- El incendio afecta el 70% de las 15 000 hectáreas de la reserva biológica Tres Gigantes, una de las pocas dedicadas a la conservación de la biodiversidad en Paraguay.
- En la madrugada de este domingo se confirmaron nuevos focos de incendio en esta reserva.
- 21 000 hectáreas del Pantanal paraguayo han sido afectadas por las llamas.
Según registros satelitales de Guyrá Paraguay, organización que maneja la estación biológica Tres Gigantes, ubicada a orillas del Río Negro en el Pantanal Paraguayo, el fuego comenzó el 17 de agosto dentro del Parque Nacional Río Negro. Los científicos de la estación biológica, ubicada muy cerca del área protegida, fueron testigos del inicio de este desastre. El viento hizo que las llamas rápidamente se extendieran y en cuestión de horas cientos de hectáreas estaban ardiendo. El incendio aún no ha sido controlado.
El Pantanal paraguayo forma parte del Gran Pantanal, un extenso territorio que comparten Brasil, Paraguay y Bolivia, y que representa una de las principales reservas de humedales de Sudamérica. Ubicada en el departamento de Alto Paraguay, es una zona extremadamente rica en biodiversidad situada a su vez dentro del Gran Chaco americano, la segunda área natural más grande de toda la región después de la Amazonía, que hoy también está en llamas.
Cuando se creía que el fuego estaba controlado, en la madrugada de este domingo, miembros de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) y bomberos voluntarios encontraron nuevos focos de incendio en plena reserva. Los técnicos sostienen que el viento y el ambiente seco avivan el fuego.
Sobre los daños ambientales, José Luis Cartes, directivo de Guyrá Paraguay, asegura que la vegetación en su mayor parte se conforma de palmares de Copernicia alba que están adaptados a los incendios. Es por ello que cuando vuelven las lluvias, explica, el ecosistema se regenera rápidamente. Sin embargo reconoce que algunas especies de fauna sí tardarán en recuperarse.
La nutria gigante (Pteronura brasiliensis) que es endémica de esta parte del mundo, el gran oso hormiguero (Vermilingua) y el armadillo gigante (Tatu carreta), todas especies en peligro de extinción, habitan la estación biológica Tres Gigantes por lo que este incendio es un golpe duro a la biodiversidad.
“Tenemos registros de mortandad de tortugas, serpientes, armadillos, mono titi y también osos hormigueros. Es muy difícil estimar el daño a las poblaciones y a todas las especies afectadas, pues en muchos casos los animales muertos son retirados rápidamente por los animales carroñeros”, dice Cartes.
Además, el Parque Chovoreca –en el alto Chaco Paraguayo, una extensa área de unas 100 000 hectáreas– también se está quemando. Se estima que en esta zona del Chaco paraguayo se han perdido unas 16 000 hectáreas por las llamas. La SEN envió uno de sus helicópteros para supervisar la zona y efectivamente se confirmó que hay focos en actividad.
Tanto en Pantanal como en Choroveca, que en total ya suman 37 000 hectáreas de bosque consumidas por las llamas, según registro de la SEN. Las autoridades han confirmado que el fuego se originó por intervención humana, aunque los detalles aún están siendo investigados.
Al otro lado de la frontera, del lado boliviano del Gran Pantanal, el fuego perjudicó al Parque Nacional Otuquis con más de 25 000 hectáreas. Y del lado brasileño, en el parque Nabileque, otro incendio grande arrasó con 30 000 hectáreas, asegura Cartes. Sin embargo, esto al menos ya no tiene indicios de que pueda traspasarse hacia el lado paraguayo.
Según datos de la Secretaría de Emergencia Nacional, unas 60 personas fueron asistidas en el departamento de Alto Paraguay por inhalación de humo, irritación en los ojos y problemas para respirar.
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La intervención humana
Para Darío Mandelburguer, director general de protección y conservación de la biodiversidad del Ministerio del Ambiente (MADES), la acción humana en esta catástrofe es evidente. En entrevista con Radio Nacional del Paraguay, Mandelburguer dijo que el mal manejo de las quemazones o quemas para despejar terreno para la agricultura o ganadería disparó la problemática.
El departamento de Alto Paraguay ha ganado fama de ser un gran lugar para la ganadería en los últimos años. Según el Ministerio de Agricultura, el año pasado, la población bovina fue de 1 636 840 cabezas de ganado. Un número que décadas atrás era impensable para esta zona del país. Sin embargo, esto también acarreó una situación difícil con respecto a las quemazones que se hacen para los campos ganaderos, además de la deforestación.
Registros del MADES indican que de enero de 2014 a enero de 2018, Alto Paraguay perdió 276 459 hectáreas de bosque. La mayoría de esta deforestación corresponde a proyectos ganaderos instalados que van creciendo en el departamento.
Para Oscar Rodas, director de cambio climático del Fondo Mundial Para la Naturaleza, WWF Paraguay, es urgente y necesario trabajar con los encargados y dueños de establecimientos ganaderos sobre las buenas prácticas para evitar que este tipo de situaciones vuelvan a presentarse. Además, resalta que se necesita la presencia estatal para evitar y controlar los incendios antes de que estos se extiendan.
En el caso de Choroveca, Rodas explica que en esta época del año es casi normal tener algún tipo de incidente de incendios. “El fuego es parte de la naturaleza, el problema se origina cuando hay una intervención humana que por lo general termina en una catástrofe”, dice y se pregunta sobre el origen del desastre reciente “¿Cómo es posible que se haga fuego en pastizales, si es que esto efectivamente fue así, dentro de un área protegida? Esto se tiene que investigar”.
Controlar el incendio en el pantanal paraguayo es toda una odisea. En Paraguay, los bomberos son voluntarios por lo que los rescates dependen de quienes están en sus horarios de guardia. En esta ocasión se hizo el llamado para que las compañías de varias ciudades lejanas al Pantanal apoyen con sus bomberos forestales capacitados.
En Bahía Negra, la localidad más cercana a la reserva biológica y al Parque Río Negro, operan actualmente 13 bomberos forestales y nueve funcionarios de la SEN, además de los propios guardaparques que trabajan día y noche para tratar de controlar los nuevos focos. Dos helicópteros Bambi Bucket (sistema de bolsas de agua para combatir el fuego) de la SEN trabajan en la zona de la estación biológica y en Choroveca.
El MADES envió un equipo fiscalizador que está trabajando en la zona del incendio. En principio, el objetivo es verificar la situación de la fauna que sigue viva y tratar de tener algún registro del daño a la vida silvestre.
El Congreso de la Nación, a su vez, emitió una declaración de emergencia ambiental en la zona, con el objetivo de trabajar en el rescate de los animales y atender a la población cercana.
Foto principal: Guyrá Paraguay
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