- Las matanzas de jaguares que realizan los ganaderos en represalia amenazan la recuperación de la especie y la viabilidad a largo plazo de los operadores turísticos que dependen de la presencia del felino.
- Un reciente estudio encontró que el valor de los jaguares para el turismo (US$6 827 392) es superior al costo para los ganaderos cuando pierden ganado por depredación (US$121 500).
- Los turistas fueron muy receptivos a la idea de donar dinero a un fondo de compensación para los ganaderos.
De villano a héroe, el jaguar (Panthera onca) se encuentra en la cúspide de una revaloración radical de su imagen. El felino más grande de América tiene un papel principal en la cadena alimenticia del Pantanal —una vasta área de humedales tropicales que abarca partes de Brasil, Paraguay y Bolivia. En el pasado, el jaguar fue cazado por su piel; en las últimas décadas, el felino ha entrado en conflicto moral con ganaderos porque depreda el ganado del Pantanal. El jaguar se ha convertido en una amenaza para los medios de subsistencia de los ganaderos en una región donde gran parte de la tierra está reservada para la crianza del ganado. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Global Ecology and Conservation revela que los jaguares valen 60 veces más al turismo que el costo que infligen en los ganaderos.
“El estudio representa una realidad regional en el Pantanal”, dijo Fernando Tortato, investigador de Panthera, el grupo mundial de conservación de felinos salvajes que ayudó a dirigir el estudio. “El jaguar trae mucho más ingreso que el daño potencial que puede causar”.
Los jaguares una vez abundaron en territorios desde el suroeste de Estados Unidos hasta Argentina, pero sus números han caído debido a la caza y la pérdida de su hábitat. En la selva amazónica, la deforestación es una amenaza constante, incluso cuando el denso follaje los esconde de humanos. En ausencia de oportunidades de turismo, la demanda de colmillos, patas y garras de jaguar como souvenirs incrementa.
La predilección del jaguar por bosques exuberantes hace que el Pantanal sea una fortaleza para la especie. Sin embargo, los tributarios abren el hogar del felino a la exploración humana y permiten a los turistas avistar jaguares.
En el Pantanal, la mayor amenaza para la supervivencia de jaguares es su conflicto con los ganaderos. Para abordar este problema, el estudio cuantificó el valor que el jaguar tiene para la creciente industria del turismo y exploró cómo sus beneficios podrían sentirse más por aquellos que incurren sus costos.
Los investigadores utilizaron al Parque Estatal del Encontro das Águas como área representativa del Pantanal donde el ecoturismo opera cerca de las granjas de ganado. El estudio definió el área total disponible para el turismo a través del mapeo de los lugares en el río donde los jaguares —que han sido marcados— han sido avistados desde los botes. De esa manera se da una escala espacial realista de los costos y beneficios de la convivencia con el depredador. El ingreso mínimo anual de la industria turística se calculó a partir de las cotizaciones diarias de siete establecimientos que operan dentro de esta zona. Esta cifra se comparó con una estimación hipotética de los daños a los ganaderos vecinos basados en las muertes provocadas por jaguares y el valor de cada bovino en el mercado.
La diferencia fue sorprendente para los investigadores.
“Mucho más de lo esperado”, dijo Tortato.
En comparación con la estimación de pérdida anual de depredación de ganado de US$121 500, los investigadores encontraron que el sector del turismo de jaguar tiene un ingreso bruto anual de alrededor de US$6.8 millones. Incluso entonces, escriben que la estimación potencial de ingresos es conservadora —solo representa las ganancias de los albergues establecidos dentro de un área específica del Pantanal y no toma en cuenta los otros demás pequeños establecimientos que operan ahí y en otros lugares. Además, no se incluyeron los beneficios que las empresas locales reciben cuando turistas pasan por el Pantanal; por lo que los investigadores dicen que el valor económico total del ecoturismo de jaguares es probablemente mucho mayor.
Para los conservacionistas, sin embargo, el estudio trajo aún mejores noticias.
“Lo que nos sorprendió fue el interés de los turistas”, dijo Tortato. “Los turistas que visitan el Pantanal en busca de jaguares están dispuestos a pagar por los daños, y esto llega a la raíz del conflicto y crea una solución pragmática a las pérdidas de ganado de los ganaderos”.
Los investigadores consideraron que el costo para los ganaderos podría ser cubierto con una donación única de US$32 por turista. Pero sus hallazgos mostraron que el 80 % de los turistas estaban felices de hasta pagar casi tres veces más. Durante una estadía de tres días, la mayoría estuvo dispuesto a donar un promedio de US$84 a un programa de compensación para ganaderos.
El estudio indica que, si se implementa en toda la región, el plan compensará con creces los costos de una próspera población de jaguares. Y eso sienta las bases para una conservación a escala paisajística que puede superar las actuales barreras de propiedad de la tierra privada.
La interacción entre los jaguares y el ganado es probable que siga siendo inevitable en el Pantanal, donde más del 90 % del territorio es propiedad privada y es abrumadoramente utilizada para la crianza de ganado. Solo el 5 % de ese territorio está protegido hoy en día. A pesar del dominio local de la ganadería, los jaguares están entrelazados en la ecología y la cultura de la región. El jaguar, como depredador superior, desempeña un papel importante en la dinámica poblacional de sus presas, que incluyen caimanes, capibaras y venados.
“En el proceso, [los jaguares] regulan la transmisión de enfermedades entre estas especies, y de ellas a los animales domésticos e incluso al hombre”, dijo Tortato.
