- Durante dos años y medio, científicos siguieron los movimientos de Anne, una tiburón ballena durante que nadó desde la costa de Centroamérica hasta la fosa de las Marianas. Todo un récord
- Los tiburones ballena, cuyos números han caído en más de la mitad en los últimos 75 años según la UICN, son capturados por los barcos pesqueros para obtener sus aletas, cartílago, carne y dientes, además hay estudios que muestran que los barcos que llevan a los turistas a nadar con el pez más grande del océano alteran el comportamiento de la especie.
Un equipo de científicos ha seguido a un tiburón ballena (Rhincodon typus) durante más de 20 000 kilómetros de océano, la migración más larga que se haya registrado jamás para esta especie.
En 2011, los investigadores le pusieron un transmisor a un tiburón al que llamaron Anne en el océano Pacífico, cerca de la isla Coiba en Panamá. En los 841 días siguientes, el transmisor de Anne enviaba una señal al satélite ARGOS cuando nadaba cerca de la superficie. Esos puntos de información permitieron que el equipo siguiera sus movimientos hacia el sur hasta las islas Galápagos y por todo el Pacífico hasta la fosa de las Marianas, al sur de Japón y el este de las Filipinas, una distancia de 20 142 kilómetros.
Informaron de sus descubrimientos en la revista Marine Biodiversity Records en Abril.
El descubrimiento refuerza el puesto del tiburón ballena como una de las criaturas que más viaja, junto con la tortuga laúd, la ballena gris y el charrán ártico. Otro tiburón ballena marcado en 1995 tenía el récord anterior de la especie con 13 000 kilómetros nadados en 37 meses.
Sin embargo, todavía queda mucho por aprender sobre los tiburones ballena más allá de saber que son capaces de nadar amplias distancias (las hembras pueden cubrir 67 kilómetros en un solo día).
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“Es sorprendente lo poco que sabemos del tiburón ballena”
“Cuando empecé a trabajar con ellos, había un debate acerca de su taxonomía y aún no se sabía con seguridad cómo se reproducían”, dijo Scott Eckert, coautor del estudio y biólogo del Principia College en Illinois. “A pesar de ser el pez más grande del mundo, es sorprendente lo poco que sabemos de esta especie”.
Parte del motivo por el que existan esos vacíos en nuestro conocimiento es que los movimientos de los tiburones son difíciles de monitorear. Durante esta investigación, los científicos tuvieron que pasar por un periodo de 235 días en el que no recibieron transmisiones del dispositivo de Anne. Seguramente, nadaba demasiado hondo —los tiburones ballena pueden sumergirse hasta profundidades de casi dos kilómetros— y el dispositivo no podía comunicarse con el satélite.
El equipo espera que averiguar el trayecto de Anne y otros tiburones ballena ayude a comprender qué les motiva a emprenderlo.
“Tenemos muy poca información sobre por qué migran los tiburones ballena”, dijo Héctor M. Guzman, biólogo marino en el Instituto de Investigación tropical Smithsonian y autor principal del estudio. “¿Buscan comida, oportunidades para reproducirse o hay algún otro impulso?”.
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Los beneficios de conocer más al tiburón ballena
En estudios anteriores se ha demostrado que incluso los tiburones ballena que viven a miles de kilómetros los unos de los otros están emparentados de forma cercana, así que es posible que la reproducción tenga algo que ver con estas travesías de larga distancia.
Conocer su comportamiento de forma más minuciosa también podría ayudar a los científicos, conservacionistas y legisladores a lidiar con el desafío de proteger a un animal tan cosmopolita, sobre todo con todas las amenazas a las que se enfrentan los tiburones ballena.
Incluso los barcos de turistas que traen a nadadores y buceadores para que compartan las corrientes con un pez que llega hasta los 12 metros y pesa hasta 19 000 kg podrían ser un problema. Guzmán dijo que los investigadores han descubierto que los tiburones ballena alrededor de la Isla Coiba intentan alejarse de la gente.
En 2016, la UICN catalogó la especie como amenazada por primera vez. Los biólogos calculan que los mares tropicales y subtropicales tienen menos de la mitad de tiburones ballena que tenían hace 75 años, lo cual aumenta la urgencia de su protección.
“Estos estudios son críticos para diseñar políticas internacionales que protejan a las especies transfronterizas como los tiburones ballena y otros animales marinos migratorios”, dijo Guzmán.
Imagen de cabecera: tiburón ballena en el Acuario de Georgia. Foto de Zac Wolf en Wikimedia Commons (CC BY-SA 2.5).
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Referencias
Guzman, H. M., Gomez, C. G., Hearn, A., & Eckert, S. A. (2018). Longest recorded trans-Pacific migration of a whale shark (Rhincodon typus). Marine Biodiversity Records, 11(1), 8.
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