Todos estos hechos describen lo que significa ser un guardaparques del PNN Sierra de la Macarena y las razones por las que este grupo de funcionarios no puede poner un solo pie en ciertas zonas del área protegida. Lo trágico es que algunos de estos casos no sorprendieron a quienes los conocían. “El asesinato de ‘Pacho’ fue una tragedia anunciada. Todos en el municipio de La Macarena sabíamos que le iba a pasar algo porque se estaba oponiendo fuertemente a las disidencias (de las FARC) y aun así (el Estado) no lo protegió. Se opuso con vehemencia a lo que estaba ocurriendo en la zona desde su rol como autoridad ambiental”, comenta Fernando Sacristán, exfuncionario de Cormacarena. Sacristán cuenta que en el momento en que asesinaron a Francisco Parra las dinámicas deforestadoras en la zona estaban aumentando considerablemente y que el coordinador de Cormacarena era consciente del riesgo que corría, pero aun así decidió quedarse en la región.

La principal causa de deforestación dentro del PNN Sierra de La Macarena, según el IDEAM, es la ganadería extensiva. Y de acuerdo con los datos del Instituto Agrícola Colombiano (ICA), el aumento progresivo de la ganadería en la zona se ha dado desde el 2016. En 2016, los municipios que comprenden al PNN Sierra de La Macarena (La Macarena, Mesetas, Puerto Rico, Puerto Concordia, San Juan de Arama y Vistahermosa) reportaron, en conjunto, 407 293 bovinos y en 2022 un total de 736 653, lo que significa un aumento del 80,87 % en este periodo de tiempo. Cabe precisar que no todas las reses están al interior del área protegida.

La ganadería, además, viene acompañada de un segundo problema: el acaparamiento de tierras. Carlos Rodríguez, un líder campesino y ambiental de La Macarena, cuenta que la ganadería a gran escala no es posible para los campesinos del común y que hay intereses de grandes deforestadores. “A la gente que vive dentro del parque les pagan por tumbar árboles. No sabemos quién, pero no son personas de la región. Además, al ser una zona de parque le compran el pedazo de tierra al campesino a precios bajísimos y así van acumulando el terreno sin que nadie se entere”, relata el líder social. Según la respuesta de Parques Nacionales a una solicitud de información de esta alianza, hasta el 2019 la entidad había registrado que dentro del PNN Sierra de La Macarena vivían 664 familias.

Además, de acuerdo con el IDEAM, “el acaparamiento de tierras que se realiza a través de la praderización, incluso al interior de las áreas protegidas, se encuentra dinamizado por la expansión de la infraestructura de transporte no planificada y la tala ilegal”. Parques Nacionales le dijo a esta alianza que según las bases de datos que el ICA les ha aportado, durante el segundo ciclo de la vacunación contra la Fiebre Aftosa que se realizó entre noviembre y diciembre de 2021 se registraron 88 predios pecuarios con 5506 animales inoculados dentro del PNN Sierra de La Macarena. En la resolución 3379 del presente año, el ICA estableció que los titulares de los predios que desarrollan la actividad bovina dentro de las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales tienen hasta el 31 de marzo del 2024 para retirar a los animales de las zonas protegidas.

Una persona que ha trabajado en el área del parque nacional que prefirió no ser citada por razones de seguridad, asegura que las zonas más afectadas por la deforestación en este parque se encuentran a las orillas de los ríos, quebradas, caños y en las partes donde se han trazado carreteras. “Las vías surgen de las trochas que comunican puntos poblados, escuelas, puertos sobre los ríos”, dice y explica que “la tala ocurre en estas partes porque al margen de los afluentes se establecieron los sistemas de transporte y las fincas dentro del PNN”.

En la carretera que conecta a La Macarena con Vistahermosa las personas conducen de memoria. Todos sortean sin dificultades las complicaciones de la trocha, como por ejemplo los charcos que se generan cuando llueve. Es tanto el abandono estatal que durante el trayecto hay peajes comunitarios en el que cada motociclista paga dos mil pesos para el mejoramiento del sendero. En esta vía no hay presencia de miembros de la fuerza pública. Al preguntarle a un habitante de La Macarena quién custodia el camino respondió que “en algunas ocasiones aparecen miembros de las disidencias de las FARC. La mayoría son jóvenes, tienen menos de 30 años”.

De hecho, según Parques Nacionales hay “una dinámica de ocupación desde el municipio de Vistahermosa, por la ruta denominada Trocha ganadera (actualmente sendero por la Paz), hacia el municipio de La Macarena, llegando al río Guayabero aguas abajo margen izquierdo, hasta la confluencia con el río Cafre, aguas arriba margen izquierdo”. Además, la entidad manifestó que otro sector con apertura de frontera agrícola es la parte norte de la Sierra de la Macarena entre los municipios de San Juan de Arama y Mesetas.

