- El vicepresidente del Comité de Gestión de Tambopata lleva meses denunciando la vulnerabilidad de los habitantes que viven en el cinturón de la Reserva Nacional Tambopata. Mongabay Latam lo denunció en marzo de este año y Demetrio Pacheco asegura que el problema continúa.
- Pacheco asegura que, tras la ‘Operación Mercurio’, los mineros ilegales se han movilizado al corredor minero, han invadido concesiones, deforestado, amenazan con sus grupos de seguridad a los concesionarios y ofrecen ahora los terrenos a quienes quieran trabajar en la zona.
- La buena noticia, sin embargo, es el lanzamiento de la campaña ‘Los Tambopatas’, la que les permitirá recaudar fondos para seguir librando la batalla contra la minería y tala ilegales.
En 1984, Demetrio Pacheco abandonó su tierra natal, Moquegua, para mudarse a Madre de Dios. Al comienzo pensó en convertirse en un minero artesanal y vivir de la extracción de oro, pero no tardó en darse cuenta que su camino era la conservación.
Hoy administra una concesión forestal de reforestación y libra una batalla diaria contra los taladores y mineros ilegales. La conservación de las 842 hectáreas de bosque que posee en el sector de San Juan, en la margen derecha de la carretera Interocéanica, provincia de Tambopata, ha puesto en peligro su vida y la de su familia.
Sin ir muy lejos cuenta que, hace menos de dos años, a su hijo lo amenazaron de muerte colocándole el cañón de una escopeta en la boca y que alguien dejó una bala sobre la mesa que usa como comedor en el campamento que tiene dentro de su concesión.
Pero increíblemente nada parece detener a Demetrio Pacheco, pues a pesar de todo lo vivido, aún confía en que la situación podrá revertirse. Hoy reparte su tiempo entre la conservación de los bosques y las responsabilidades que ha asumido como vicepresidente del Comité de Gestión de Tambopata y la presidencia de la Asociación de Concesiones Forestales de Reforestación de Madre de Dios. Lo encontramos precisamente en el lanzamiento de “Tambopata Libre”, una campaña impulsada por las habitantes que viven alrededor de la Reserva Nacional Tambopata y que busca recaudar fondos para continuar su lucha contra la minería ilegal y la deforestación.
En esta entrevista, Demetrio Pacheco habla de los peligros que enfrentan; de la ‘Operación Mercurio’, una intervención multisectorial del Gobierno para recuperar el control de La Pampa (zona de amortiguamiento de la reserva) ejecutada hace más de tres meses; de la reciente movilización de los mineros ilegales a otros sectores de Madre de Dios y del lanzamiento de una campaña que les permitirá continuar monitoreando y denunciando las actividades ilícitas alrededor del área protegida.
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Vivir del bosque
¿Usted se siente un Tambopata?
Por supuesto.
¿Qué es ser un Tambopata?
Es ser parte de la zona de amortiguamiento, porque en primer lugar vivo allí, dependo de la actividad de ese sector, a parte de eso tengo una concesión de reforestación. Muchos piensan que la actividad de reforestación es bajarse el bosque y luego plantar, para nosotros si yo talo uno, dos o tres, igual tengo que reponer en cada espacio que yo talo un árbol.
¿Cómo maneja su concesión forestal? ¿Qué especies tiene?
Después de un muestreo de una parcela en 25 hectáreas se ha determinado que hay especies como el tornillo —que es la más comercial, la de mayor costo—, pero es mínima la cantidad en la zona. Después hay pashaco, moena, shihuahuaco, shiringa, pero la débil, no de la que extraen el látex.
Entonces, usted vive en medio de un bosque, ¿qué se siente vivir en un espacio así?
