Es por lo anterior que, pese a que ya se han sentado a dialogar ambas facciones de Masta, Elvis Greham afirma que la falta de información, el acaparamiento de tierras, los intereses políticos y la pelea por el saneamiento de tierras es lo que mantiene en división la gobernanza del territorio miskito, y, por lo tanto, a sus líderes.

“No estoy en contra de la demanda (realizada por Mirna Wood) ni a favor. A mí me dejaron en la presidencia para velar por el bienestar de mi gente y es por eso por lo que no estoy de acuerdo [con] que ellos tomen esas pláticas con unas cuantas personas. [La carta de entendimiento] no significa que estamos amarrados o que nos hemos comprometido, estamos buscando informaciones para tomar nuestras decisiones en bienestar de la población”, dijo.

Greham se comprometió a facilitar a Contracorriente la carta de entendimiento suscrita entre los promotores del proyecto y él en 2021. Sin embargo, desde enero de 2024 dejó de contestar nuestras comunicaciones.

Yulissa Gómez, portavoz del Ministerio Público, confirmó que la denuncia realizada por el sector de Masta a la que pertenece Mirna Wood fue recibida por la Fiscalía de las Etnias y que actualmente ésta trabaja en conjunto con otras fiscalías para realizar las auditorías correspondientes a la organización Ayuda en Acción. Gómez no dio más información del caso, asegurando que debe mantenerse en reserva para no entorpecer las investigaciones.

Posibles irregularidades en el proceso de consulta

Los manglares piñuelo, o “laulu” en lengua miskita, se yerguen imponentes alrededor de la laguna Caratasca, mientras las gaviotas y garzas los visitan, y los peces revolotean en sus raíces. También llamada laguna de los lagartos, es visitada por habitantes en cayucos que llegan a pescar camarones, jobalos, tilapias y corvinas, y a cortar leña para sus hogares. Conectada a otras lagunas más pequeñas, como Tansin, Warunta y Tilbaca, constituye el sistema lagunar más extenso de Mesoamérica.

Al otro lado de la laguna, partiendo de Puerto Lempira, está la comunidad de Kaukira en donde está ubicado el concejo territorial de Katainasta, uno de los que también integra el proyecto de carbono.

En Katainasta, la tierra se usa mayormente para la agricultura, la extracción de árboles para la creación de cayucos y para la venta de madera comercial, la cacería y la ganadería. En la playa que da al mar Caribe, los pescadores también salen en busca de pepinos de mar y medusas que son exportadas a China, como ha narrado Contracorriente, y otros zarpan en botes pesqueros a embarcarse por semanas en la pesca de langostas, jaibas y camarones, arriesgándose a no regresar por las condiciones en las que realizan la pesca de buceo.

Aquí casi nadie sabe del proyecto de carbono. Contracorriente consultó a los ancianos en la costa, a jóvenes que manejan motocicletas y a mujeres que atienden en los mercados, pero de unas ocho personas consultadas en todo el pueblo ninguno dijo saber sobre un proyecto de carbono en la zona ni como esto vendría a beneficiar a las comunidades que por años se han encargado de administrar los bienes comunes. Tampoco conocían de qué se tratan los esquemas de compensación de carbono.

Joaquina Calderón, coordinadora de desarrollo forestal comunitario del Instituto de Conservación Forestal (ICF) de la Moskitia, también asegura que es muy poca la información que se conoce en la zona sobre el mercado de carbono, y que al menos a ellos, como entidad gubernamental a cargo de la gestión de bosques, la oenegé Ayuda en Acción y la empresa South Pole nunca les consultó sobre la implementación del proyecto.

Desechos plásticos provenientes de barcos pesqueros en las costas de Kaukira. 6 de diciembre de 2023, Foto CC/ Jorge Cabrera.

Guillermo Rosales, pastor evangélico y miembro de la junta directiva del concejo territorial miskito de Katainasta, formó parte de quienes aceptaron el proyecto de carbono allí, pero hasta el momento en el que fue consultado, el proyecto se limitaba a la captación de carbono por medio de los manglares, aún no se había extendido por los otros ecosistemas en la Moskitia y por los demás concejos territoriales. “Siempre estamos en la expectativa como consejo territorial. Y si ellos [South Pole y Ayuda en Acción] regresan, estamos dispuestos a negociar para el beneficio de las comunidades, porque cuando vinieron se hablaban de incentivos de millones por toneladas de carbono”, explicó.

Su razón de ser es la galopante deforestación que asola a la Moskitia.

