- La tecnología le ha permitido a los científicos llegar donde nunca antes habían podido para observar el comportamiento de las aves en el mar.
- Las aves marinas cumplen la importante función de fertilizar el mar para que este pueda producir el alimento que nutre toda la vida que se desarrolla en los océanos.
La historia en 1 minuto. Video: Mongabay Latam.
Cuando Carlos Zavalaga descubrió que quería dedicarse a estudiar las aves marinas, estaba sumergido en un mundo molecular investigando si algunas plantas tradicionales en Perú podían o no curar el cáncer.
Fue durante una visita a Punta San Juan al sur del Perú —que forma parte de la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras (RNSIIPG)— que decidió virar su interés científico hacia un área de la investigación que, a inicios de los 90, no había generado aún mucha información. Básicamente, Zavalaga había quedado fascinado con la fauna que, por primera vez, podía admirar con ojos de biólogo.
En 1997 obtuvo su título en Biología en la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Luego se sumó al equipo de investigadores del Instituto del Mar del Perú (Imarpe), en el área de Mamíferos Marinos, y continuó después con sus estudios de maestría en Estados Unidos y un doctorado en Japón. Hoy Zavalaga es investigador titular de la Unidad de Investigación de Ecosistemas Marinos-Grupo Aves Marinas de la Universidad Científica del Sur, en Perú.
Esta Unidad ha sido creada en colaboración con el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP) y el Banco Mundial para realizar investigaciones en aves marinas relacionadas a la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras.
El investigador se ha convertido en un experto del biologging, es decir, en estudiar el comportamiento de las aves en el mar a través del uso de nuevas tecnologías de monitoreo. Es así como actualmente lidera una investigación para filmar, mediante cámaras instaladas en el lomos de las aves guaneras, la batalla que estas libran en el mar para cazar anchovetas.
Mongabay Latam conversó con él sobre su amor por las aves, sus amenazas y las inmensas oportunidades que la tecnología ha abierto para la ciencia.
Cuando fuiste a Punta San Juan y decidiste dedicarte a la investigación de ecología, imagino que ya habías visto antes toda esa fauna. ¿Qué fue diferente aquella vez?
Poder ver cómo se comportaban los animales en base a los principios teóricos que yo había estudiado. Por ejemplo, los comportamientos de defensa del nido, cómo se alternan las parejas para su cuidado, ver si el macho tiene un rol diferente al de la hembra. Preguntas básicas para saber cómo ese comportamiento había evolucionado para ayudar a que la especie prolifere.
Algo importante que hizo que me inclinara hacia el estudio de aves marinas en el Perú es que aquí, a diferencia de otros países, no se sabía absolutamente nada sobre aves marinas. Entonces, había todo un campo de posibilidades para el desarrollo de investigaciones.
¿Cuál es tu ave marina preferida?
Esa es una pregunta difícil. Es como preguntarle a alguien si tiene un hijo preferido. Yo no tengo un ave preferida porque cada una de ellas tiene algo especial.
El zarcillo (Larosterna inca), por ejemplo, que es un gaviotín, anida en huecos. Todos los otros gaviotines anidan sobre la superficie. Además, tiene una coloración que no es blanca como la tienen muchos otros gaviotines. Entonces, esta especie es especial porque tiene comportamientos y características que la diferencian de otras.
Una especie de pardela que estudié en Japón es fascinante porque cruza un estrecho al norte de Japón donde hay vientos extremadamente fuertes y solamente ciertos individuos pueden pasar ese estrecho para alimentarse del otro lado. Así, te podría ir nombrando características propias de cada especie.
Pero para darte una respuesta, diría que el ave que menos problemas me ha ocasionado es el piquero de patas azules. Cuando comencé a estudiar aves marinas en Perú, me di cuenta de que era complicado capturarlas, que las condiciones del terreno no eran muy óptimas porque estaba lleno de garrapatas, de parásitos. Pensé que siempre era así, pero cuando fui a estudiar a los piqueros de patas azules (Sula nebouxii) me di cuenta de que se dejaban capturar muy fácilmente, que los manipulabas y los dejabas en sus nidos y seguían con su vida normal.
Era como el paraíso de la investigación porque estos piqueros eran bastante accesibles y el ambiente era mucho menos hostil. Desde ese punto de vista, podría decir que los piqueros de patas azules han sido mis aves preferidas.