Mire, sinceramente, la persistencia y la permanencia a través del tiempo lo va haciendo a uno encariñarse con las plantas. Ves germinar las plantas, una cosa es que yo conozca al árbol ya grueso, ya en estado de aprovechamiento, y la otra es cuando es una plantita, pequeña. En segundo lugar, la fauna existente en el área, comenzando por las aves: pavas, guacamayos, el paujil, trompeteros, perdiz y palomas. De los otros tenemos el picuro; la huangana, que vive en manadas; la misma sachavaca o tapir; los puercoespines; la chozna. Mire, yo no los conocía, hay fauna nocturna y fauna diurna, a veces yo solo conocía los diurnos y en las noches, a veces por diferentes motivo te quedas hasta muy tarde en el bosque, al retornar al campamento sientes que arriba hay movimiento, hasta monos nocturnos hay.
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Invasiones y amenazas
¿Cuándo fue la última vez que invadieron su territorio?
La segunda vez ha sido en agosto de 2012.
¿Cuántas personas han invadido su concesión?
Son treinta y tantas personas, recién el año pasado se han retirado. Al año y meses llega la fiscalía a constatar los daños, haber transcurrido todo un año para recién ir a constatar los daños.
¿Qué destruyeron?
Ya se habían bajado alrededor de 10 hectáreas de bosque primario. Las denuncias van y vienen, y luego se constituye otra organización (agraria) que se ubica en la zona oeste, que colinda con otro concesionario, aprovecharon el lindero y empezaron 300 metros, 300 por 1000 y ya lo parcelaron. Estos invasores a mí me denuncian porque dicen que estoy cometiendo un crimen. Me denuncian el último día de julio de 2015 por tala ilegal.
¿Cuántas veces lo han amenazado?
Un día mi hijo me dice: “Papá, hay que conversar con ellos, seguro quieren arreglar contigo. Dicen que van a tener el domingo una reunión en su local comunal”. Entonces yo le digo: “Hijo, yo no tengo nada que hablar con ellos”. Él me responde: “Por aquí transitan, siempre me los encuentro, me andan tratando mal”. Yo le digo a mi hijo que, por mi seguridad, yo no me voy a enfrentar boca a boca con ellos, yo también puedo perder el control y puede hacer cualquier cosa. Y no fui pues, me salí a la carretera, el día lunes yo viajé a la ciudad, porque naturalmente los seguimientos a cualquier gestión pública son de lunes a viernes, entonces yo bajé y me llama como a eso de las 9 y 30 de la mañana mi hijo: “¡No ves!…Como no has ido, mira lo que han dejado acá”. Teníamos una mesa en el campamento y encontró una bala. Le digo no la toques, agárrala con un papel, ahí deben haber quedado las huellas. Tómale fotos y la levantas. Con eso pensé me están anunciando algo. Me dice entonces mi hijo: “Yo les dije que ibas a ir y esto es una amenaza”.
¿En qué año ocurrió?
2017.
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‘Operación Mercurio’: tres meses después
Y ahora con la ‘Operación Mercurio’, ¿la situación ha mejorado?
La ‘Operación Mercurio’ solo se ha centrado en la zona de amortiguamiento, pero la resolución dice que se dan esas medidas con el fin de reprimir ilícitos penales y han determinado los distritos de Inambari, Laberinto y Tambopata. Yo estoy entre Laberinto e Inambari, que está dentro del alcance de esa declaratoria de emergencia dice que para [controlar] ilícitos penales: la deforestación, la contaminación de las aguas, la erosión de los suelos por los efectos de la minería… Entonces por qué hay que hacer una diferencia de solo hay que erradicar esto y los de este lado, que dicen que [por ser] el corredor minero, no hacen interdicción.
¿Qué ha pasado entonces?
Hay gente que son del lugar que se han metido a la actividad ilegal y algunos que [vienen de] lejos, se han replegado al bosque y los policías que no conocen, no quieren ingresar al bosque, pero se han ido [ahí] donde hay derechos otorgados que son las concesiones forestales.
Desde la ‘Operación Mercurio’, ¿qué cambios ha visto?