Solo en el 2023, el Instituto de Conservación Forestal (ICF) registró 868 alertas por deforestación allí, sumadas a otras 1,276 alertas en la Reserva de la Biosfera del Río Plátano, un área protegida vecina que fue declarada como patrimonio de la humanidad por la Unesco. Es decir, en total 5 869 hectáreas han sido amenazadas por deforestación en el territorio miskito. Esa zona concentra el 66 % de las alertas emitidas por deforestación en toda Honduras durante 2023.

Los habitantes extraen leña de los manglares para uso doméstico. 6 de diciembre de 2023. Foto CC/ Jorge Cabrera

El misterio Prawanka

Otro rasgo del proyecto “Muskitia: yacimiento de aire puro” que levantó alarmas en la certificadora Verra fue la incorporación a éste de tres programas ejecutados por Ayuda en Acción que no están vinculados a la captura de carbono.

Uno de ellos es Prawanka, financiado por la cooperación suiza e implementado por las organizaciones Lutheran World Relief y la Comisión de Acción Social Menonita (CASM), con el objetivo de incrementar los ingresos de las comunidades en la región de la Moskitia por medio de la producción de arroz, frijol, cacao y pesca.

En el centro de Puerto Lempira, una mujer miskita vende yuca y otras verduras cosechadas en esta zona. 5 de diciembre de 2023. Foto CC/ Jorge Cabrera.

En total, contó con una inversión de 24 millones de euros entre 2017 y 2024, según el portal de Ayuda en Acción. Tanto en el gobierno anterior como en el actual, Prawanka ha suscrito convenios entre secretarías y direcciones estatales orientados a la producción de granos básicos, incluyendo uno en noviembre de 2022 con la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) para “beneficiar a 8 000 pescadores” y otro en agosto de 2023 con la institución Senprende .

Este es el programa que Verra cuestionó por su falta de conexión con los objetivos del proyecto de carbono.

Algo similar parecería ocurrir con otros dos programas llamados Pueblos Indígenas y Afrodescendientes de Honduras (PIAH) y Yamni Iwanka, que también buscan el desarrollo comunitario en los distintos concejos territoriales de la Moskitia. El primero es financiado por la Unión Europea y el segundo por el gobierno de Japón.

Estos dos programas figuran, al igual que Prawanka, en el cronograma del documento de diseño del proyecto para la captura de carbono en la Moskitia.

Aunque ninguno de estos proyectos detalla públicamente su relación con el proyecto de carbono y las comunidades miskitas también lo desconocen, la propia Ayuda en Acción los ha vinculado en sus redes sociales. Al programa Yamni Iwanka, lo describió como una contribución “a nutrir el suelo para que capture más carbono y así revertir el calentamiento global”.

Tweet de Ayuda en Acción promocionando el programa Yamni Iwanka como una iniciativa para nutrir el suelo y que así “capture más carbono”.

Víctor Padilla, de Ayuda en Acción, aseguró a Contracorriente que ninguno de estos tres programas ejecutados por la organización tiene relación con el proyecto de carbono en la Moskitia, a pesar de que estos sean parte del cronograma del desarrollo del proyecto según el diseño de este.

“Todos los proyectos que ejecuta o que implementa Ayuda en Acción en el territorio no tienen que ver con el proyecto Muskitia Pâsa Klîn Nâka”, argumentó Padilla.

Un grupo de personas viaja en lancha en la laguna de Caratasca. 6 de diciembre de 2023. Foto CC/ Jorge Cabrera.

South Pole se desmarca

Posterior a la carta de Verra denegando la certificación del proyecto de carbono en la Moskitia, al menos uno de sus impulsores pareció cambiar de opinión sobre su valor.

Desde mediados de 2021, el sitio web de South Pole incluía una página dedicada a esta iniciativa, a la que atribuía “nuevas oportunidades de ingresos sostenibles que no dependan de la tala del bosque” y una “infinidad de beneficios”. “Para hacer frente a la deforestación y proteger los imponentes paisajes de la Muskitia, el proyecto colabora con ocho comunidades indígenas y afrohondureñas [cuyas] estructuras de gobernanza y visiones colectivas de futuro han sido fortalecidas en alianza con los concejos locales, aumentando la participación y sentando las bases para una prosperidad compartida a largo plazo”, prometía. En sus redes sociales también promocionó imágenes de cámaras trampa con jaguares en la zona del proyecto y tomas aéreas de la costa que da al mar Caribe, así como un pedido de ayuda tras la destrucción de las tormentas tropicales Eta e Iota.

Esa ficha del proyecto, sin embargo, desapareció de su página web en algún momento posterior a noviembre de 2023, según muestra el portal especializado Internet Wayback Machine, lo que sugiere que a South Pole ya no le parece un proyecto digno de exhibir en su portafolio.

