Investigadores descubren que un pez sobre explotado es una especie que dispersa semillas a gran distancia
El gigante tambaqui (Colossoma macropomum) en el Mercado de Pescados de Manaos, Brasil. Foto Thorke Østergaard.
Un fruto en el Amazonas inundado deja caer de un árbol al agua. Antes de que pueda siquiera llegar al fondo, un pez monstruoso de 60 libras con un apetito voraz lo engulle. Cerca de una semana más tarde –y a varias millas de distancia – el pez expele sus desechos que incluye la semilla de la fruta que comió tanto tiempo atrás y tan lejos. Una semilla afortunada flota hacia un lugar particularmente propicio y germina. Muchos años más tarde el nuevo árbol de frutas está prosperando, mientras que el mismo pez monstruoso retorna de vez en cuando, a la espera de que otra comida caiga del cielo. Este proceso se conoce como dispersión de semillas, y mientras que los investigadores han estudiado la capacidad de dispersión de semillas de muchas especies como aves, murciélagos, monos y roedores, un tipo de animal pasa desapercibido: el pez. Sin embrago, Jill T. Anderson, un estudiante de pos doctorado en la Universidad de Duke, es uno de los pocos investigadores que han comenzado a conectar los puntos entre el pez amazónico que come cantidades asombrosas de fruta, como el pesado tambaqui (Colossoma macropomum), y la diversidad y bienestar de la selva lluviosa amazónica. Desafortunadamente, justo cuando los investigadores están descubriendo la importancia de estos peces, éstos están desapareciendo en muchas partes del Amazonas dada la poca regulación y la sobrepesca.
Las actividades de dispersión de semillas de muchos animales es esencial para el Amazonas y otros bosques, porque, como explica Anderson: “las plantas dependen de las actividades de dispersión de semillas de estos animales (por ejemplo aves, murciélagos, monos, tapires, roedores y peces) para que muevan las semillas lejos del árbol madre hacia un lugar bueno para la germinación […] Para las especies pioneras como la Cecropia (un género de árbol que nosotros estudiamos) las semillas necesitan ambientes únicos para germinar- esto es, las semillas pueden tener requerimientos muy específicos para germinar.”
Un tambaqui con un aparato de radiotelemetría, Foto cortesía de: Jill Anderson. |
En un estudio en el 2009 Anderson y sus colegas estudiaron dos especies de peces frugívoros –el tambaqui y el pirapitinga (ambos conocidos como pacúes)- en Perú. Revolviendo entre más de un millón de semillas, ellos documentaron 44 especies de semillas, incluyendo 36 de árboles y lianas, de entre las entrañas de 195 peces.
“Pero,” dice ella, “es muy probable que [tambaqui] disperse semillas de muchas más especies en otras localidades. Por ejemplo, Michael Goulding [de] la Wildlife Conservation Society ha realizado un hermoso trabajo, documentando en arreglo muy variado de especies en la dieta de Colossoma macropomum (y otros peces que comen frutas) en Brasil.”
Un artículo científico publicado por Anderson y otros investigadores este año esboza que el tambaqui es realmente una especie que dispersa semillas a gran distancia.
“En nuestro estudio, los peces pueden cargar con semillas hasta 5.5 kilómetros, aunque es muy probable que peces más grandes (y más viejos) dispersen semillas mucho más lejos que eso,” dice Anderson. Cuanto más viejo un pez, según los estudios, más efectivo es en dispersar semillas.
“Estudios previos, de nosotros, y nuestros colegas, han demostrado que peces más jóvenes consumen menos frutas y dispersan menos semillas viables,” explica Anderson, y agrega que “en este estudio, nuestro modelo indica que peces más pequeños (más jóvenes) no dispersan semillas a grandes distancias como lo hacen peces más grandes (más viejos).”
Por supuesto, estos hallazgos tienen implicancias para la conservación, ya que los peces más viejos están desapareciendo de los ecosistemas dado la sobre explotación por la gente local.
El grupo con radiotelematría persigue un pez. Foto cortesía de: Jill Anderson. |
“[Tambaqui] es muy importante comercialmente. El tamaño de la población de esta especie ha decrecido hasta en un 90% en algunas partes de su área de distribución durante las pasadas décadas a causa de la sobre pesca. Los peces son la principal fuente de proteínas para las poblaciones humanas en el Amazonas, entonces no es de sorprender que las personas sobre exploten a un pez tan grande,” dice Anderson.