Lo primero que han hecho, como acá se ha instalado en un inicio la policía y después se ha instalado el ejército, la mayor parte de la minería se ha asentado en esas partes de Primavera Baja, Nueva Arequipa y Alto Libertad, tan es así que por donde está el río Malinowski, por donde está la reserva, hasta ahí han llegado. Y hacia la margen derecha de Puerto Maldonado, hacia Mazuco, la zona de influencia de la zona de amortiguamiento, entonces qué han hecho estos, como acá hay presencia militar, se han pasado a las concesiones en el corredor minero, ahorita hay deforestación. ¿Cuál es la habilidad de esta gente? Posesionarse de un espacio, deforestar, plantar plátano, cualquier cosa, y luego ellos dicen yo estoy posesionado y si tú quieres entrar a trabajar, hagamos un arreglo. De una manera totalmente ilegal.
Están principalmente en Nueva Arequipa, hay una concesión que casi la han desaparecido, es la cuenca del río Guacamayo, todo lo que es Sarayaku y el resto se ha replegado a Primavera Alta… Con el servicio de seguridad que tienen, los amenazan a los concesionarios, por eso se va a realizar una reunión con estos grandes jefes de la ‘Operación Mercurio’ para ver cómo se va a armar un operativo para sacar de ese lugar a esta gente.
¿Cree que la vida de las personas que viven en Tambopata está en peligro ahora?
Por supuesto, si acá tenemos uno que es coordinador del comité de gestión que es Jorge Minga, [está] entre Primavera Baja y Primavera Alta, lo tienen seriamente amenazado.
¿Por qué lo amenazan?
Porque está haciendo prevalecer el derecho que le han otorgado.
No quiere que entre la minería a su concesión.
Por supuesto que no. Y ya habían entrado y habían afectado, él ha puesto la denuncia, ha entrado Osinfor (Organización de Supervisión de los Recursos Naturales) a supervisar la concesión y han encontrado trabajo de minería y ¿qué han hecho? Lo han sancionado con 30 mil soles por haber permitido el cambio de uso.
¿Ha sido una invasión?
Ha sido invasión pues. Y ese es un lunar de tantos, se ha expuesto tanto que finalmente lo han terminado matando a su sobrino.
¿La gente tiene temor?
Claro. Eso es a grandes rasgos lo que está aconteciendo, por eso yo culpo mucho al Gobierno de haber permitido el avance de la minería cuando se había denunciado. Han dejado que avance, que cruce la vía Interoceánica, llegue a esta zona de amortiguamiento, que hay derechos otorgados, y luego pasen a la zona de reserva, que es una zona intangible.
Y para el tema de seguridad, ¿a qué institución ha acudido?
Yo en mi caso personal he acudido a la Prefectura.
¿Y ha recibido una respuesta?
Cuando ocurrió lo de la bala (2017), en la entradita de la mesa de partes, el que me recibe me dice: “Acá dice que has presentado en diferentes instancias tú denuncia sobre esto”. Le respondo que sí y me contesta: “Ah, no, si ya hay una denuncia de por medio, yo ya no te puedo atender”. Yo le digo…“¿Usted mismo me lo va a resolver?” y me dice “el Prefecto no te va a atender esto”.
¿Usted quería denunciar que su vida estaba en peligro?
Para que me den garantías personales.
¿Se las dieron?
No me las dieron.
¿Algunas de las personas que viven en las concesiones que menciona tienen garantías?
Ninguno, ninguno, ninguno.
¿Tras la ‘Operación Mercurio’ se implementó algún mecanismo concreto para proteger a los defensores ambientales o concesiones?
No, no, no. Nada, absolutamente nada… ahora somos más visibles por esto que estamos exponiendo.
La campaña ‘Los Tambopata’, ¿en qué los va a ayudar?
Nos va a ayudar con los fondos que son tan indispensables y sabe por qué le digo indispensables, porque cuando uno de los afectados hace una denuncia, ¿qué dice la Policía? “Si pones movilidad, en el acto nos movemos”… Yo a veces me pongo a pensar en qué terminará esto. Estamos expuestos sin ningún tipo de protección, en abril ha salido una disposición legal, el protocolo por la defensa, está en el papel, pero ¿en la práctica?
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