- "Hay partes del discurso de campaña de Andrés Manuel López Obrador que nos llenan de optimismo, pero luego hay algunas cosas que nos encienden focos rojos".
- México tiene algunos ejemplos que se utilizan a nivel mundial en términos de conservación, pero tiene otros que son motivos de vergüenza.
México está próximo a cambiar de gobierno luego de que Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, fuera elegido como futuro presidente en las elecciones de julio pasado.
Mongabay Latam conversó con Pedro Zapata, director de Oceana en México, una sede de esta reconocida organización internacional para la conservación marina, que acaba de abrir sus puertas para contribuir a una mejor y mayor gobernanza del mar mexicano.
En esta entrevista, Zapata nos habla de las tareas pendientes, de los miedos y de las esperanzas que abre el nuevo período presidencial.
¿Cuáles son los principales problemas marinos que enfrenta el nuevo Gobierno de México?
El primero es la pesca informal y el segundo es la contaminación marina.
Esta nueva administración va a tener que entrarle al tema de la sobrepesca y la informalidad. La pesca es un sector que, como otros en el resto de la economía de México, tiene mucha informalidad, lo que se traduce en desorden. Nadie sabe exactamente cuánto se está pescando, qué especies, quién está pescando, cuándo ni dónde.
¿Hay un registro que funciona mal o derechamente no hay ningún registro?
Hay un registro que funciona muy bien como para tres o cuatro especies que son la sardina, el camarón y el atún. Son las especies más importantes en términos económicos y en volumen. Para ellas hay un manejo pesquero que, en general, funciona. Pero ese mismo nivel de atención para otras especies, que son las que la gente sale a pescar para comer, no existe.
Quiero decir, todo lo que tiene que ver con instrumentos de manejo, investigación, verificación y participación pública en la toma de decisiones, está totalmente ausente en el resto de las especies. Hay un desorden total.
El problema de la informalidad acarrea además empleos sumamente vulnerables e inciertos. Genera inseguridad social y personas que tratan de sobrevivir con un problema que se hace cada vez más grave con la sobrepesca. Y es que cada vez las personas tienen que ir más lejos, pescar más tiempo y someterse a más riesgos, para más o menos salir empatados.
Por otro lado, el problema de la contaminación está creciendo a pasos agigantados tanto por plástico, como por la agricultura y las concentraciones humanas.
Cuál parece ser la postura del nuevo gobierno frente a estas dos problemáticas. ¿Hay propuestas? ¿Está el tema sobre la mesa?
Este nuevo gobierno, en este tema así como en muchos otros, es una gran incógnita. Hay partes del discurso de campaña que nos llenan de optimismo como el énfasis de la transparencia, el combate a la corrupción y en reclamarle algo de igualdad y de equidad al sistema económico.
Estamos totalmente de acuerdo con eso, pero luego hay algunas cosas que nos encienden focos rojos. Te doy un ejemplo: este gobierno entrante parece estar obsesionado con el petróleo de una forma que los gobiernos de México no estaban desde hace 40 años. Es recurrente la idea de construir refinerías y hacer más pozos en el mar. Después de los grandes accidentes que hemos tenido y los desastres ecológicos cercanos a las costas de México, este gobierno parece que no ha aprendido la lección. Yo he escuchado al presidente electo decir muchas veces que el Golfo de México todavía da para tener mucha más exploración petrolera. Eso nos pone los pelos de punta.
México tiene problemas graves de deforestación en todo el país y el principal motor de esa deforestación es la producción de proteína animal en tierra, especialmente ganado. Entonces, resolver el problema de cómo producimos en el mar no es un tema secundario, no es trivial. Restaurar la abundancia de los océanos, dignificar la actividad pesquera y evitar la sobrepesca son temas que son prioritarios.
Si tú vieras la agenda pública y el discurso público, lo que los funcionarios dicen en las conferencias de prensa y en lo que se concentran los columnistas, pensarías que es un tema marginal, pero no lo es.
El trabajo de Oceana México va a ser darle a ese conjunto de temas la importancia que buenamente deberían tener, antes de que sea demasiado tarde.
¿Cuál es el estado de conservación de las áreas marinas protegidas en México?
México tiene algunos ejemplos que se utilizan a nivel mundial en términos de conservación, como la isla Espíritu Santo en California Sur o el Caribe Mexicano, pero tiene otros, y a veces en esos mismos espacios, que son motivos de vergüenza.
México, con el resto de la comunidad de Estados del Caribe, está frente a lo que potencialmente es un desastre ecológico con relación al sargazo. El problema de la invasión de esta alga tiene su origen, en parte, en asuntos que son poco controlables a mediano plazo, como la temperatura del agua producto del calentamiento global. Pero también se origina por la contaminación del agua. Entonces, en parte es un gol que nos metió el cambio climático, pero en parte es un autogol nuestro también.
Dices que el discurso contra la corrupción los llena de optimismo. ¿Cómo participa la pesca en la corrupción en México?
Es difícil de definir. Tiene expresiones pequeñas y grandes, unas casi invisibles y otras tan visibles y normalizadas que la gente ya no las considera corrupción. Pocas de esas manifestaciones están documentadas, por lo que es fácil caer en especulaciones y rumores. Por otro lado, son tantos los recuentos anecdóticos que uno escucha y observa, que es imposible ignorarlos. Esa corrupción tiene mil manifestaciones.
Por ejemplo, muchas oficinas de pesca del país, donde los pescadores tienen que reportar o “arribar” su producto, no cuentan con la infraestructura ni con el personal básico. Como el producto que hay que reportar es perecedero, hay una prisa automática de llevar a cabo trámites, cosa que se vuelve un caldo de cultivo para que los pocos funcionarios que hay atiendan a unos antes que a otros, basados en quién pagó alguna mordida.
Los reportes de pagos a los subdelegados de pesca en los Estados y a otros funcionarios a cargo de la obtención de permisos, son cosa de todos los días en el sector.
Además, grupos de productores extorsionan a la autoridad usando viejas herramientas como plantones, a cambio de más permisos para sus agremiados.
La corrupción también se da a la hora de tener visitas de inspección “selectivas” y los oficiales de pesca de todo el país, que son poquísimos, han sido señalados por corrupción en repetidas ocasiones.
Obviamente uno de los casos más notorios de la corrupción es en el alto Golfo de California, donde meses después de haber “cerrado” la pesca, siguen pasando cosas como lo ocurrido en agosto cuando detuvieron a una persona intentando viajar a China con buches de Totoaba. Cosa que está prohibida.
El chiste es que la corrupción, como en todas las demás áreas donde se mete, corroe la confianza de la sociedad hacia la autoridad y vuelve el manejo pesquero efectivo sumamente difícil. Si no sabemos cuánto producto sale, de dónde sale y quién lo sacó, porque muy pocas de las cifras son confiables, hay poca esperanza en corregir el rumbo.
Por eso es que en Oceana México nos vamos a concentrar mucho en impulsar la transparencia en el sector pesquero. Como decía un jurista americano “la luz del sol es el mejor desinfectante”. Cuando el manejo pesquero se lleve a cabo a la vista de todos, con información pública y confiable, vamos a estar más cerca del camino.
Foto Portada : Carlos Aguilera – Oceana México.