Consultada por Contracorriente, la empresa suiza dijo que está evaluando su participación en el proyecto, aunque atribuyó sus dudas no a las preocupaciones expresadas por Verra, sino a las decisiones tomadas por el gobierno hondureño. “Si bien creemos que el proyecto Muskitia es muy importante, la nueva legislación para el mercado de carbono forestal en Honduras crea un riesgo que dificulta la inversión extranjera en el futuro. A pesar de nuestra importante inversión de capital en este proyecto hasta la fecha, estamos revisando nuestro papel y participación en el futuro”, dijo un portavoz vía correo electrónico. “Nos gustaría contar con mayor claridad y certeza sobre cómo se regularán los créditos de carbono forestal, así como un cronograma claro sobre cuándo se publicará y promulgará la regulación aún pendiente”.

Ante la contrapregunta de esta alianza periodística de cuál era exactamente la inversión de capital que han hecho en el proyecto, se limitó a reiterar lo anterior y subrayar que no tenían nada más que agregar a la declaración proporcionada anteriormente. No respondió nada sobre las preocupaciones expresadas por Verra sobre el proyecto.

Más allá de la política sobre el mercado de carbono del gobierno de Xiomara Castro, South Pole se negó a otorgar la entrevista solicitada por este equipo periodístico para discutir el proyecto en la Moskitia. “Nuestro trabajo ha implicado amplias consultas con las partes interesadas desde 2018, incluidas cerca de 100 reuniones y la participación de alrededor de 4 000 miembros pertenecientes a 180 comunidades”, se limitó a responder, reiterando que el proyecto “se encuentra en su fase de desarrollo”, dijo la empresa vía correo electrónico.

Una nueva ley de carbono que tampoco consulta a los pueblos originarios

En su discurso en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) realizada en Dubai, en diciembre del 2023, la presidenta Xiomara Castro ofreció mitigar los efectos del cambio climático mediante el mecanismo de captura de carbono:

“Como representante de los pueblos del sur, históricamente colonizados, y principales proveedores de recursos, enfrentamos las peores consecuencias del cambio climático. Mientras tanto, los más poderosos del mundo anuncian planes espaciales para escapar a otros planetas, dejando atrás una tierra devastada”, manifestó la mandataria.

Aunque la presidenta prometió en la COP28 hacer responsables a quienes más contaminan el ambiente, y el actor Leonardo Di Caprio enalteció estas promesas asegurando que esto traerá beneficios a los pueblos originarios en la Moskitia, el gobierno hondureño aprobó una ley para formar parte de un mercado de carbono regulado sin haberla consultado con los mismos pueblos originarios a los que busca proteger.

Era su segunda decisión sobre el mercado de carbono desde que llegó al poder en 2022. En junio de ese mismo año, la Secretaría de Recursos Naturales (Serna) y eI Instituto de Conservación Forestal (ICF) establecieron una moratoria nacional en la venta de créditos de carbono forestal para, en sus palabras, “reducir potenciales riesgos y conflictos sociales, ambientales y económicos” asociados a la venta ilegal de créditos de carbono en proyectos privados. Su finalidad era, según este comunicado,“evitar la colonización del comercio del carbono de nuestros bosques”.

Un año después, en julio de 2023 y casi al tiempo que Verra negaba el registro del proyecto de Ayuda en Acción en la Moskitia, el gobierno de Castro logró la aprobación en el Congreso Nacional de una Ley especial de las transacciones de carbono forestal para la justicia climática. Esa normativa, además de buscar entrar a un mercado regulado de carbono, estableció distintas modalidades para las transacciones de carbono en el país, incluyendo un “canje de deuda por naturaleza y carbono” en el que se pueda reducir la deuda externa de Honduras, mediante un intercambio basado en los resultados ambientales logrados por el país.

Elsser Brown, director de la Moskitia Pawisa Aslika o Agencia para el Desarrollo de la Moskitia – Mopawi, señala que esta ley no fue consultada con los pueblos originarios en la Moskitia antes de su aprobación y que este hecho refleja la ausencia de la participación de los pueblos originarios en los asuntos de Estado. “[En la aprobación de esta ley] está la ausencia de la participación plena y efectiva de las comunidades indígenas, pero también se ve marcada una, no quiero decir discriminación, pero no hubo una consideración del derecho indígena en la formulación de esta Ley”, dijo a Contracorriente.