Aviso a la entrada de la vereda La Florida, cerca del Parque Nacional Sierra de la Macarena donde se advierte de no cazar con perros, no movilizar ganado entre las 6 p.m. y 6 a.m. Crédito: Ana Rodríguez Ortiz.
Aviso a la entrada de la vereda La Florida, cerca del Parque Nacional Sierra de la Macarena donde se advierte de no cazar con perros, no movilizar ganado entre las 6 p.m. y 6 a.m. Crédito: Ana Rodríguez Ortiz.

“En este parque hay mercados de tierras, ganadería, fincas, centros poblados, tumba de selva, cultivos de coca. Esto ha sido incentivado por la colonización promovida por el Estado, la guerrilla y de manera espontánea por las bonanzas de la región”, afirma la persona que trabajó en la zona del PNN Sierra de La Macarena.

Pero la ganadería extensiva no es el único problema que enfrenta el parque. En 2017 y 2018, fue el área protegida con mayor cantidad de cultivos de uso ilícito con 2832 y 1840 hectáreas de coca respectivamente y en 2019 fue la segunda con 1104. En 2021, fue el cuarto parque con más cultivos de coca con 1248 hectáreas y en 2022 fue el quinto con 1284, detrás de los parques Paramillo, La Paya, Nukak y Catatumbo, representando el 12,08 % de la totalidad de los cultivos de coca en los parques nacionales.

Todos estos problemas ponen en riesgo al parque nacional. Sin embargo, no pueden ser examinados por la entidad porque “los trabajadores de Parques no pueden ir a las zonas en donde se supone que suceden las dinámicas de praderización dentro del PNN”, explica una fuente entrevistada en terreno a la que protegemos por seguridad.

Disidencias prohíben la entrada de guardaparques al área protegida

Uno de los hechos que agudizó la situación de seguridad de los guardaparques y funcionarios del PNN Sierra de la Macarena fue la Operación Artemisa, la campaña militar del presidente Iván Duque contra la deforestación que aumentó la tensión social y el rechazo a los funcionarios de Parques Nacionales. “Durante las acciones militares de Artemisa en 2021, desde el Gobierno se dijo que Parques Nacionales respaldó estos operativos, entonces después de las capturas de campesinos y la destrucción de viviendas en el PNN Sierra de La Macarena, la gente no quiso volver a saber de la entidad y las disidencias declaró a Parques su enemigo permanente por supuestamente avalar los operativos del Ejército”, relata la persona en terreno.

Las acciones de la Operación Artemisa, en las que se capturaron a 13 personas presuntamente responsables de deforestar al interior del parque, llevaron a que las disidencias de las FARC declararan objetivo militar a los funcionarios de Parques Nacionales. “Está prohibido tener relación con los guardabosques, estos temen por su vida y ya no pueden ingresar a la Sierra de La Macarena. También se comentó que las disidencias planeaban colocar una bomba al lado de la sede de Parques, pero que al estar al lado de la escuela prefirieron no hacerlo”, dice la fuente del territorio a la que protegemos por su seguridad.

Parques Nacionales le especificó a esta alianza periodística que los guardaparques no tienen acceso al “sector Cabra Yarumales, sector Cafre, y sector Guayabero por amenazas por el ejercicio de la autoridad ambiental, cultivos ilícitos, presencia y accionar de grupos armados ilegales”.

Los municipios que comprenden al PNN Sierra de La Macarena reportaron, en conjunto en 2022, un total de 736 653 reses. No todas están al interior del área protegida. Créditos: Ana Rodríguez Ortiz.
Los municipios que comprenden al PNN Sierra de La Macarena reportaron, en conjunto en 2022, un total de 736 653 reses. No todas están al interior del área protegida. Créditos: Ana Rodríguez Ortiz.

De acuerdo con los datos de la Unidad de Víctimas referidos por la ONG Parques Cómo Vamos, organismo que se creó en 2011 para atender y reparar a las víctimas del conflicto armado en Colombia, en los municipios que comprenden el PNN Sierra de La Macarena fueron desplazadas 122 201 personas, se realizaron 1370 actos terroristas y hubo 755 víctimas de minas antipersonas. Pero a pesar del Acuerdo de Paz en 2016 con las FARC, la presencia de grupos armados no ha cesado en el área protegida.

