- La bióloga boliviana, junto a un grupo de colegas, intenta rescatar de la extinción a la rana acuática de Sehuencas (Telmatobius yuracare), más conocida hoy como 'Romeo'.
- En el Centro K'ayra de Investigación y Conservación de Anfibios Amenazados de Bolivia albergan alrededor de 200 ranas de cinco especies, todas ellas bajo amenaza.
Si llovieran ranas en Bolivia, fenómeno natural retratado cinematográficamente por Paul Thomas Anderson en la película Magnolia, Teresa Camacho no saldría corriendo. Probablemente recogería a las que están en peligro para salvarlas, les buscaría un hogar y trataría de evitar su extinción. Es lo que hace con las ranas del Titicaca que rescataron durante una muerte masiva y que han logrado reproducir en cautiverio hasta sumar dos generaciones. Es lo que ha venido haciendo con un ejemplar de la rana acuática de Sehuencas o rana acuática yuracaré, también en cautiverio y a la que le han buscado por once años una pareja para evitar que desaparezca.
Camacho Badani estudió biología en la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba en Bolivia y terminó su Maestría en Biología de la Conservación en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Confiesa que su amor por las ranas no empezó con la lectura de un cuento de hadas ni con la secreta ilusión de que un día una de ellas se convertiría en un príncipe, esta científica se enamoró de las ranas durante una de sus salidas de campo, caminando decenas de kilómetros siguiéndole los pasos a un herpetólogo y en el preciso instante en el que aparecieron frente a ella dos especies amenazadas.
Tras una década en soledad, Romeo encontró a su Julieta. Expediciones encontraron ejemplares de la rana acuática de Sehuencas. Ahora, científicos esperan una exitosa primera cita en las próximas semanas y lograr las primeras crías. Vídeo: Mongabay Latam.
Fue por eso que el deseo por salvar a ‘Romeo’, la popular rana de Sehuencas (Telmatobius yuracare), fue una reacción inmediata. Fue la primera rana acuática que encontró en el campo, en peligro, y no se detuvo en su búsqueda obstinada por encontrarle una compañera. ‘Julieta’, a quien hallaron en enero de este año, aguarda hoy en el laboratorio su primera cita con Romeo. Ese será el punto de partida para salvar a esta especie y, con el tiempo, devolverla a su hogar.
Los años dedicados al estudio de los anfibios le han permitido a la bióloga de 35 años ser Jefe del departamento de Herpetología del Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny de Cochabamba y liderar hoy el Centro K‘ayra de Investigación y Conservación de Anfibios Amenazados de Bolivia, que pertenece a la misma institución. Mongabay Latam conversó con la científica sobre sus investigaciones, las especies que conservan en cautiverio en K’ayra y, por supuesto, sobre el desenlace de uno de los capítulos más románticos del mundo de los anfibios: el próximo encuentro entre Romeo y Julieta.
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¿Qué es lo que tanto te atrajo de los anfibios para decidir concentrar tus investigaciones en ellos?
Siempre me han gustado los animales y la naturaleza. Es por eso que quise estudiar biología, pero no fue hasta que comencé a trabajar como auxiliar de investigación en el Centro de Biodiversidad y Genética de la Universidad Mayor de San Simón, acá en Cochabamba, que conocí el trabajo que hacen los herpetólogos y me interesó. Continué participando en varios proyectos, en un principio con herpetofauna altoandina. Hasta que al finalizar mis estudios, pude estudiar dos especies de anfibios en peligro y que solo se encuentran en los bosques nublados de Bolivia: el sapo quechua (Rhinella quechua), que tiene el primer registro de la presencia del hongo quitridio para Bolivia, y el pequeño sapo silbador (Microkayla iatamasi). Mientras buscaba a estas especies veía otros anfibios únicos como la rana acuática de Sehuencas (Telmatobius yuracare), que fue la primera rana acuática que encontré en el campo. En ese momento nunca me imaginé que no volvería a ver otra en el campo hasta 11 años después que encontré a Julieta. A partir de esto nunca dejé de trabajar con anfibios.
¿Qué función cumplen los anfibios dentro de los ecosistemas? ¿Por qué es tan importante cuidarlos de la extinción?
