- La Reserva Forestal Protectora ‘Bosque Oriental de Bogotá’ lleva años luchando contra la expansión urbana que se está dando dentro de ella.
- La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha suspendido la construcción de estas “invasiones de lujo” y ha ordenado demoler dos de estas mansiones que afectan un área protegida que es vital en la conexión de los Parques Nacionales de Chingaza y Sumapaz.
Las imponentes montañas que se elevan en el este de Bogotá, conocidas como los cerros orientales, hacen parte de la Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá y su ubicación estratégica facilita la conexión entre los Parques Nacionales Naturales de Chingaza y Sumapaz. A pesar de su importancia ecológica, varios proyectos urbanísticos ilegales amenazan constantemente esta área protegida.
En sus aproximadamente 14 000 hectáreas, limitadas al norte por Torca y al sur por el Boquerón de Chipaque, nacen diversas fuentes hídricas entre los 2575 metros sobre el nivel del mar (msnm) y los 3575 msnm que favorecen la diversidad de ambientes, y por ende, de ecosistemas. Sin embargo, la Reserva ha sido históricamente afectada por procesos de expansión urbana, a pesar de los limitantes físicos y jurídicos que existen en ella.
Ese problema llegó a uno de sus puntos de polémica más fuertes en 2016 debido a la deforestación provocada por varias mansiones que se empezaron a construir en esta área protegida, en un sector de la localidad de Chapinero conocido como Bagazal.

En ese momento el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, selló cinco obras de construcción de “viviendas estrato 8” que son conocidas como las invasiones de los ricos de la capital. Así mismo, en 2017, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ─autoridad ambiental en la zona─ ordenó a la constructora Kaysser demoler una de las mansiones en el predio Bamboo, pero hasta finales de 2018 no habían cumplido con la orden. Por esta razón Néstor Franco, director de la CAR, aseguró que la entidad se encargaría de la demolición pero que esos costos luego deberían ser asumidos por la constructora.
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Ordenan demoler una mansión ilegal dentro de área protegida
Pero el problema no paró allí. Las construcciones siguieron expandiéndose y en noviembre del año pasado Juan Felipe Namen, edil de la localidad de Chapinero, denunció que una valla de la CAR que delimitaba la reserva fue reemplazada por un supuesto anuncio de licencia para construcción. Una de las lujosas casas está ubicada a escasos metros de la quebrada Rosales, a pesar de que las normas colombianas impiden la construcción a menos de 30 metros de una fuente de agua.
La autoridad ambiental confirmó que todas estas construcciones son ilegales pues la Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá es un territorio público donde actividades como esta no están permitidas y hace pocos días ordenó la demolición de otra mansión. Se trata de una casa construida en el predio Monterodro, de 6929,41 metros cuadrados, ubicado también en El Bagazal, dentro de la Reserva. El 62 % de su área se encuentra en franja de conservación y el 38 % restante, en franja de rehabilitación ecológica.

“Monterodro es la segunda construcción que sancionamos con demolición y multa en los Cerros Orientales. Nuestro mensaje a los ciudadanos es que entiendan que persistiremos en la conservación y preservación de nuestros ecosistemas; por eso, no vamos a permitir que se sigan afectando nuestros recursos naturales”, dijo Néstor Franco.
Los propietarios, Inversiones Team Sol S.A.S., deberán pagar una multa de aproximadamente 497 millones de pesos (158 270 dólares) según quedó en firme en la resolución 0434 del 31 de diciembre de 2018.
La demolición y la multa fueron ordenadas luego de que la CAR comprobara que la empresa incurrió en varias infracciones ambientales: captación ilegal de aguas superficiales de la Quebrada Los Rosales, aprovechamiento forestal único sin contar con el respectivo permiso, construcción dentro del área de la Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá y actividades de adecuación y nivelación en el predio sin autorización previa.
Adicional a la actual sanción, en la autoridad ambiental cursan otros procesos. Uno por afectación al recurso agua, producto de una inadecuada disposición de escombros; y otro por afectación al recurso suelo, tras haber continuado con las obras de construcción dentro del predio, desconociendo las medidas preventivas impuestas por la CAR en años anteriores. Además, Inversiones Team Sol S.A.S. deberá, en un periodo de cuatro meses, reforestar 2462 metros cuadrados con la plantación de 316 árboles y darle manejo durante cinco años.

