- Investigadores que examinaron el contenido del estómago de tiburones tigre en el Golfo de México descubrieron que los escualos habían estado comiendo pájaros cantores terrestres. Especialmente los tiburones tigre bebé, que aún no han aprendido a alimentarse.
- Los científicos lograron rastrear restos encontrados en 13 tiburones, los cuales pertenecen a 11 especies de aves, la mayoría de ellas cantoras terrestres.
Durante un monitoreo rutinario de tiburones en el norte del Golfo de México en el 2010, el ecólogo Marcus Drymon atrapó un pequeño tiburón tigre. A primera vista, no había nada inusual al respecto, pero cuando su equipo llevó el pez a su bote para medirlo, pesarlo y etiquetarlo, antes de liberarlo, el tiburón regurgitó un bolo de plumas.
“Intrigado, lo recogí y lo llevé de vuelta al laboratorio”, dijo a Mongabay Marcus Drymon, profesor asistente de extensión en la Universidad Estatal de Mississippi y especialista en pesca marina en el Mississippi-Alabama Sea Grant.
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Drymon entregó las plumas a Kevin Feldheim, biólogo molecular del Field Museum de Chicago, quien analizó el ADN de las plumas para rastrear a qué pájaro pertenecían. Resultó que las plumas no eran de un ave marina, sino de un cuitlacoche rojizo (Toxostoma rufum), un pequeño pájaro cantor rojizo que se encuentra en el este y centro de los Estados Unidos. Esto fue inesperado.
Durante los siguientes ocho años, Drymon y sus colegas comenzaron a revisar, cuando tenían la oportunidad, el contenido estomacal de los tiburones tigre (Galeocerdo cuvier) que capturaban durante sus inspecciones para buscar plumas de aves, picos y patas. Y casi todos los años, el equipo se encontró con tiburones tigre que tenían restos de aves dentro de ellos, según informan los investigadores en un nuevo estudio publicado en la revista Ecology.
De los 105 tiburones que examinaron, 41 (o 39 %) habían ingerido picos, patas o plumas. No todos los restos pudieron analizarse más a fondo, pero los investigadores lograron rastrear restos encontrados en 13 tiburones, los cuales pertenecen a 11 especies de aves, la mayoría de ellas cantoras terrestres como la golondrina (Hirundo rustica), el cochín criollo (Troglodytes aedon), la mascarita común (Geothlypis trichas) y el cucarachero pantanero (Cistothorus palustris). No había restos de aves marinas en estos tiburones.
“¡Sin duda fue sorprendente para mí!”, dijo Drymon en un correo electrónico. “Si un tiburón tigre va a tener acceso a un pájaro (ya sea vivo o un cadáver de pájaro), habría supuesto que sería de un pájaro marino como un pelícano, una gaviota o un cormorán”.
No es que los tiburones tigre no coman aves marinas; lo hacen. Por ejemplo, se sabe que los tiburones tigre viajan a islas remotas de Hawái específicamente para alimentarse de polluelos de albatros. También se sabe que comen una variedad de aves marinas en Sudáfrica, dijo Drymon. Entonces, ¿por qué los tiburones tigre comen pájaros cantores terrestres?
Para averiguarlo, Drymon y sus colegas recurrieron a eBird, un proyecto masivo de ciencia ciudadana en el que los observadores de aves agregan sus avistamientos de aves de todo el mundo. Descubrieron que los meses durante los cuales se encontraron tiburones tigre con aves en sus estómagos coincidieron con los tiempos pico para avistamientos de aves en la costa de 11 especies, lo que sugiere que las interacciones entre tiburones y aves podrían estar relacionadas con la migración anual de esas aves terrestres.
En la primavera, muchos pájaros cantores migratorios salen de sus áreas de invernación en América Central y del Sur para volar hacia el norte, cruzando el Golfo de México y llegar a su primera escala: las costas de Mississippi y Alabama. En el otoño, esas áreas se convierten en su escala final antes de comenzar a cruzar nuevamente el Golfo de México. Los investigadores dicen que inicialmente pensaron que habría más tiburones tigre que comen aves migratorias durante la primavera, cuando las aves presumiblemente se encuentran fatigadas por su largo viaje a través del Golfo de México y caen al agua. Para su sorpresa, la mayoría de las interacciones que documentaron ocurrieron en los meses de otoño.
“Mi lógica original era la siguiente: si los tiburones tigre comen aves migratorias, tal vez sea porque estas aves no tienen la energía para cruzar el Golfo de México”, dijo Drymon. “Pero este no fue el caso: la mayoría de las interacciones ocurrieron en el otoño, que es cuando estas aves apenas comenzaban su largo viaje a través del Golfo de México, y seguramente estaban bien descansadas y alimentadas”.
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Drymon y sus colegas especulan que las tormentas impredecibles y los sucesos climáticos podrían estar obligando a las aves migratorias a entrar al agua a medida que comienzan a emprender su viaje maratónico hacia el sur. A diferencia de las aves marinas que se manejan mejor en el agua, las aves terrestres se convierten en presas fáciles. Sin embargo, confirmar si el clima es realmente responsable requeriría más datos. “Sé que es una respuesta típica de un científico, pero es verdad”, señaló Drymon. “Relacionar el momento de las tormentas con el acontecimiento de alimentación requerirá datos a fina escala que solo se pueden recopilar con equipos de alta tecnología como etiquetas satelitales”.
Sorprendentemente, la mitad de los tiburones tigre que tenían pájaros cantores en sus estómagos eran bebés. Drymon dijo que sospecha que para estos tiburones bebés, que aún no han aprendido a alimentarse, las aves caídas podría ser una fuente de alimento atractiva. Además, los tiburones madre podrían estar seleccionando activamente esas áreas para dar a luz.
“Si las hembras adultas de tiburones tigre están ‘eligiendo’ áreas en el norte del Golfo de México para dar a luz a sus crías, entonces estas áreas merecerían una consideración especial, tanto para las hembras adultas como para los tiburones recién nacidos”, dijo Drymon.
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Referencia:
Drymon, J. M., Feldheim, K., Fournier, A. M., Seubert, E. A., Jefferson, A. E., Kroetz, A. M., & Powers, S. P. (2019). Tiger sharks eat songbirds: Scavenging a windfall of nutrients from the sky. Ecology. doi:10.1002/ecy.2728
Esta historia fue publicada por primera vez en la web en inglés el 22 de mayo de 2019.
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