La minería ilegal de oro ha llegado también a la región de Amazonas, ubicada en el nororiente del Perú y parece seguir los pasos de Madre de Dios, una región que viene siendo invadida por la minería ilegal desde hace ya varios años y donde la degradación ambiental es evidente. De hecho, en poco tiempo, más de 20 hectáreas de bosque han desaparecido en la quebrada de Pastacillo, un afluente del río Santiago y del río Marañon en Amazonas.
Los pueblos indígenas de la zona han decidido enfrentar a los mineros ilegales, ya que para ellos el Estado ha olvidado esta lejana región de la Amazonía. El gobierno peruano ha expulsado y destruido las dragas de esta actividad ilegal, sin embargo, en pocas semanas, los mineros vuelven a la carga. Los wampis, comunidad indígena que ha decidido enfrentarse a esta actividad, ha recibido amenazas de los mineros y la situación hoy en día es incierta. ¿Cómo entender este complejo escenario?
El origen de la minería ilegal en Amazonas
La presencia de la minería ilegal es un problema ambiental de larga data en la región de Amazonas. Según el ex Comisionado en asuntos de Formalización Minera, Interdicción de la Minería Ilegal y Remediación Ambiental, César Sierra, la minería ilegal de oro en esa zona, en especial, en el distrito de Río Santiago data de las décadas de 1960 y 1970. Sin embargo, debido al aumento del precio del oro entre el 2009 y el 2010, la gente abandonó la agricultura y la pesca para dedicarse a la minería ilegal en regiones como Madre de Dios, Cusco, Puno, Arequipa y, por supuesto, Amazonas. Es en ese mismo lapso de años que también se comenzaron a usar las dragas para extraer el oro, una maquinaria que deja un enorme impacto ambiental.
Comunidad wampis desalojaron a mineros frente a ineficaz respuesta estatal
Los mineros ilegales de oro se encuentran desde hace unos cinco años en la quebrada Pastacillo, según Clobiz Pérez, líder indígena del pueblo wampís. De acuerdo a Pérez, durante ese lapso de tiempo, más de 20 hectáreas de bosques han sido deforestadas con total impunidad. Sin embargo, para las comunidades indígenas ha sido muy complicado expulsarlos de la zona por el poco apoyo por parte de la policía y del Estado en general. En el 2016, los líderes indígenas wampís denunciaron esta actividad ilegal en la Dirección Regional de Energía y Minas de Amazonas. Recién después de un año, esta Dirección decidió hacer una inspección en la zona de Pastacillo.
Frente a ello, el pueblo wampís organizado a través del Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampís (GTANW), decidió expulsar a los mineros ilegales. Aunque el pueblo wampís ya le había pedido a los mineros que abandonaran su territorio, ellos ignoraron la advertencia.
Durante la intervención indígena se encontró basura, barriles con restos de mercurio y por lo menos diez dragas y dos plataformas mineras de un exfuncionario edil, Julio López, quien hasta mayo había ocupado el cargo de Gerente Municipal de Medio Ambiente en el distrito de Río Santiago.
Esta expulsión fue la tercera que realizó el pueblo wampís durante los cinco años en que los mineros ilegales estuvieron trabajando en la quebrada Pastacillo. Las autoridades wampís denuncian que los mineros siempre vuelven por la poca vigilancia permanente en el área. Frente a ello, se ha conformado un comité de vigilancia contra la minería ilegal que está integrado por indígenas wampís y awajún, con el apoyo del municipio de Río Santiago.
Los pueblos wampis y awajun frente a la minería ilegal
El reciente comité de vigilancia indígena formado por pueblos wampís y awajún es un avance para enfrentar a los mineros ilegales, aunque lograr la alianza entre estas dos comunidades indígenas no ha sido nada sencillo.
Si bien la quebrada de Pastacillo está dentro del territorio de 1.3 millones de hectáreas del Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampís (GTANW), una parte de la quebrada pertenece a la comunidad awajún de Yutupis. En 2012, un grupo de indígenas awajún comenzó a extraer oro de manera ilegal. Ante esta situación, los wampís los expulsaron. Fue en el 2015 cuando este enfrentamiento llegó al nivel más alto. Los wampís quisieron volver a expulsar a los mineros pero la población awajún se interpuso. Según el líder wampís, Clobiz Pérez, mujeres awajún con machetes se enfrentaron a ellos. Luego se sumaron los hombres de Yutupis originándose un conflicto que dejó una considerable cifra de heridos y afectados. La defensa de los pobladores de Yutupis a los mineros ilegales se debe a que ellos recibían un ingreso económico considerable por su trabajo en la extracción del oro, alrededor de entre 46 y 92 dólares por día.
El impacto ambiental es incalculable
Aún no se ha cuantificado el impacto ambiental de esta actividad en la zona, pero tras lo sucedido en Madre de Dios se puede tener una noción del impacto del mercurio en los cuerpos de agua. La Organización Mundial de la Salud ha calificado a esta sustancia como uno de los diez productos químicos que producen más problemas en la salud pública. El mercurio es especialmente dañino en mujeres gestantes y niños, afectando el sistema nervioso e inmunológico, el aparato digestivo y los pulmones.
“Lo que hemos visto es daño ambiental y sanitario. Si una empresa formal lo hubiera hecho nos tendrían que indemnizar, pero ahora ¿quién lo hará? Necesitamos a entidades que monitoreen en qué grado de contaminación estamos”, dijo a Mongabay Latam, el actual gerente de Medio Ambiente del municipio de Río Santiago, Dennis Cenepo.
Foto de portada: Vanessa Romo/área degradada por la minería ilegal en Amazonas.
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