- El Ministerio de Ambiente dio a conocer las cifras preliminares de deforestación reportadas por el Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam). Allí se indica que, durante el 2022, la pérdida de bosques a nivel nacional se redujo aproximadamente un 10 %.
- La ministra Susana Muhamad destacó una reducción de más del 95 % en la deforestación reportada en los 12 parques nacionales amazónicos durante el primer trimestre de 2023.
- A pesar de la mejora en los indicadores de la mayoría de departamentos amazónicos, el Putumayo presentó un aumento del 26 %. La deforestación también escaló en el Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander; la Serranía de San Lucas, entre los departamentos de Antioquia y Bolívar, y el norte del departamento de Chocó.
Durante el año 2022, la deforestación en todo Colombia tuvo una reducción cercana al 10 %. En la región amazónica, la pérdida de bosques disminuyó un 25 %, de acuerdo con las cifras preliminares de deforestación reportadas por el Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam).
Si en el 2021 se perdieron 174 103 hectáreas de cobertura forestal en todo Colombia, para el 2022, la deforestación en el país afectó a 156 693 hectáreas, de acuerdo con los datos dados a conocer por el Ministerio de Ambiente el pasado 16 de mayo.
En la presentación, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, hizo énfasis en la situación de la Amazonía colombiana, región que desde hace varios años concentra entre el 60 % y 70 % de la deforestación en el país. En 2022, la pérdida de bosques en la región amazónica disminuyó en los tres departamentos que usualmente encabezan el listado con las mayores pérdidas forestales: Guaviare (-34 %), Caquetá (-31 %) y Meta (-25 %).
“Esperamos que bajemos de las 158 000 hectáreas deforestadas. Es un buen indicador del cambio de estrategia [del gobierno de Gustavo Petro]. Tenemos que seguir trabajando para consolidar la tendencia a la baja”, afirmó Muhamad. Sin embargo, también mencionó que las cifras exactas se revelarán en junio, cuando el Ideam termine de procesar todas las imágenes satelitales.
Lee más | Colombia: Corte Constitucional examinará por primera vez un conflicto por bonos de carbono
Un respiro para la Amazonía
Una de las grandes preocupaciones del sector ambiental colombiano tiene que ver con la deforestación creciente dentro de los parques nacionales naturales amazónicos, principalmente Tinigua, Serranía de Chiribiquete, Sierra de la Macarena y La Paya. Los cuatro presentaban una tendencia al alza en la pérdida de bosque primario desde el 2017.
De acuerdo con el análisis de deforestación 2021, presentado por el gobierno del expresidente Iván Duque en 2022, Tinigua perdió 5341 hectáreas en 2021; Chiribiquete se quedó sin 2207 hectáreas forestales; Sierra de la Macarena perdió 3222 y La Paya vio desaparecer 888 hectáreas de bosque.
Muhamad también presentó un comparativo entre el primer trimestre de 2022 y el primer trimestre de 2023. Esas cifras muestran una reducción de más del 95 % en la deforestación. El gobierno escogió los primeros tres meses del año para sus análisis, ya que es el periodo en el que la Amazonía colombiana atraviesa una de sus temporadas más secas, creando el escenario propicio para las grandes quemas de lo que se taló a finales del año.
“En el primer trimestre del 2022 se deforestaron 9260 hectáreas en los 12 parques de la Amazonía colombiana y en el mismo periodo del 2023 se perdieron 393 hectáreas. Es de verdad una reducción muy importante y tiene que ver con el proceso de acuerdos sociales [con los campesinos que ocupan áreas naturales protegidas]”, dijo Muhamad.
Según el análisis del Ideam, en el primer trimestre del 2023, comparado con el primer trimestre de 2022, se deforestaron 5209 hectáreas menos en Tinigua, 2496 hectáreas menos en Sierra de la Macarena, mientras que la reducción en Chiribiquete correspondió a 671 hectáreas.
A pesar de las buenas noticias para gran parte de la región amazónica, Muhamad reveló que el departamento de Putumayo, que limita con Ecuador y Perú, tuvo un incremento del 26 % en la deforestación y que la situación también preocupa en otras zonas del territorio nacional como Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander; la Serranía de San Lucas, entre los departamentos de Antioquia y Bolívar, y el norte del departamento de Chocó.
