Aunque la deforestación suele ser uno de los principales problemas ligados a la palma aceitera, no es el único. La contaminación del agua y el acaparamiento de este recurso por grandes empresas son preocupantes.
Investigamos esta situación y encontramos serias irregularidades en comunidades de Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras y Panamá.
Compartimos cinco lecturas para entender la magnitud del problema:
Ecuador: Barranquilla de San Javier sigue denunciando la contaminación que la palma deja en sus ríos

Los estragos que está causando la palma aceitera de la empresa Energy & Palma en los ríos de Barranquilla, en la provincia ecuatoriana de Esmeraldas, son alarmantes. Las comunidades denuncian que los afluentes que eran su sustento de vida están prácticamente muertos por la contaminación de los monocultivos. Lee más aquí
Contaminación y acaparamiento de agua: consecuencias de la expansión de la palma de aceite en el norte de Guatemala

En Fray Bartolomé de las Casas, en Guatemala, lo que solían ser bosques ahora son plantaciones de palma aceitera de la empresa Naturaceites. Desde que estas plantaciones se extendieron por la zona, las comunidades aseguran que padecen la contaminación y sequía de los ríos. Lee más aquí
Colombia: la palma de aceite tiene el monopolio del agua en María la Baja

En Colombia, la palma es señalada como la principal acaparadora del agua en el municipio de María la Baja. Expertos señalan que el poco recurso hídrico al que tienen acceso los habitantes, está contaminado. Lee más aquí
El otro rostro de la palma de aceite en Honduras: comunidades con tierras inundadas y agua “aceitosa”

En Honduras, hay 200 mil hectáreas sembradas con palma aceitera. En el Valle del Aguán, la Cooperativa Agropecuaria El Tranvío denuncia que la palmicultora Corporación Dinant mantiene inundadas y contaminadas sus tierras. Lee más aquí
Contaminación y mal olor: así es como las comunidades describen la expansión de la palma en Panamá

En la última década, el cultivo de palma aceitera se ha expandido en Panamá, en especial en el distrito de Barú. Ahí, los pobladores han sido testigos de un olor desagradable y de la contaminación de los ríos donde antes pescaban o nadaban. Lee más aquí
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Imagen principal: Sobre los bordes de Arroyo Grande, en el municipio de María la Baja, se evidencian cultivos de palma. Foto: Cortesía de la Corporación Desarrollo Solidario.