- El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) acaba de publicar el Estudio Nacional del Agua. Es el informe oficial más completo sobre este recurso en el país y se publica cada cuatro años.
- La agricultura es el sector que más consume agua, el tratamiento de aguas residuales no supera el 50 % y las cuencas de los ríos Cauca y Magdalena son las más susceptibles a desabastecimiento del líquido.
La demanda de agua en Colombia aumentó cerca del 5 % al pasar de 35 582 millones de metros cúbicos al año en 2014 a 37 308 millones en 2018. El sector agrícola es el que más utiliza agua (43,1 %), seguido del energético (24,3 %). Además, en el país hay 391 municipios susceptibles por desabastecimiento en temporada seca y los departamentos más afectados por la falta del recurso son: Santander, Cundinamarca, Boyacá, Tolima, Magdalena, Bolívar y Cesar.
Esas son algunas de las principales conclusiones del Estudio Nacional del Agua (ENA) 2018 presentado por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam). En él se analizan temas como el agua superficial, los sedimentos, el agua subterránea, los usos del agua y la calidad del recurso hídrico.
El ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, hizo énfasis en el desabastecimiento de agua en temporadas secas, que se potencia debido a eventos de variabilidad climática cada vez más severos, entre ellos el fenómeno de El Niño ─que en Colombia influye en una drástica disminución de las lluvias─. Otro de los temas que preocupa a los diferentes institutos de investigación ambiental en el país es el incremento de los sedimentos causados por la degradación ambiental, que potencia eventos como avalanchas, crecientes súbitas e inundaciones.
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Desabastecimiento hídrico y erosión
“La pérdida de glaciares es un tema delicado porque eventos extremos como El Niño, en 2016, hicieron que la pérdida acelerada de glaciares, que ya se está viviendo, se acentuara. Se estima que en 10 años el nevado de Santa Isabel y del Tolima desaparecerán”, dice el ministro Lozano. Para él, esto es grave, ya que los glaciares sirven como reservorios de agua para las temporadas de sequía.
Otro factor que se suma al deshielo de los glaciares es la deforestación, que termina por afectar las cuencas de los ríos colombianos. Lozano resalta el incremento que ha sufrido la tasa de deforestación desde el 2015. En el 2017 se perdieron 219 973 hectáreas de bosque y el ministro revela que para 2018 ─aunque no se ha hecho oficial la tasa de ese año─ se espera un incremento de más del 20 %, “y la tendencia en 2019 sigue siendo al aumento”.
El ENA revela también que ciudades capitales como Bogotá, Cali, Cartagena, Cúcuta, Bucaramanga, Montería y Tunja presentan un déficit moderado de agua, mientras que las regiones Orinoquía, Pacífico y Amazonía presentan excedentes.
Las áreas hidrográficas en Colombia se dividen en Amazonas, Caribe, Magdalena-Cauca, Orinoco y Pacífico, siendo la Magdalena-Cauca donde vive la mayoría de la población del país y a su vez la cuenca más susceptible al desabastecimiento de agua. El estudio, a través del índice de Vulnerabilidad al Desabastecimiento Hídrico, determinó que 32 de los 44 afluentes del país que están en muy alto riesgo en un año seco se encuentran en la cuenca Magdalena-Cauca, es decir, un 73 %.
Por otro lado, si bien el transporte de los sedimentos en el agua enriquece los suelos y beneficia las actividades agrícolas, su aumento también puede producir consecuencias adversas como pérdida de productividad en cultivos debido a la erosión; sedimentación de cauces con disminución de la navegabilidad de los ríos; pérdida de la vida útil de los embalses; y contaminación de las aguas, ya que los sedimentos también transportan contaminantes como el mercurio.
Sobre este último elemento, el ENA menciona que ha aumentado su presencia en ecosistemas amazónicos afectados principalmente por minería de oro. Concentraciones por encima de lo permitido (0,001 partes por millón) se encontraron en los caños Amarillal y Telecom en el municipio de Taraira, en el departamento de Vaupés, en frontera con Brasil.