Mientras que los humanos han pescado al tambaqui y otros pacúes por milenios, el aumento de la población en el Amazonas y el creciente fácil acceso a lugares antes impenetrables han empujado a los peces grandes que comen frutas a territorios traicioneros. Inclusive si estas especies no desaparecen todas juntas, una caída significativa de la población o la pérdida de individuos viejos tiene el potencial de impactar la diversidad y la abundancia de la selva tropical amazónica.
Ni el tambaqui, ni la pirapitinga, ni ninguna otra especie relacionada con los pacú han sido evaluadas por la Lista Roja de la UICN, la máxima autoridad detrás de las amenazas de extinción.
Anderson dice que hay muchas cosas que los investigadores aún no saben, como por ejemplo ¿cómo se comparan estos peces con otras especies que dispersan semillas?
“Honestamente, nosotros no tenemos una buena respuesta en este momento. Hubo una publicación en Biotropica (ver abajo: 1) del 2002 que mostraba que los peces en Costa Rica eran los que mejor dispersaban semillas. Pero, ese es el único estudio que intenta comparar peces con otras especies que dispersan semillas.”
Cuando se le preguntó acerca de medidas de conservación, Anderson cita el estudio de 1996 (2) que recomienda atrapar especímenes de gran tamaño para evitar juveniles en los anzuelos, la protección de los sitios de desove y las aéreas de migración, y la expansión de la base de datos estadísticos de pesca. Aunque las recomendaciones fueron publicadas más de una década atrás, Anderson dice que éstas “no han sido implementadas en varias localidades.”
Tambaqui en un acuario. Foto cortesía de: Jill Anderson. |
Anderson agrega que “es muy importante llevar a cabo programas educativos, que respeten la cultura local, a lo largo de toda la cuenca Amazónica y así entonces las personas pueden comprender que la sobre pesca puede eliminar [el tambaqui] del pool de peces a pescar.”
Aunque Anderson ha descubierto como los peces pueden plantar selvas, ella nunca deseó estudiar peces cuando inició a la universidad.
“Me interesé en estos peces fascinantes en 1999 cuando estaba trabajando como un taxónomo de plantas en un proyecto en un sitio remoto en Ecuador. El sitio estaba localizado cerca de un río, y recuerdo el río desbordar. Cuando la inundación llegó a nuestra estación de estudio, puede ver peces nadando en todos lados,” dice Anderson. “Cuando leí sobre los peces que comían frutas, ¡me enganché! (Se intentó sólo “un poco” un juego de palabras!)” Después de eso Anderson dividió su tiempo entre la investigación de peces frugívoros y plantas.
Actualmente los investigadores han identificado 200 especies de peces frugívoros en Sud América. Sin embargo, puede inclusive haber más, dado que se descubren constantemente nuevas especies de peces en la cuenca amazónica. Cuantas más investigaciones sean llevadas a cabo, los científicos pueden encontrar que el rol que juegan los peces en la dispersión de las plantas del Amazonas puede ser efectivamente muy grande.
Notas al pie:
1) Citación: Banack, S. A., M. H. Horn y A. Gawlicka (2002) Especies que dispersan semillas -vs establecimiento de una distribución limitada de un árbol de higos ripario (Ficus insipida) en una selva lluviosa de Costa Rica. Biotropica 34(2): 232-243.]
2) Citación: Isaac y Ruffino ML (1996) Dinámica de poblaciones de tambaqui, Colossoma macropomum Cuvier, en el bajo Amazonas, Brasil. Manejo de especies de pesca y Ecología 3:315-333.
Citación para artículos:
Anderson, J.T., T. Nuttle, J. Saldaña Rojas, T. Pendergast, A. Flecker. 2011. Extremely long-distance seed dispersal by an overfished Amazonian frugivore. Proceedings of the Royal Society of London B. doi:10.1098/rspb.2011.0155.
Anderson, J.T., J. Saldaña Rojas, A.S. Flecker, 2009. High quality seed dispersal by Amazonian fruit-eating fishes. Oecologia. 161: 279-290