Sería difícil confundir a un arapaima con otra cosa: esos enormes y acorazados peces boqueantes, que necesitan salir a la superficie cada pocos minutos, constituyen la megafauna de los ríos amazónicos. Pero a pesar de su singularidad y de haber sido perseguidos por los indígenas durante milenios, los científicos aún no saben demasiado sobre ellos, incluyendo el número de especies existentes. A pesar de que a partir de la segunda mitad del siglo XIX, los expertos los han agrupado en una sola – los Arapaima gigas – dos estudios recientes publicados en Copeia dividen a los arapimas en al menos cinco, a las que probablemente se unirán más en el futuro.
En el estudio más reciente, el investigador Donald Stewart, del SUNY College of Environmental Science and Forestry (Facultad SUNY de Ciencias Medioambientales y Forestales, “ESF” en sus siglas en inglés), describe nuevas especies de arapaima basándose en un espécimen guardado en el Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia de Brazil (Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia de Brasil). Bautizada Arapaima leptosoma, es más esbelta que el Arapaima gigas y posee diferencias físicas importantes.
“Se trata de la primera especie de arapaima que se describe desde 1847” afirma Stewart, que añade que“ fue recogida cerca de la confluencia de los ríos Solimões y Purus en el estado de Amazonas, en Brasil”.
El experto propone resucitar las tres variedades adicionales de arapaima descritas en algún momento del siglo XIX, y que nunca fueron aceptadas por la comunidad científica. El año pasado, por ejemplo, Stewart publicó también un artículo que argumenta la recuperación del Arapaima agassizii detallado en 1847. La denominación se basaba en un espécimen recogido por un biólogo francés a principios del siglo XIX, que fue destruido posteriormente en la Segunda Guerra Mundial por una bomba. Revisando los bocetos originales del ejemplar perdido, Stewart sostiene que se trata de una especie distinta, aunque nadie sabe dónde encontrarla exactamente.
Una nueva especia de arapaima, el Arapaima leptosoma, considerada durante mucho tiempo como parte del Arampaima gigas. Se conserva en el Acuario Marino de Sevastopol, en Ucrania. Foto por: George Chernilevsky.
En su artículo, Stewart argumenta que “actualmente, sólo se conoce al Arapaima agassizii por el holotipo (espécimen) recogido entre 1817 y 1820 en las tierras bajas de la Amazonia brasileña, por eso es importante localizar este taxón para determinar su estado de distribución y conservación.”
Si finalmente constituyen un número de especies distintas, en lugar de un tipo único, esto modificaría el modo en que se gestionan estos peces y sus categorías de conservación. En muchas zonas del Amazonas, donde los arapaima sufrieron una pesca abusiva, algunas poblaciones comienzan a retornar gracias a las mejoras en las tareas de conservación y gestión.
Estos peces enormes de agua dulce pesan alrededor de 200-400 libras (90-180 kilogramos) y miden 2-2,5 metros (6,5-8 pies). A pesar de no tener pulmones, poseen una vejiga natatoria que ha evolucionado para asimilar oxígeno; esta capacidad para respirar en el aire les ayuda a sobrevivir en ríos amazónicos frecuentemente poco oxigenados . Y por si esto fuera poco, están pertrechados con unas escamas extraordinariamente resistentes, contra las que nada pueden hacer las pirañas. Según los científicos, los arapaima prácticamente no han variado en el registro fósil en los últimos 23 millones de años.
Primer plano de un arapaima en el Smithsonian National Zoo. Foto: Tiffany Roufs.
Referencias:
- Donald J. Stewart (2013) Re-description of Arapaima agassizii (Valenciennes), a Rare Fish from Brazil (Osteoglossomorpha: Osteoglossidae). Copeia: March 2013, Vol. 2013, No. 1, pp. 38-51.
- Donald J. Stewart (2013) A New Species of Arapaima (Osteoglossomorpha: Osteoglossidae) from the Solimões River, Amazonas State, Brazil. Copeia: September 2013, Vol. 2013, No. 3, pp. 470-476.