta mediados de 2019 se habían realizado siete liberaciones. El nacimiento de Huentli fue la confirmación de que el programa avanza en forma positiva.
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7. El secreto de un proyecto que restaura ecosistemas golpeados por la deforestación
El proyecto Vía Orgánica se ha convertido en un modelo para los campesinos del estado de Guanajuato. Quienes lo impulsan, desde hace diez años, han demostrado que es posible la regeneración de suelos y de ecosistemas. Para compartir sus aprendizajes, han creado una escuela en técnicas de agroecología. Este proyecto se ha convertido en un un oasis floreciente y altamente productivo que ha beneficiado a 200 familias campesinas del municipio de San Miguel de Allende, quienes ya aplican lo aprendido en sus propias parcelas y con ello han encontrado una vía para desarrollarse como agricultores orgánicos.
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6. ¿Dejarán que el lobo vuelva y traiga la lluvia?
El lobo gris mexicano (Canis lupus baileyi), En Peligro de extinción, comenzó a resurgir en el norte de México y los científicos creen que su regreso puede ayudar a recuperar ecosistemas, como sucedió en el parque Yellowstone, en Estados Unidos, donde la reintroducción de la especie ayudó a que volvieran los ríos y las lluvias. Las cifras que hablan de la recuperación de la especie son estas: hay 390 ejemplares cautivos en instituciones de México y Estados Unidos; alrededor de 130 viviendo en libertad, 30 en México y 100 en la nación norteamericana. Los planes para que la población del lobo gris mexicano se recupere no dejan de enfrentarse a obstáculos. A la lista de los que ya existían se sumó uno más: la posible construcción del muro fronterizo con el que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pretende sellar la frontera. Esto podría frenar el desplazamientos de lobos entre México y Estados Unidos y evitar su completa adaptación a su nueva hábitat.
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5. Comunidades demuestran que es posible vivir del bosque y, al mismo tiempo, conservarlo
México es pionero del manejo forestal comunitario, un modelo que comenzó a desarrollarse hace poco más de 30 años y que se basa en la organización de las comunidades para aprovechar, en forma sustentable, los bosques o selvas que están dentro de su territorio. Tres décadas después en el país hay 2362 ejidos y comunidades que realizan manejo forestal; lo cual representa 18.2 millones de hectáreas de bosques y selvas. Las comunidades más avanzadas en este modelo han formado empresas forestales, son generadoras de fuentes de empleo en su región y, lo más importante, han demostrado que es posible realizar un aprovechamiento forestal y conservar ecosistemas.
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4. A un año de la muerte de Julián Carrillo, la comunidad sigue llena de miedo
El 24 de octubre de 2018 asesinaron a Julián Carrillo Martínez, indígena rarámuri y defensor de ambiental en la Sierra Tarahumara. Desde 2014, tenía medidas cautelares que no fueron suficientes para evitar su asesinato. Julián denunció durante años el despojo de territorio y la tala de árboles en su comunidad, Coloradas de la Virgen, en el municipio de Guadalupe y Calvo, en el estado de Chihuahua. También denunció que esas actividades las realizaban grupos que controlan la siembra de amapola en la zona. Antes de que lo asesinaran, ya habían matado a varios integrantes de su familia y a otros defensores del medio ambiente. Un año después de su asesinato, los habitantes de la comunidad de Coloradas de la Virgen seguían desplazados, con miedo y tratando de encontrar justicia.
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3. Comunidades maya denuncian que la palma les arrebata el agua y las tierras
La expansión del cultivo de palma africana ha dejado sin agua y tierras a las comunidades indígenas que habitan en la región conocida como Tulijá, al norte de la Selva Lacandona, en el sureste de México. Los beneficios económicos que les dijeron llevaría la siembra de la palma africana no se han cumplido. Todo lo contrario. Los habitantes de comunidades como La Concordia miraron cómo mientras las palmas crecían, el agua se iba terminando. Investigadores afirman que la expansión del cultivo de palma africana acentúa las desigualdades sociales, degrada los recursos naturales, impulsa la concentración de la tierra y debilita los sistemas locales de provisión de alimentos. En Chiapas hay 64 000 hectáreas sembradas, lo que representa el 70 % del total de las plantaciones de palma en México.
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2. El asesinato de José Luis Álvarez Flores, el “Tío Guato”, sacudió al conservacionismo en México
José Luis Álvarez, conocido como “Tío Guato”, tenía 65 años cuando lo mataron de cinco disparos. El ambientalista llevaba años denunciando la extracción ilegal de material pétreo del río Usumacinta. Ya había recibido amenazas de muerte y eso también lo había informado a las autoridades. Aun así ninguna autoridad evitó que lo asesinaran. En 2012, Álvarez fundó una Unidad de Manejo Ambiental, de 345 hectáreas y situada en las inmediaciones del Usumacinta, para proteger al mono aullador negro y otras especies. El asesinato de Álvarez recordó que México es uno de los países de América con más defensores de ambiente y territorio asesinados.
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1. México: sin tierra no somos nada
Chihuahua, en el norte de México, es el estado con una de las mayores superficies forestales del país: 16.5 millones de hectáreas. También es una de las zonas en donde el desmonte se ha acelerado por la tala ilegal que realizan los grupos que controlan la siembra de marihuana y amapola en la zona. Quienes viven y defienden la Sierra Tarahumara no solo se enfrentan al narcotráfico, también a caciques locales, a la imposición de proyectos extractivos y a la indiferencia gubernamental. Entre enero de 2009 y diciembre de 2018 mataron a, por lo menos, 15 defensores de bosques y territorios en la Sierra Tarahumara.
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*Imagen principal: En junio de 2017 fue la quinta liberación de guacamayas rojas. Foto: Macaw Mountain.
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