El gobierno justamente promocionó la ley como una manera de recompensar a quienes han protegido el bosque por años y como un mecanismo de justicia climática mediante el cual los mayores contaminadores les pagarían a ellos. “Aquí en el país, 45 % de las zonas de áreas protegidas están cercanas a donde están los hermanos de los pueblos originarios. A esos lugares hay que llegar, porque han sido los responsables de los cuidados de los bosques, de los ríos, de las montañas durante décadas”, dijo el ministro de la Serna, Lucky Medina, en un foro televisivo.

Esa narrativa de justicia climática para los pueblos originarios ha generado malestar entre algunos de sus líderes más visibles. “Yo creo que es totalmente nefasto que, en nombre del ambientalismo y de la protección de los recursos, se esté violentando el derecho a la verdadera consulta a los pueblos indígenas y originarios, que han vivido durante siglos en estos territorios”, dijo Miriam Miranda, una lideresa garífuna que está al frente de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh).

Sobre esto, el viceministro de la Serna, Malcolm Stufkens, dijo a Contracorriente que era necesario que se aprobara rápido esta ley para poner un alto a los proyectos dentro del mercado voluntario que presentan irregularidades y que por eso no fue socializada con las población indígenas. El viceministro agregó que los pueblos originarios sí serán considerados en la etapa de la elaboración del reglamento para la ejecución de la ley.

Además, mencionó que en la modalidad de mercado voluntario “estaban repartiendo el país entre varias empresas” y que por eso el Estado ahora tiene interés de regular estas iniciativas, y también proteger los bienes comunes.

“Hay que botar la imagen de lo que se tenía del gobierno anterior en estos temas, porque no estaban reconociendo la titularidad y tampoco estaban asegurando una participación [de los pueblos originarios], eso no es algo que nosotros tenemos contemplado”, prometió Stufkens.

Mientras la noche cae y la lluvia amenaza con traer más oleaje en la laguna de Caratasca, Seldita Pedro, una mujer miskita y vicepresidenta de la junta directiva del territorio de Bamiasta, observa el muelle y cuenta que la Moskitia se enfrenta a un monstruo de múltiples cabezas, uno más grande que las comunidades, y que amenaza con despojarlos de sus tierras.

Su territorio tomó la decisión de abandonar la negociación para implementar la captura de carbono en la moskitia, por la falta de claridad en el proceso y porque temen que esto podría quitar el aprovechamiento del suelo a las comunidades. “Hoy en día, en nuestro territorio están pasando problemas de invasión o de gobernanza territorial, y no podemos solos. En el territorio de Bamiasta extraen muchos recursos naturales, maderas de colores, especies que están en peligro de extinción y nuestra fauna muere. Nos sentimos que estamos indefensos y que estamos en esta lucha contra los terceros”, reclama, refiriéndose a quienes continúan invadiendo sus tierras y extrayendo sus recursos.

A esos “terceros” de los que habla se suman ahora iniciativas que parecerían estar diseñadas para ayudarles, pero que han despertado muchas dudas por sus fallas en consultarlos y también por lo poco que se les ha informado.

En mayo de 2022 el famoso cantante español Alejandro Sanz anunció que destinaría fondos a Ayuda en Acción para la conservación de los manglares en la Moskitia. Mediante la venta de dos botellas de acero inoxidable de edición limitada, diseñadas por una empresa española llamada Quokka, Sanz prometió conservar y reforestar 250 000 hectáreas de bosque de manglar mediante el mecanismo de captura de carbono.

“Yo no voy a decirle a nadie lo que tiene que hacer, pero si voy a decirles lo que yo voy a hacer: quiero conseguir que mi huella de contaminación se reduzca lo máximo posible”, dijo este cantante en la COP25, en diciembre de 2019.

Elvis Greham, de Masta, sabe quién es Alejandro Sanz y también conoce sus canciones, pero no sabía que estuviera involucrado en el proyecto de carbono en el que él ha sido parte. “No sabía”, dice.

Casi como en la famosa canción de Sanz, “Cuando nadie me ve”, en donde él canta: “Hay cosas muy tuyas que yo no comprendo”.

* Diseño de portada: Daniel Fonseca.

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Carbono Opaco

Carbono Opaco es un proyecto sobre cómo está funcionando el mercado de carbono en América Latina, en alianza con Agência Pública, Infoamazonia, Mongabay Brasil y Sumaúma (Brasil), Rutas del Conflicto y Mutante (Colombia), La Barra Espaciadora (Ecuador), Prensa Comunitaria (Guatemala), Contracorriente (Honduras), El Surtidor (Paraguay), La Mula (Perú) y Mongabay Latam, liderado por el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP). Revisión legal: El Veinte. Diseño logo: La Fábrica Memética.

Artículo publicado por Thelma gomez
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