En algún lugar de los pinares húmedos de Chile, una rana macho se está tragando unos huevos. No, no los está comiendo, solo está siendo un buen padre. Las ranas de Darwin son conocidas por su estilo singular de crianza: los renacuajos son incubados en el saco vocal del padre. Registrados por primera vez por Charles Darwin durante su famoso viaje a bordo del Beagle, estos anfibios eran especies comunes en los pinares nativos chilenos hasta hace algunas décadas. Ahora, los científicos creen que una de las dos especies, la ranita chilena de Darwin (Rhinoderma rufum), puede haber desaparecido para siempre. Y la otra pende de un hilo.
“Si la Rhinoderma rufum se extinguió, será la primera extinción de una especie vertebrada endémica de Chile”, informó Claudio Soto-Azat a mongabay.com. El autor principal de un artículo nuevo en PLoS ONE sobre las dos especies, Soto-Azat con la Universidad Andres Bello en Santiago, agrega que “se guarda la esperanza de que la especie aún sobreviva en áreas inaccesibles”.
Los científicos recién separaron la ranita chilena de Darwin de su prima del sur en 1975, después de notar varias diferencias entre las especies, entre ellas, el tiempo que empleaban en la incubación de huevos en el saco vocal. A esta altura, la especie del norte ya estaba desapareciendo: se la vio por última vez en 1980.
Para determinar su situación actual, Soto-Azat y su equipo visitaron varios lugares en donde anteriormente se había encontrado la ranita chilena de Darwin, pero no hallaron ningún ejemplar ni oyeron una sola llamada. A partir de un modelo científico, los expertos indicaron que la especie se extinguió en 1982, solo siete años después de haber sido descripta como una especie nueva.
Tanto la especie del norte como la del sur ponen los huevos sobre suelo húmedo, pero una vez que están para nacer, los machos se tragan los huevos y mantienen a los renacuajos a salvo dentro de su saco vocal. Al hacer esto, los padres parecen estar preñados. Luego, la especie del norte (Rhinoderma rufum) lleva a los renacuajos a aguas dulces donde los deposita. Sin embargo, los renacuajos de la ranita de Darwin (Rhinoderma darwinii), pasan mayor tiempo en los sacos vocales, donde los machos los mantienen por alrededor de 50 días, hasta que se convierten en ranas jóvenes.
Ejemplar de la ranita chilena de Darwin (Rhinoderma rufum), una especie que en la actualidad puede estar extinguida. Foto: Claudio Soto Azat.
“Con la extinción de la Rhinoderma rufum, una estrategia reproductiva singular (neomelia) que ha llevado miles de años de evolución, se perderá para siempre —sostiene Soto-Azat—. Esta extinción debería ser un llamado de alerta para la sociedad, como un indicio del alcance de la degradación del hábitat, que ha llevado a la extinción de una especie que abundaba en el pasado”.
Soto-Azat recomienda que la especie permanezca clasificada como en peligro de extinción en la lista roja de la UICN, pero que también se la agregue a la lista de especies posiblemente extinguidas. La especie figura actualmente en el puesto 45 de la lista EDGE de los 100 anfibios distintivamente evolutivos y en mayor peligro de extinción. Si desapareció, probablemente ha sido exterminada por la deforestación de extensas plantaciones de pinos.
“Los bosques templados del centro-sur han desaparecido casi por completo ya que han sido reemplazados por plantaciones comerciales de pinos y eucaliptos —afirma Soto-Azat—. Se calcula que la reducción de zonas forestales naturales en la Cordillera de la Costa, en el centro-sur de Chile, ha sido de 67% durante el periodo 1975-2000 y para 1993, el pino insigne alcanzó las 1,24 millones de hectáreas en el centro-sur de Chile, lo que lo convirtió en la plantación de pinos más grande del mundo”.
Las noticias no son mucho mejores para la ranita de Darwin. Clasificada como vulnerable en la actualidad, Soto-Azat y sus colegas sostienen que debe actualizarse a en peligro de extinción. Ellos registraron 36 poblaciones de la especie, pero “están seriamente fragmentadas y el tamaño de las poblaciones es muy pequeño (menos de 100 ejemplares/población)”.
En algunos lugares, incluso en áreas protegidas y en bosques tranquilos, los investigadores no encontraron ninguna señal de las ranas, a pesar de que una vez fue una población abundante. Al igual que su prima del norte, esta especie ha sido devastada en parte de su cadena por la deforestación. Además, las erupciones volcánicas han exterminado algunas de las poblaciones. Existe también una creciente preocupación de que el cambio climático y una enfermedad anfibia letal, conocida como quitridiomicosis, pueden estar afectando a la especie.
Según Soto-Azat, será vital una mayor educación pública y más investigación a fin de salvar la especie de la extinción. Si su pariente ya desapareció, esta es la última rana que queda en el mundo que se reproduce de esta extraña manera y solo el segundo vertebrado sobre la Tierra cuyo macho lleva a las crías en una bolsa (el otro es el hipocampo).
Además, Soto-Azat afirma que es hora de que “todas las principales partes interesadas (científicos, público general, autoridades gubernamentales, ONG, parques nacionales y privados, etc.) lleguen a un acuerdo sobre un plan de acción para la conservación de la ranita de Darwin”.
Dada la rapidez con la que desapareció la ranita chilena de Darwin, el tiempo no está de nuestro lado.
La ranita de Darwin (Rhinoderma darwinii) está sufriendo una marcada disminución. Foto: Claudio Soto Azat.
CITA: Soto-Azat C, Valenzuela-Sánchez A, Collen B, Rowcliffe JM, Veloso A, et al. (2013) The Population Decline and Extinction of Darwin’s Frogs. PLoS ONE 8(6): e66957. doi:10.1371/journal.pone.0066957.