Constituyen un eslabón indispensable en los ecosistemas. Los anfibios cumplen muchos roles, pueden ser depredadores y excelentes controladores de plagas. Son presas de otros animales y consumidores primarios o descomponedores cuando se trata de renacuajos. Al participar en este ciclo de nutrientes mantienen la salud de los sistemas. Es por eso que su desaparición altera todo el sistema y la cadena trófica. Los anfibios también producen sustancias sustitutas de los antibióticos y otras que funcionan como analgésicos de amplio espectro, así como una gran variedad de productos farmacológicos que usamos sin saber que provienen de los anfibios. Además, son excelentes bioindicadores de calidad ambiental.
¿Por qué deciden impulsar la creación de un centro científico especializado solamente en anfibios en Bolivia?
La decisión fue encabezada por el museo. Hace 10 años aproximadamente el Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny comenzó el área de cría en cautiverio con dos especies de amenazadas de anuros: la rana acuática de los valles (Telmatobius hintoni) y la rana gigante del lago Titicaca (Telmatobius culeus). En ese momento era un proyecto piloto. Pero, durante estos años, surgió la necesidad de crear un centro de investigación, que vaya más allá de proyectos temporales dentro de la institución. Es así que se renueva como “Centro K’ayra de investigación y conservación de anfibios amenazados de Bolivia”. Este tiene entre sus componentes el manejo en campo de especies amenazadas de anfibios, así como la implementación de planes de acción para la conservación de anfibios bolivianos, lo que contempla búsquedas y monitoreos de poblaciones silvestres, capacitaciones, educación y difusión referentes al trabajo que se realiza.
¿Cuántas especies e individuos albergan ahora mismo en el Centro K’ayra?
Más de 200 individuos de cinco especies del genero Telmatobius y 3 posibles nuevas especies para la ciencia. También estamos contemplando incluir otras especies en peligro de extinción y para esto se tiene planeado ampliar los ambientes para incluir especies terrestres.
¿Cuáles de las especies que albergan están más amenazadas?
Todas las que tenemos están amenazadas.
¿Cómo hacen para mantener a tantos individuos? ¿Reciben ayuda del Estado?
Tener a las ranas en las mejores condiciones posibles tiene un costo, no solo de mantenimiento sino también tener profesionales capacitados para esto. Actualmente contamos con una encargada del componente de cría, Sophia Barrón Lavayen; nuestro veterinario, Ricardo Zurita Ugarte; y nuestra técnica, Adriana Aguila. Además de ellos, tenemos nueve auxiliares que trabajan en el centro. Tenemos programadas rutinas para cuidar y alimentar a las ranas, nosotros mismos mantenemos un bioterio (lugar donde se crían animales de laboratorio) para tener comida suficiente que incluya lombrices, cucarachas, grillos, tenebrios y gorgojos, entre otros. No es un trabajo fácil, muchas veces tenemos que ir fines de semana y feriados para ver que todo esté bien con las ranitas.
Podemos mantener este trabajo gracias al apoyo de instituciones extranjeras. Actualmente el mantenimiento de los contenedores donde se encuentran las ranas es gracias a Kansas City Zoo, Amphibian Ark y para la rana de Sehuencas contamos con el apoyo de Global Wildlife Conservation. En este momento no tenemos apoyo del Estado.
¿Cuáles son los principales peligros que enfrentan los anfibios en Bolivia?
Así como pasa en otras partes del mundo, la perdida de hábitat es uno de los principales factores que amenazan la biodiversidad. En el caso de los anfibios, se suma la contaminación y enfermedades como la quitridiomicosis que es la causante de la extinción y declinación de especies de anfibios alrededor del mundo, y sabemos que está presente en Bolivia.
Imagino que esa es una de las razones por las que organizan una expedición para encontrar a Romeo, ¿Por qué estaban buscando a esa especie?
La primera vez que vi a esta especie estaba haciendo mi tesis de licenciatura, era dentro de un proyecto llamado Conservación de Anfibios de Bosques yungueños de Bolivia con énfasis en especies amenazadas. Estábamos monitoreando el estado poblacional de varias especies y entre estas estaba la Telmatobius yuracare. La primera vez que encontré una, fue en diciembre del año 2006.
¿Cómo logran establecer que se trata de una especie en peligro?