A nivel país, la estimación más reciente para vertimiento de mercurio es de 2016, año en que 183 toneladas de este elemento terminaron en el agua y en el suelo. El 85 % provino de la minería de oro y el 15 % de la explotación de plata.
Los departamentos colombianos donde más se hizo minería aurífera fueron Antioquia (41 %), Chocó (24 %), Nariño (15 %), Bolívar (7 %) y Caldas (4 %). Las fuentes de agua con mayor afectación por mercurio son el río Guaitará, el Mira, el Nechí, el Cimitarra, el Iscuandé y el Telembí; algunos de los cuales desembocan en el Magdalena ─el principal río de Colombia─.
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Calidad del agua, potabilización y saneamiento
En el estudio del agua hay otra variable que preocupa. Con base en 354 muestreos se encontró que el índice de calidad del agua varía entre aceptable y muy malo. Además, en ninguna estación de monitoreo se encontró el recurso dentro de la categoría “buena”.
Sumado a esto, José Luis Acero, viceministro de Agua Potable y Saneamiento Básico del Ministerio de Vivienda, reveló que 350 de los municipios en Colombia (32 %) no tienen acceso a agua potable de calidad, mientras que 450 sufren por la continuidad del líquido en sus casas ─reciben el agua durante menos de 20 horas al día─ y la brecha entre la cobertura a nivel urbano y rural sigue siendo muy grande.
En términos de saneamiento el panorama no es positivo. “Menos de la mitad de las aguas residuales en Colombia pasan por plantas de tratamiento. Estamos por debajo de varios de los países de la Alianza del Pacífico (conformada por Colombia, Perú, Chile y México)”, afirma Acero.
El reto para Colombia es enorme pues universalizar el acceso al agua potable en los próximos 10 años le costará al país 62 billones de pesos (cerca de 20 millones de dólares), pero hacen falta 16 billones (5 190 000 dólares) y si no se cubre ese déficit es poco probable que se cumpla con la meta 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: agua limpia y saneamiento. “Lograrlo implicaría doblar los presupuestos del Sistema Nacional Ambiental (SINA), del Ministerio de Ambiente y del Ministerio de Vivienda”, pero eso es algo casi imposible de alcanzar dado el presupuesto actual del país.
Pero, además del dinero, se debe fortalecer la información, en especial en el tema de saneamiento. El ministro Lozano asegura que persisten las deficiencias de información y monitoreo para las aguas generadas, tratadas y vertidas. Tampoco se tienen estadísticas e información base sobre la infraestructura hidráulica (embalses, plantas de tratamiento de aguas residuales, plantas potabilizadoras, agua en bloque, distritos de riego, etc.).
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“El mar también es agua”
Los directores de los institutos de investigación ambiental resaltaron la gestión del Ideam en la consolidación de la información disponible sobre agua en Colombia. Aun así, el capitán Francisco Arias, director del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), asegura que es necesario contar con un capítulo para el análisis de los mares colombianos pues, “el mar también es agua”.
Arias destaca que 99 ríos principales llegan directamente al mar, 43 al Caribe y 56 al Pacífico. Según dice, es necesario prestarle atención a los océanos pues la contaminación de la agricultura y la minería ilegal pone cargas enormes en los cuerpos de agua que finalmente llegan al mar. “Esto genera problemas de sostenibilidad en nuestras costas”.
Según los indicadores del instituto hay una pérdida de calidad en las aguas, riesgos en la salud y en la seguridad alimentaria en las costas y un grave riesgo de pérdida de biodiversidad. Arias es insistente en un tema que refleja todos estos problemas y es la crisis de la Ciénaga Grande de Santa Marta en el Caribe, área que además es un humedal Ramsar. “La crisis de la Ciénaga es básicamente de agua, de desbalance hídrico entre agua dulce y agua de mar. La Ciénaga produce cerca del 80 % de la pesca del Caribe colombiano”, asegura.
El director de Invemar también afirma que los problemas de la ciénaga afectan la estabilidad de las costas y generan problemas de erosión en la vía que conduce de Barranquilla a Santa Marta “por alteraciones en los flujos de sedimentos que llegan a la Ciénaga”. Tanto el exceso de nutrientes por sedimentación como la hipersalinización generan los recurrentes eventos de mortandad de peces.