La ministra de Ambiente aseguró que es necesario avanzar con los acuerdos sociales en estas regiones del país, tal como se ha hecho en los departamentos de Caquetá, Guaviare y sur del Meta. “Si no lo hacemos, podemos tener un fenómeno en donde logramos relativamente contener la deforestación en la Amazonía, pero empezamos a tener afectaciones que vuelven a ser muy representativas en otros núcleos del país”.
Esos acuerdos sociales de conservación con las comunidades buscan la consolidación de la economía forestal y de la biodiversidad, y forman parte del Plan de Contención de la Deforestación que se trazó el gobierno de Gustavo Petro que, además, incluye otras cuatro estrategias: la inclusión de la deforestación en el proyecto Paz Total del gobierno (que contempla una ley que le otorga facultades al Presidente, al Alto Comisionado de Paz y al Gobierno, para adelantar las negociaciones con grupos armados ilegales del país), el despliegue de la Fuerza Pública en los territorios, el fortalecimiento de la investigación criminal para definir los determinadores de la deforestación y mayor presencia del Estado en territorio a través de sus entidades.
Muhamad también destacó que en la Amazonía colombiana, el principal motor de deforestación sigue siendo el acaparamiento de tierras, principalmente a través de la ganadería ilegal, mientras que en Putumayo, Norte de Santander, Antioquia y Bolívar, la pérdida de bosques está ligada, sobre todo, con economías ilícitas como la coca y la minería ilegal de oro.
¿Qué hay detrás de la reducción en las cifras de deforestación?
Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), destaca que la disminución de la deforestación ha sido importante “y es una tendencia que necesitábamos, ya que en los años anteriores no había sido así”. Botero también destaca que el 2022 fue un año de contrastes, porque “en el primer semestre hubo una actividad de deforestación enorme, con los incendios más grandes registrados en los últimos cinco años. Pero en el segundo semestre hubo un cambio radical y se dio una disminución casi en todo el país”.
Sobre los datos presentadas por el Ministerio de Ambiente, Clara Solano, directora de la Fundación Natura, hace énfasis en que no hay que perder de vista que se trata de cifras preliminares y que no todas las imágenes satelitales del 2022 han terminado de ser revisadas. Pero, más allá de esto, asegura que hay que prestarle atención a la pérdida de bosque en regiones como Caribe y Andes, sin olvidar que el fenómeno se concentra en la Amazonía y que esta región sigue siendo prioritaria.
“Hay que analizar la deforestación en su conjunto, la pérdida de bosques en regiones como la Caribe y la Andina genera mucha alarma, dado que quedan pocas masas de bosque y, por lo tanto, los efectos de esas pérdidas hay que analizarlos con unos elementos distintos. Solo una hectárea que se pierda en estas regiones genera unos efectos preocupantes”, comentó Solano a Mongabay Latam.
Solano también destaca como positiva la gran reducción de la deforestación en los parques amazónicos durante el primer trimestre de 2023, pero asegura que no hay que bajar la guardia ya que esta reducción estuvo influenciada, en gran medida, por una condición atípica en la Amazonía donde los tres primeros meses del año, que suelen ser secos, esta vez fueron más húmedos. Esto, asegura, disminuye las quemas y las proporciones que pueden alcanzar los incendios.
Para la directora de la Fundación Natura, el país ahora enfrenta el reto de luchar contra la deforestación en un segundo semestre del año que se pronostica bastante seco. De hecho, el 16 de mayo el Ideam informó que existe una probabilidad del 82 % para que el Fenómenos del Niño inicie en junio y se extienda hasta comienzos del 2024. Aunque sus efectos podrían ser moderados, serán inevitables las olas de calor y falta de lluvias que representan un escenario ideal para la tala y quema de bosque.
Tanto Solano como Botero destacan que los diálogos y acuerdos que logró el Ministerio de Ambiente con campesinos en los departamentos de Caquetá, Guaviare y Meta fueron importantes para alcanzar una reducción en la deforestación. La ministra Susana Muhamad aseguró que el país no tenía una cifra como esta desde el 2016.