Son varios los criterios utilizados para determinar la categoría de amenaza, entre estos se encuentra la distribución del taxón, el estado de conservación del hábitat donde vive, el estado de las poblaciones, su vulnerabilidad biológica (especies con alta especialización ecológicas y biológicas disminuyen su resiliencia ante perturbaciones), etc.
¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que vieron a una rana acuática de Sehuencas?
La última vez que se había visto esta especie fue hace 10 años, que es Romeo. Oliver Quinteros Muñoz fue quien encontró y llevó al museo a este individuo. Ha pasado más tiempo desde que yo había visto esta especie en la naturaleza, al menos 11 años.
¿A quién se le ocurre lanzar una campaña para buscarle pareja en Match?¿Crees que los científicos necesitan encontrar nuevas formas para ganar la atención de la audiencia y conseguir también fondos para investigar?
Al enterarse de la situación de Romeo, Global Wildlife Conservation propuso hacer esta campaña para recaudar fondos y se pusieron en contacto con Match, luego hubo un arduo trabajo interinstitucional para que la campaña y la ejecución de este proyecto sea exitosa. Conseguir fondos para hacer investigación es una gran lucha, no solo en mi país, en muchos otros también. Este tipo de campañas son excelentes, en particular esta fue maravillosa, ha hecho que la población mundial crea en el amor y done para la conservación de una especie. Al mismo tiempo gracias a esto, el mundo tiene conocimiento de la crisis que está pasando esta especie y muchas otras. Romeo se está convirtiendo en un símbolo de la conservación. Me encanta ver cómo la gente ha despertado su interés por la conservación, con entusiasmo quieren ayudar a salvar especies, ya no es un trabajo oculto, que como investigadores hacemos pero que muchas veces nadie lo ve.
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¿Están estudiando otras especies de anfibios en Bolivia que se encuentran en peligro?
En la actualidad el Centro K’ayra es el único en Bolivia destinado al manejo en exteriores de especies de anfibios amenazados, albergando más de 200 individuos de cinco especies del género Telmatobius, con una proyección a incluir otras especies en peligro de extinción. Para esto se tiene planificado ampliar los ambientes, para incluir especies terrestres. Las especies que tenemos son: la rana gigante del Lago Titicaca o Telmatobius culeus clasificada en Peligro crítico; la rana acuática de los valles o Telmatobius hintoni que es endémica de Bolivia y está en estado Vulnerable; la rana acuática de Sucre o Telmatobius simonsi, también endémica de Bolivia y considerada Vulnerable; la rana acuática gigante o Telmatobius gigas en Peligro Crítico; y la rana acuática de Sehuencas o rana acuática yuracaré (Telmatobius yuracare) En Peligro.
Además de estas especies tenemos tres posibles nuevas especies para la ciencia de este mismo género.
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Me comentaste que tienen ranas del Titicaca en cautiverio, ¿Por qué? ¿Como llegaron al Centro K’ayra?
Alrededor de 200 ranas tenemos en todo el centro, la mayoría son de la rana gigante del Titicaca. Llegaron como parte de un programa piloto de cría en cautiverio destinado a la conservación de estas especies. Hubo un evento importante de rescate de ranas del Titicaca hace tres años atrás. Cuando aparecieron tanto ranas como peces y aves muertas en el Lago Titicaca, esta muerte masiva hizo que haya un plan de emergencia de rescate de las ranas que se encontraron vivas. A esto hay que sumar que durante este último tiempo estas ranas se han reproducido en cautiverio, lo cual nos acerca más al objetivo de reintroducción.
¿Es un paso importante lograr liberar las ranas que tienen en cautiverio? ¿Qué se necesita para poder devolverlas a su habitar natural?
Es nuestro objetivo, pero no es una tarea fácil, uno comienza a trabajar con especies en cautiverio porque están en peligro de desaparecer y no podemos devolver a ninguna rana a la naturaleza sin antes mitigar las amenazas que en primer lugar las puso en peligro de extinción.
Finalmente, ¿Cuándo tendrá Romeo su primera cita con Julieta?
¡Lo más pronto posible! Estamos esperando el análisis de la presencia del hongo quitridio que estará listo pronto y programamos la cita en función a los resultados. Así que tienen que estar atentos a las próximas noticias.
Imagen central: Teresa Camacho sostiene a ‘Julieta’. Robin Moore – Global Wildlife Conservation.
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