- Mongabay Latam conversó con el exgerente de operaciones del Parque Metropolitano del Estado de Zulia sobre la situación de los animales en los zoológicos de Venezuela.
Las imágenes de un león y pumas desnutridos de los zoológicos de Venezuela han dado la vuelta al mundo y describen la crisis que se vive en ese país. Pero los animales no solo están padeciendo hambre, sino que, además, están siendo robados para servir de alimento a las personas.
El Parque Zoológico Metropolitano del Zulia, en Maracaibo, no ha sido ajeno a este problema. Luis Añez, quien fuera su gerente de operaciones durante casi 18 años, recuerda ahora, a la distancia, cómo empezó esta crisis.
Añez recuerda cómo fueron desapareciendo los animales en el centro que dirigía, el más grande en extensión en Venezuela, con 90 hectáreas, que ahora está cerrado.
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¿Cuál era la situación del zoológico cuando entró a trabajar?
En el año 2000 empecé a trabajar en el zoológico Parque Sur de Maracaibo que luego cambió su nombre a Parque Zoológico Metropolitano del Zulia. Comencé como médico veterinario y un año después ya era gerente general. Cuando llegué, el zoológico tenía 250 animales, pero llegamos a tener 700. Ese fue mi trabajo. Llegamos a ser el segundo más importante de Venezuela por la cantidad de especies y los programas de conservación que impulsaba. Además, teníamos un fuerte programa educativo y recibiamos más de 300 mil personas al año.
¿Cuándo cambió esta situación?
En el año 2012 se produjo un gran cambio. Ese año llegó personal de vigilancia de la Milicia Bolivariana para reemplazar a la vigilancia privada con la que contábamos. Y luego, a partir del año 2015 empezamos a tener un retroceso, debido a la situación del país. Empezaron los saqueos en los depósitos de alimentos, se llevaban la comida de los animales, se robaban y mataban animales para comerlos. También robaron los cables de electricidad, los depósitos. Desvalijaron el zoológico y fueron los mismos miembros de la milicia, quienes estaban involucrados en estos desmanes, en coordinación con vecinos de la zona. Estaba más que comprobado, pero no podíamos denunciar porque era como acusar al mismo gobierno. Al presidente del zoológico lo destituyeron en agosto de 2017.
¿Fue entonces que usted renuncia?
Sí, porque se produjo un cambio en la presidencia del zoológico y me informaron que dejaría de ser gerente, para volver a mi puesto de veterinario. Por eso, decidí no seguir, pues me bajarían de cargo y de sueldo. Además, tendría que aceptar decisiones de otros, que sabía serían nefastas, pues quienes asumieron el manejo del parque no tenían ningún tipo de experiencia en la dirección del zoológico y de la fauna silvestre. Sabía que iban a tomar las peores decisiones, y fue lo que pasó. Antes de hacerme cómplice de ese proceso preferí no continuar, con mucho dolor, porque todos los animales del parque formaban parte de mi historia. A ellos, se sumaba la situación en Venezuela, con la carestía de alimentos y la inseguridad avasallante, que hacía imposible continuar allí. Fue así que, en diciembre de 2017, tomé la decisión de migrar a Perú, donde mi hermano ya se había instalado.
¿Cuando empezaron los robos de animales, qué acciones tomó para enfrentar el problema?
Presentamos como 15 denuncias ante los cuerpos policiales de la ciudad de Maracaibo, pero nunca fueron a investigar al zoológico. Y mientras tanto, se nos duplicó el trabajo para mantener la alimentación de los animales. Se tenía que buscar y luchar cada día y eso era desgastante. En eso se nos iba el tiempo, y hablo de conseguir los recursos para la alimentación de los animales, para mantener las instalaciones, la piscina de los manatíes, las bombas de agua. Era una lucha constante para combatir la delincuencia y mantener a los animales. A muchos de ellos los trasladamos a zonas cercanas a las oficinas para poder vigilarlos.
¿Por qué se hizo eso?
A los que estaban más alejados los acercamos a las oficinas para que el radio de vigilancia no sea tan extenso y estén más resguardados. A muchos los sacamos del área de exhibición y los trasladamos a la zona de cuarentena que está junto a la veterinaria, para poder vigilarlos.
¿Cuáles fueron los primeros animales en desaparecer?
Los que se podían comer, como el búfalo, que se parece mucho al ganado. También los cochinos de monte, que son como los chanchos. También se llevaron animales que se podían vender fácilmente como loros, guacamayos y tucanes. Además, mataron un tapir, las tortugas y los peces.
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La búsqueda de los alimentos
¿A cuánto se redujo el número de animales?