Sobre la demora en la demolición del primer predio (el de la constructora Kaysser), Franco aseguró que “este es un hecho histórico, no hay antecedentes en la ciudad ni en Colombia de demoliciones por cuenta de sanciones ambientales y por eso hemos sido supremamente cautelosos en la toma de la decisión y su materialización. Estamos analizando la técnica más conveniente para evitar daños colaterales en este ecosistema tan frágil”.
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La importancia de la reserva forestal del oriente de Bogotá
El estudio de cobertura vegetal de los Cerros Orientales indica que hay 29 tipos de vegetación. Las coberturas con especies nativas (bosques, rastrojos, matorrales, vegetación de páramo y cordones riparios) ocupan el 63.16 % del área total. De esta cobertura, el 64.28 % se encuentra en buen estado de conservación, mientras que el restante 35.72 % se encuentra en estado medio y alto de fragmentación. Las zonas en mejor estado se encuentran en la Vereda de Torca y las cuencas de las quebradas Contador y Chicó (norte de la Reserva).
Datos de la Secretaría de Ambiente de Bogotá indican que los lugares con alto grado de transformación como pastizales, cultivos, asentamientos urbanos, canteras y plantaciones exóticas ocupan el 36.84 % del área total.
“El resultado de levantamientos de vegetación para analizar la riqueza florística, registró cerca de 64 familias, 111 géneros y 156 especies, tomando en cuenta solo plantas vasculares, aunque hay un listado de flora con 443 especies”, dice el estudio de la Secretaría. Las familias con mayor número de especies y de géneros son las orquídeas con 33 géneros y 118 especies, Bromelias con 10 géneros y 47 especies, Asteraceas con 9 géneros y 38 especies, Ericaceas con 8 géneros y 19 especies, Melastomataceas con 9 géneros y 18 especies, Rosaceas con 6 géneros y 15 especies y Rubiaceas con 6 géneros y 11 especies.

En cuanto a riqueza y diversidad de fauna se encuentran 14 familias, 17 géneros y 18 especies. A nivel de mamíferos se destacan la comadreja (Mustela frenata), la chucha (Didelphis albiventris), el conejo (Sylvilagus brasilensis), el ratón de páramo (Thomasomys laniger), la musaraña (Cryptotis tomasi), el guache (Nasuella olivacea), el curí (Cavia anolaimae) y ocasionalmente se encuentra el murciélago migratorio de Norteamérica (Lasiurus borealis).
En 2017 se conocieron los resultados de los estudios sobre los Cerros Orientales, como parte del proyecto Bogotá Biodiversa —liderado por la organización Proyecto de Conservación de Aguas y Tierras de Colombia (ProCAT), con el apoyo de la Universidad de Arizona, el Zoológico de Phoenix, la organización S.P.E.C.I.E.S. de Estados Unidos, la UNAM de México y la Pontificia Universidad Javeriana en Colombia─. Entre los hallazgos, los científicos pudieron identificar 70 especies de aves en la zona, entre ellas algunos colibríes endémicos y el colibrí con el pico más largo del mundo. También avistaron en el área del proyecto piloto a la pava andina, que siempre estuvo en los Cerros, pero que ahora llega con mayor frecuencia al sector de Venado de Oro.
Según cifras de la Secretaría de Ambiente de Bogotá los asentamientos urbanos ocupan el 4.26 % de la Reserva, mientras que las explotaciones mineras ocupan el 0.77 %. De ahí la preocupación por la conservación de esta área. Es posible que ese porcentaje haya aumentado y la preocupación viene desde hace muchos años.

Luego de una acción popular interpuesta por varios ciudadanos de Bogotá en 2005, en la que reclamaban la protección de los derechos colectivos al goce de un ambiente sano, la existencia del equilibrio ecológico, la defensa del patrimonio público y la defensa del patrimonio cultural de la Nación, entre otros, el Consejo de Estado ─autoridad judicial en Colombia─ emitió una sentencia el 5 de noviembre de 2013, en la que ordenó a los propietarios de predios ubicados en la Reserva y en su franja de adecuación, “abstenerse de realizar conductas que perjudiquen el área protegida, así como a los Curadores Urbanos de Bogotá, observar en forma estricta la normatividad ambiental; abstenerse de conceder nuevas licencias, autorizaciones o permisos, que faciliten el desarrollo urbanístico o de construcción en el área de la reserva forestal protectora”.
Las dos órdenes de demolición de mansiones en los cerros orientales se dieron precisamente porque los procesos sancionatorios demostraron que las construcciones no contaban con la preexistencia reconocida en la sentencia del Consejo de Estado, es decir, obras construidas antes del 2005. Aunque estos anuncios son importantes, los bogotanos siguen a la espera de que estas medidas se hagan efectivas. Néstor Franco, director de la CAR, asegura que en la orden más reciente, la constructora puede objetar la decisión y la entidad tiene cuatro meses para ratificar o modificar la resolución. Luego, los propietarios tienen otros cuatro meses para presentar el plan de demolición y, si no lo hacen, la CAR demolerá la mansión pero ese proceso puede demorar varios meses más.
*Foto de portada: Flickr-Juan Carlos Pachón.