- En la costa peruana, los tiburones son principalmente amenazados por la sobrepesca.
- El Gobierno peruano solo ha establecido la talla mínima para 6 especies de tiburones y el período de veda para una especie más.
- En la región costeña de Lambayeque, al norte de Perú, es donde se registra la mayor caza de distintas variedades de tiburones, según la bióloga marina Adriana González-Pestana.
Sea para el mercado local o externo, el tiburón es cazado de forma indiscriminada en el Perú. Un estudio científico de González-Pestana y colaboradores en el 2014, señala que entre 1950 y el 2010, es decir, a lo largo de 60, años se desembarcó un promedio anual de 6 mil toneladas de tiburones en la costa peruana. Esta sobrepesca pone en riesgo la supervivencia de 10 especies de tiburones establecidas como Amenazadas, de acuerdo a la clasificación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
“El tiburón es una importante especie que mantiene en equilibrio el ecosistema marino donde vive. Cuando se atenta contra uno de los depredadores tope, como lo son muchos tiburones, se desestabiliza este equilibrio. No se sabe los impactos concretos para algunas de las especies, pero no podemos darnos el lujo de averiguarlo”, dijo a Mongabay la bióloga Ximena Vélez-Zuazo.
A la sobrepesca que afecta a la población natural de tiburones en el mar peruano, se suma su baja resiliencia o baja capacidad para que sus poblaciones se recuperen, como en el caso del tiburón diamante que habita el mar peruano. Los especialistas señalan que esta característica presente en algunas de las especies de tiburones, muy parecida a la de los mamíferos marinos, implica que crecen lentamente, que tienen pocas crías y una reproducción que sucede a una edad avanzada. “Si los cazan en una edad avanzada, lo más probable es que su población se reduzca”, explica la experta en especies marinas, Adriana González-Pestana.
Los peligros de la sobrepesca
Si bien en el Perú, la tercera parte de las especies comerciales de tiburón se encuentran amenazadas, recién hace dos años, en el 2014, se aprobó un plan de acción nacional para la conservación de tiburones. Esta herramienta legal, sin embargo, no es suficiente porque no existe aún un marco normativo que proteja a todas las especies comerciales de la sobrepesca. Hoy solo estas cinco especies de tiburones cuentan con una talla mínima de pesca: el tiburón azul (Prionace glauca), el tiburón mako (Isurus oxirhynchus), y 3 especies de los conocidos popularmente como “tollo” (Mustelus whitneyi, Mustelus mento y Triakis maculata).
El período de veda solo se aplica para el tiburón martillo (entre enero y marzo, verano peruano), a partir de marzo se cuenta con una cuota de pesca. “En verano (en el Perú) la madre llega a la costa a parir y la atrapan, además de los recién nacidos”, dice González-Pestana. Recién, el 26 de abril, se publicó una resolución del Ministerio de la Producción que evidencia que se está trabajando en la elaboración de varias medidas de conservación, entre ellas la prohibición del aleteo en las costas peruanas.
Entre las especies más amenazadas también encontramos al tiburón diamante, al angelote o al grupo de tiburones llamados zorro. Según las especialistas consultadas, Pucusana y Chimbote son las áreas donde se caza una mayor cantidad de tiburones; sin embargo, la zona donde se pesca más variedad de especies de tiburones es al norte de Perú, entre las ciudades de Chiclayo y Tumbes. La caleta de San José es el distrito norteño que pesca la mayor variedad de tiburones.
La Caleta San José
La caleta San José en la región de Lambayeque es un pueblo de pescadores donde la actividad principal es la pesca, y la del tiburón es sin duda una de las más populares desde hace 150 años, señala la bióloga marina Adriana González-Pestana. “Es el puerto en el Perú en donde se pescan la mayor variedad de tiburones, por lo menos, 20 especies y también las rayas”, cuenta Gonzalez-Pestana.
La experta sostiene que en San José hay una pesca indiscriminada y el Estado peruano no hace nada por controlarla. Sin embargo, la culpa de la sobrepesca no pasa por la mala intención de los pescadores artesanales del pueblo, indica la experta. “No se respeta un manejo sostenible del tiburón por un tema de desinformación. El Estado no está en el puerto para que se cumpla (la normativa), pasa por un tema de ignorancia”, dice. Al cierre de la semana del tiburón, las especialistas consultadas concuerdan en que hay mucho por hacer y que el Estado debería prestarle especial atención a este grupo de peces que tiene una “legislación muy joven”.
Cita:
González-Pestana A, Kouri J. C and Velez-Zuazo X. (2014). Shark fisheries in the Southeast Pacific: A 61-year analysis from Peru [version 2; referees: 2 approved with reservations]. F1000Research (doi: 10.12688/f1000research.4412.2)
Fotografía de portada: Karin Leonard/Marine Photobank