Sin embargo, Botero comenta que no se puede ignorar la influencia de los actores armados. Por ejemplo, el Estado Mayor Central de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), una de sus principales disidencias, tomó una política de restricción a la tala de bosque en las regiones donde opera.
En ese sentido, Clara Solano es muy crítica sobre la mayor presencia del Estado en territorio a través de sus entidades, como indica el último de los pilares del Plan de Contención de la Deforestación que creó el gobierno de Gustavo Petro. “Yo sigo sin ver en el territorio al Estado colombiano, sigo sin ver acciones concretas que disminuyan la pobreza y la inequidad; sigo sin ver acciones nuevas y novedosas. Están en los discursos y en los planes, pero todavía no han llegado al territorio”, comenta.
Uno de los puntos que más llamó la atención fue que el departamento de Putumayo no tuvo el mismo comportamiento en reducción de deforestación que se observó en Caquetá, Guaviare y el sur del Meta. Allí la pérdida de bosques incrementó un 26 %.
La ministra Muhamad aseguró que el gobierno llegó a Caquetá, Guaviare y Meta con un trabajo sólido de acuerdos sociales de conservación ambiental, donde también se incluyó a la deforestación en el proceso exploratorio de la política de Paz Total en el último semestre del año pasado. “En el Putumayo todavía no hemos llegado con una política integral sólida a las comunidades y tampoco hay conversaciones con respecto a la Paz Total, por ser otros grupos ilegales los que dominan el territorio. Putumayo se convierte en uno de los puntos estratégicos para avanzar en el proceso de consolidar una reducción de la deforestación”, dijo Muhamad.
Una fuente consultada por Mongabay Latam que trabaja en el Putumayo, y que pidió la reserva de su nombre por motivos de seguridad, aseguró que las disidencias de las FARC en este departamento y en el sur de Caquetá están extorsionando, además de beneficiarse de otras actividades ilícitas como los cultivos ilícitos de coca y la minería ilegal de oro.
“El Putumayo sigue siendo una amalgama de desorden demasiado compleja y parece que al ser un departamento fronterizo con Perú y Ecuador, por donde entra y sale todo, sigue generando una inconsistencia en el comportamiento de todos los grupos armados. Allí se siguen dando las peleas más descarnadas por el territorio, por las rutas del narcotráfico. Y no solo del narcotráfico, sino de la explotación de madera ilegal y de fauna ilegal. Sigue siendo un territorio con un total descontrol”, indica la fuente que pidió el anonimato.
El gobierno colombiano asegura que una de sus prioridades es judicializar a los grandes financiadores de la deforestación que, en muchos casos, están vinculados a todas estas actividades ilegales. De acuerdo con la Dirección de Carabineros de la Policía Nacional, en lo que va del 2023 se han capturado 1561 personas por delitos ambientales, se han incautado 13 492 metros cúbicos de madera ilegal y se han realizado 54 operativos para la protección del medio ambiente.
La preocupación por el financiamiento de los ilegales es grande y, por eso, el pasado 12 de mayo la ministra Muhamad anunció la creación del Grupo de análisis estratégico y de información financiera contra delitos ambientales en Colombia, que surge como una alianza estratégica entre el Ministerio de Ambiente, la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) y la Fiscalía. El objetivo es fortalecer las acciones de investigación, identificación, determinación y judicialización de redes ilegales causantes de la deforestación.
* Imagen principal: Las quemas en la Amazonía colombiana suelen darse entre enero y febrero. Foto: Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS).
———
Videos | 1647 territorios indígenas y 52 áreas protegidas afectadas por superposición con lotes petroleros
Si quieres conocer más sobre la situación ambiental en Latinoamérica, puedes revisar nuestra colección de artículos aquí.
Si quieres estar al tanto de las mejores historias de Mongabay Latam, puedes suscribirte al boletín aquí o seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram, YouTube, LinkedIn, WhatsApp, Telegram, Spotify, TikTok y Flipboard