Así mismo, dice que es necesario seguir estudiando los efectos en el agua que causó la voladura del Oleoducto Trasandino en Tumaco, en un atentado efectuado por la guerrilla de las FARC en 2015 en el que se derramaron 410 000 galones de petróleo y al que las autoridades de aquella época calificaron como “el daño ambiental más grande que ha tenido el país en los últimos 10 años”. El evento dejó a cerca de 160 000 personas sin acceso a agua dulce y la contaminación llegó al mar a través del río Mira, con consecuencias que aún no se subsanan.
La biodiversidad y el aporte de los Parques Nacionales
Parques Nacionales Naturales (PNN) revela una cifra que llama la atención del sector ambiental colombiano: “3439 millones de dólares (1,1 % del PIB) es el aporte anual de los Parques en Colombia en términos de provisión y regulación hídrica”, dice Julia Miranda, directora de la entidad.
Miranda asegura que esta cifra sirve de sustento para quienes no logran entender o dimensionar la importancia de la conservación. Pero no solo esto, la directora ofrece más cifras y ejemplos que muestran la importancia de las áreas protegidas colombianas.
En el caso del PNN Los Nevados, la cuenca del río Chinchiná provee agua y cumple una función de retención de sedimentos que evita que 1,48 millones de toneladas de sedimentos anuales lleguen a la central hidroeléctrica de Caldas (Chec), lo que redunda, según dice, en menores costos para el tratamiento del agua. “La restauración de coberturas vegetales generaría un ahorro adicional de 11 000 millones de pesos (3,5 millones de dólares) anuales por sedimentación evitada”, explica Miranda.
Otro ejemplo es el PNN Paramillo ─entre los departamentos de Antioquia y Córdoba─ del cual sale el 89 % del agua que llega a la hidroeléctrica de Urrá. “Solo la conservación del Parque representa utilidades de 2000 millones de pesos (650 000 dólares) en los próximos 35 años de vida útil del proyecto”.
De igual forma, Miranda resalta la labor del PNN Farallones de Cali, en donde nace el río Meléndez, el cual permite abastecer parte de la demanda de agua de la ciudad. Farallones retiene cerca de 1,8 millones de toneladas de sedimentos anualmente, lo que puede representar un ahorro de 456 000 millones de pesos (148 millones de dólares) en los próximos 20 años para el acueducto de la tercera ciudad de Colombia.
“El ENA nos otorga todo el conocimiento teórico y técnico necesario para desarrollar los planes de monitoreo para la conservación efectiva de los parques”, afirma Miranda.
Por su parte, Hernando García, subdirector de Investigaciones del Instituto Alexander von Humboldt, destaca la importancia del Estudio Nacional del Agua, al indicar que “Colombia es un país anfibio” pues cuenta con más de 48 000 humedales ─entre lagos, ríos, ciénagas, esteros, etc─, que abarcan cerca del 26 % del territorio continental.
García es enfático en que los ríos son fundamentales para la gestión integral del territorio y que Colombia cuenta con más de 1500 especies de peces de agua dulce, siendo superado, a nivel mundial, solo por Brasil. De estas especies, 543 son utilizadas por diferentes comunidades para su seguridad alimentaria y sustento económico.
García dice que el estado de la biodiversidad puede decir mucho sobre el estado del agua. Por ejemplo, hay 54 especies de peces de agua dulce amenazados, 26 de cangrejos y 11 de reptiles, “eso también nos habla del agua”.
Colombia cuenta ahora con un informe completo y actualizado sobre su recurso hídrico. Sin embargo, queda claro que aún es necesario incorporar algunos temas en el análisis. Y quizás, una de las conclusiones más importantes sea que, como dice el ministro Lozano, el país necesita más gente formada en hidrología. “Estamos en deuda. Es vital que existan carreras de pregrado que brinden esta formación a todos aquellos que reconocen la importancia del agua”.
(Aquí puede descargar el Estudio Nacional del Agua)
*Imagen principal: Colombia cuenta con el 50% de los ecosistemas de páramo en el mundo. Son considerados grandes fábricas de agua. Foto: Corpoboyacá.
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