Cuando renuncié, en octubre del 2017, había solo 400 animales. Y continúan desapareciendo. Me informan que ahora quedan alrededor de 200 animales.
Mientras estaba en la gerencia usted declaraba que no tenían problemas de alimentación para los animales. ¿Era esto cierto?
Mientras estuve allá, los animales siempre comieron, nunca les faltó alimento. Había problemas porque no era fácil conseguirlos, era una lucha constante, pero lográbamos siempre motivar a las instituciones o personas para conseguir siempre los alimentos.
¿Cómo los conseguían?
Las frutas y hortalizas siempre las entregaba el gobierno, pero la carne, que era lo más difícil de conseguir, la obteníamos de donaciones o la comprábamos con los ingresos propios. También logramos entrar dentro de la agenda de despachos semanales de un programa de alimentación para escolares y recibíamos la provisión para el zoológico.
¿No había problema de desnutrición en animales?
No, el problema de desnutrición se presentó en enero y febrero de este año, cuando yo ya no estaba en el zoológico. Me dijeron que durante semanas no compraron comida a los animales y estaban abandonados.
¿Cuáles son las especies más frágiles?
Las aves y reptiles son los más delicados. Resisten menos y se deshidratan más rápido. Si no reciben alimentación diaria se deterioran con facilidad y pierden peso. Son las especies más delicadas.
¿Y cuáles eran las especies emblemáticas del zoológico?
Quedan los manatíes que necesitan agua y una limpieza constante. Están los cóndores de los Andes, una pareja de esta especie. También los osos de anteojos, los hipopótamos, un oso negro americano, un tigre de Bengala, el león africano y una pareja de chimpancés.
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Zoológicos en emergencia
¿Y qué animales murieron o desaparecieron?
Dos búfalos; el dromedario; los tapires; los capibara o ronsoco, que son los roedores más grandes del mundo, desaparecieron todos. Ya en el 2017 los robos eran constantes, se llevaban las cabras todos los días.
Usted comentó que la cifra de animales se redujo de 700 a 400 ¿qué pasó con esos 300 animales?
Por la misma situación económica tuvimos que reducir la cantidad de animales. Llegamos a tener más de 40 cochinos de monte y luego la redujimos a menos de 20. Los separamos por grupos para que no se reproduzcan mientras que los mayores iban muriendo. En el caso de las aves guacamayas rojas, las cedimos a otro zoológico. También hicimos una distribución de jaguares, porque teníamos once, y nos quedamos con solo una pareja. Así fuimos reduciendo la población. Incluso algunos los liberamos a la vida silvestre. Pero también están los que se robaron, que fueron por lo menos cien. Las cabras, por ejemplo, se llevaron entre 10 y 15 en un lapso de un año, porque se puede comer.
¿Y usted fue testigo del robo de algún animal mientras estuvo en el zoológico?
El caso del búfalo, que se lo llevaron cuando estaba trabajando allá. Un día que hubo un paro nacional de trabajadores, nosotros fuimos porque el zoológico no se detiene. Yo fui el último en salir, al mediodía. Al día siguiente, el cuidador de esa área de animales se da cuenta que el búfalo no estaba. Imagínese, un animal de 800 kilos o más. Los integrantes de la milicia no dijeron nada, pese a que ya se habían percatado del hecho.
Después nos enteramos que al animal lo mataron y descuartizaron dentro del mismo zoológico.
¿Tiene información de lo que sucede ahora?
El parque está abandonado, no hay mantenimiento, los animales están en estado crítico. Es un área abandonada, donde el pasto crece naturalmente y cubre todas las zonas del zoológico, las instalaciones están deteriorándose y la arborización y jardines que se hicieron se secaron y desaparecieron. Se ha cerrado para el público desde febrero de este año y los trabajadores van dos a tres veces por semana, solo medio tiempo. Imagínese, si no hay comida para las personas, que van a mantener a los animales.
¿Y qué sabe de los otros zoológicos?
El primer zoológico de Venezuela es el Bararida, en Barquisimeto, que ha empezado a tener problemas recién este año. Allí murieron dos monos araña y los animales ya no comen una dieta variada. Están empezando a sufrir los embates de la crisis. Incluso un veterinario fue detenido por presentar un informe sobre la situación crítica del parque y el estado de salud de los animales. En Caracas, en el Parque Zoológico Caricuao también se están robando animales y algunos han muerto por hambre. Lo mismo sucede en el Parque Zoológico Las Delicias de Maracay, en el acuario de Valencia, y otros.
¿Es una crisis para las especies silvestres que viven en los zoológicos?
La mayoría de los zoológicos de Venezuela están desapareciendo. Quedan dos o tres que todavía se mantienen, los demás son poco o nada.
Foto: Christian Veron en Twitter.