En el folklore pantaneño, el jaguar es un símbolo talismán del desierto —una reliquia perdurable del pasado indomable de la región. A partir de esto, surgió en una comunidad la idea de una nueva fuente de ingresos.
Los ribeirinhos son residentes locales que habitan las riberas del Pantanal. Muchos confían en el conocimiento local de los ríos para navegar botes turísticos. Los ribeirinhos —habitualmente más pobres que sus compatriotas terratenientes— se han beneficiado de la nueva industria que ha surgido a espaldas de sus temidos enemigos.
“Hoy los jaguares son benefactores”, afirmó Tortato. “Ayudan a los pobres campesinos del río a alcanzar un nivel socioeconómico más alto o mejorar su educación, gracias a las oportunidades de empleo proporcionadas por el turismo orientado al jaguar”.
La experiencia de un proveedor de turismo de jaguar parece apoyar la conclusión del estudio de que un programa de recompensas recaudado por los turistas podría promover la armonía entre los ganaderos y el felino.
El Dr. Charles Munn ha compensado la ganadería local durante los últimos siete años y describe el plan como “espectacularmente exitoso” y responsable de mantener una relación “extremadamente buena” entre su negocio y sus vecinos. Munn es propietario de SouthWild, una empresa de turismo de vida silvestre con sede en Sudamérica. Además de su programa de compensación, afirma que hay varios “avances” para el ecoturismo del Pantanal, como “la garantía del jaguar”.
“Dame tres noches y cuatro días y si no ves a un jaguar en el día, te devuelvo todo el costo”.
Desde el 2005, dijo que solo ha tenido que devolver el dinero a clientes dos veces.
“Tenemos conductores de bote con 5000 horas de tiempo de avistamiento de jaguares salvajes con turistas, lo que probablemente es 10 veces más —tal vez 20 o 50 veces más— que todas las horas combinadas de los biólogos en la historia de nuestro planeta”.
El éxito de SouthWild es una de las razones por las que Munn cree que el verdadero valor del jaguar es mucho mayor que la estimación del estudio. Cincuenta jaguares constituyen la mayoría de los avistamientos de Munn en un tramo de 100 kilómetros del Pantanal brasileño y Munn afirma que cada felino vale alrededor de un millón de dólares para la economía del país.
Desde las ganancias de aerolíneas nacionales hasta un flujo de extranjeros con dinero disponible, los retornos de lo que Munn describe como “Jaguarland” fácilmente cubren los costos de la depredación del ganado. Sin embargo, a pesar del entusiasmo que rodea a la industria, Munn toma nota de la vacilación del gobierno local para comprometerse con ella.
“En el 2006 propuse que todos mis invitados pagaran una cuota de conservación… el gobierno estatal dijo que apreciaban el esfuerzo, pero no podían aceptar donaciones hasta que hubiera un plan de manejo por escrito”.
Tortato y su equipo también argumentan que una mayor participación del estado podría ayudar a desbloquear todo el potencial del ecoturismo para los jaguares y las personas.
“La falta de gestión, supervisión y aprovechamiento de las oportunidades financieras que ofrecen las áreas protegidas del Pantanal limita su potencial de uso público”.
Entre otras recomendaciones, Panthera tiene consejos sobre cómo el fondo de donantes podría funcionar en la práctica, desde recompensar a los propietarios por proteger a los jaguares en sus propiedades hasta regular la caza de manera que haya suficientes presas silvestres para disminuir la depredación de ganado.
A lo largo del resto del rango del jaguar, Panthera lidera una expedición de tres años a través de diez naciones en América Latina para evaluar el estado de la especie y llamar la atención internacional a su situación. Los investigadores que viajan en el “Viaje del Jaguar” llegaron el mes pasado al Pantanal brasileño. Entre ellos está el Dr. Alan Rabinowitz, CEO de Panthera, quien describe “la nueva cultura de protección” que ha surgido alrededor de la industria turística en el Pantanal como “una maravillosa historia de éxito en un lugar verdaderamente único”.
Los jaguares son “inteligentes”, dijo Tortato, y cualquier medida nunca terminará completamente con la depredación del ganado. Pero dice que algún día podrían hacer que los jaguares sean una preocupación menor en comparación con otras causas de mortalidad de ganado, como serpientes o enfermedades.
Con un entusiasmo característico que parece encarnar el optimismo de esta nueva industria, Munn afirmó que el turismo de jaguar está a punto de despegar —con beneficios para las comunidades humanas y de vida silvestre en el Pantanal.
“Un millar de empleos de alta calidad ya han sido creados en Brasil por estos 50 jaguares”, dijo Munn. “Es la mayor fuente nueva de trabajos relacionados con la naturaleza en el Pantanal desde 1960… y el turismo del jaguar todavía se encuentra en pañales, podría crecer 100 veces más en los próximos 10 años”.
Referencia:
Tortato, F. R., Izzo, T. J., Hoogesteijn, R., & Peres, C. A. (2017). The numbers of the beast: Valuation of jaguar (Panthera onca) tourism and cattle depredation in the Brazilian Pantanal. Global Ecology and Conservation, 11, 106-114.
Imagen de portada: Un investigador registra un jaguar en reposo, un atractivo cada vez más lucrativo para el turismo sudamericano. Foto de Fernando Tortato/Panthera.org
Esta historia fue publicada por primera vez en la web en inglés el 13 de setiembre de 2017.