Según Parques Nacionales, el Bloque Suroriental de las disidencias de las FARC es uno de los grupos armados que más presencia tiene en el PNN Sierra de La Macarena. Además, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) o Clan del Golfo también hacen presencia en la zona junto a la estructura narcoparamilitar Bloque Meta. Parques Nacionales mencionó que estos grupos sucesores del paramilitarismo han hecho recorridos esporádicos por San Juan de Arama, Vistahermosa y cabeceras municipales.

Ante este panorama, en 2023 la Defensoría del Pueblo, que evalúa el nivel de riesgo sobre las labores de los defensores de derechos humanos, alertó que los seis municipios en los que el PNN Sierra de La Macarena tiene jurisdicción se encuentran en un nivel de riesgo alto.

La fuente local a la que protegemos su idntidad explica que los encargados de cuidar el PNN Sierra de La Macarena solo pueden entrar a ciertas partes del área protegida, por ejemplo, El Raudal. Justamente esta es una de las principales zonas donde actualmente Parques Nacionales realiza trabajos de ecoturismo.

Hoy Parques también puede realizar monitoreo satelital de focos de calor —que podrían sugerir eventos de incendios forestales con fines de deforestación— para determinar cuántas hectáreas se están perdiendo. La fuente señala que los casos de deforestación o quemas son informados a las alcaldías, debido a que estas sí pueden ingresar a las zonas afectadas.

Trabajar en la zona, sin embargo, es extremadamente difícil debido a las condiciones de inseguridad. “En este parque hay muchas complicaciones porque si un funcionario inicia trabajos ambientales con un líder comunitario durante un tiempo no se sabe si se va a poder continuar porque pueden que lo asesinen o le toque irse de la zona”, afirma la fuente en terreno. Pese a esto, los guardaparques de esta área han logrado realizar 738 recorridos de vigilancia y prevención desde 2016 a 2023.

La persona en el territorio explica que ha habido acercamientos entre las comunidades y los guardaparques tras la llegada del gobierno de Gustavo Petro, pero dice que no ha sido posible restaurar la confianza entre los campesinos que viven dentro del PNN y la entidad debido a la situación de seguridad. “A algunas comunidades les gustaría dialogar con Parques, pero ellos no les pueden garantizar protección a los guardabosques porque las disidencias son las que controlan el territorio y para ellos la entidad es un enemigo”, asevera la fuente.

Parques Nacionales le dijo a Rutas del Conflicto y Mongabay Latam que la situación de deforestación en el PNN Sierra de La Macarena ha disminuido considerablemente en 2023. Según un líder social de La Macarena que no es citado para preservar su seguridad, desde finales del año pasado las disidencias de las FARC ordenaron detener el ritmo de la tala de bosque que se venía presentando. “La guerrilla estableció ese mandato y la deforestación se redujo considerablemente gracias a diálogos de las comunidades que han intercedido en este proceso”, cuenta. Además, como “las disidencias son la autoridad en la región ante la ausencia estatal, nadie se atreve a llevarles la contraria”, agrega.

Vista del Parque Sierra de la Macarena desde el sector El Mirador, como lo llaman los guías turísticos. Créditos: Ana Rodríguez Ortiz.
Vista del Parque Sierra de la Macarena desde el sector El Mirador, como lo llaman los guías turísticos. Créditos: Ana Rodríguez Ortiz.

El líder comenta que tras la orden de las disidencias de no deforestar nadie tumba más bosque de lo permitido. “No ha habido anuncios de la guerrilla sobre las consecuencias de talar más de lo establecido, pero en la región sabemos que si no se acata la orden puede pasar algo grave, entonces nadie se arriesga a tumbar más de la cuenta”, relata el líder.

Para la fuente local consultada, la orden de las disidencias de disminuir la deforestación le permite al respirar un poco al medio ambiente. No obstante, comenta que esto es una muestra de las dificultades y barreras del estado y Parques Nacionales para ejercer su autoridad. “Ahora la situación está mucho más tranquila en términos de deforestación, pero la guerrilla puede decir que se reanuda el derribamiento de bosque en algún momento y no hay forma de controlarlo”, afirma.

Imagen principal:Cascada El Mirador en el Parque Sierra de La Macarena. Crédito: Ana Rodríguez Ortiz

Este reportaje es parte de una alianza periodística entre Mongabay Latam y Rutas del Conflicto de Colombia

*Nota del editor: Esta cobertura periodística forma parte del proyecto «Derechos de la Amazonía en la mira: protección de los pueblos y los bosques», una serie de artículos de investigación sobre la situación de la deforestación y de los delitos ambientales en Colombia financiada por la Iniciativa Internacional de Clima y Bosque de Noruega. Las decisiones editoriales se toman de manera independiente y no sobre la base del apoyo de los donantes.

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