¿En qué contribuyen las aves a los ecosistemas marinos?
Esa es una pregunta muy importante. Los ecosistemas son como una especie de engranaje en donde si falta una pieza todo se puede derrumbar, pero una función particular de las aves marinas es que estas defecan y esos productos de desechos son fertilizantes. El caso típico es el guano de las islas guaneras que se acumuló hace un siglo y medio atrás, y que sirvió como fertilizante para los campos de cultivo en Europa.
Las aves, cuando salen a comer y regresan, también fertilizan el mar que se comporta como un área de cultivo donde, en lugar de haber plantas, está el fitoplancton. El fitoplancton no solamente captura el CO2 del medio ambiente y produce y libera oxígeno, sino también es la fuente principal de alimento para toda la cadena alimenticia. Al igual que las plantas, el fitoplancton necesita de fertilizantes, es decir, compuestos inorgánicos para poder producir los alimentos que se necesitan. Ese fertilizante precisamente lo dan, entre otros animales, las aves marinas, porque a la hora de dirigirse a sus zonas de alimentación en el mar van botando este fertilizante al agua que entra al ciclo productivo del mar para que el ecosistema funcione y haya alimento.
Hay algunos casos de islas oceánicas en donde la vegetación depende netamente de la fertilización en tierra que entregan las aves marinas, es decir, que estas contribuyen a la fertilización del suelo a través de su heces.
¿Cuál ha sido la investigación que más te ha gustado hacer?
Esa es como la pregunta del ave preferida. Yo empecé haciendo estudios de comportamiento como todo biólogo con sus binoculares. Llegó un punto en el que me fascinó el uso de aparatos electrónicos para el estudio de las aves, porque justamente estos aparatos electrónicos hacían posible estudiarlas en ambientes donde no las ves.
Entonces, las investigaciones que más me han gustado son justamente aquellas que involucran el uso de aparatos electrónicos pequeños que se le colocan a las aves y que nos dan información de lo que ocurre en lugares tan remotos, tan lejanos, de miles de kilómetros en algunos casos a la que no podemos acceder de otro modo. Esa es la línea de investigación que vengo siguiendo en la actualidad.
¿Qué información permite recolectar esa tecnología?
La tecnología ofrece muchas ventajas. Por ejemplo, permite recolectar, en poco tiempo, información que a los biólogos les tomaría muchos años. También permite acceder a zonas a las que el ser humano no puede llegar. Con drones, por ejemplo, se pueden contar animales, desde el aire, de forma remota y además con un mínimo impacto en la fauna, en zonas de muy difícil acceso. En el caso particular de las aves marinas, la tecnología nos permite entender las interacciones que tienen estos animales con los peligros que enfrentan en el océano. Por ejemplo, hemos podido saber cómo los albatros mueren en los anzuelos de los palangres.
También otros investigadores han podido descifrar los parámetros fisiológicos que presentan las aves ante diferentes estímulos antrópicos como el turismo. Las visitas de los humanos afectan el ritmo cardíaco de los pingüinos. Los turistas dicen “¡mira el pingüino! Está ahí paradito no le pasa nada”, pero su corazón está latiendo a 150, 200 beats por minuto. ¿Cómo es posible saber eso? Porque se le colocan justamente aparatos externos que miden el ritmo cardíaco.
También, recientemente, la tecnología nos ha permitido detectar embarcaciones ilegales pescando en zonas donde no deberían estar.
¿Dónde se han detectado esas embarcaciones?
Las embarcaciones pesqueras tienen un radar funcionando las 24 horas del día. El radar permite a los barcos detectar cualquier obstáculo dentro de un rango para no colisionar con otras embarcaciones. Estos radares emiten unas ondas electromagnéticas que al tocar un objeto rebotan y son captadas justamente por la antena del radar que puede determinar distancia y forma del obstáculo.
En el Océano Índico, se le han instalado a las aves marinas, particularmente a albatros que tienen rangos de alimentación de miles de kilómetros, unos pequeños aparatitos que captan las ondas electromagnéticas del radar. Cuando regresa el ave a su isla, el investigador le saca el aparato, lo conecta a la computadora y puede saber dónde estaban esas embarcaciones. De esa manera, las aves pueden funcionar como detectives para identificar pesca ilegal.
¿Cuál es la situación y conservación de las aves marinas en Chile y Perú?
Perú y Chile comparten algunas especies como los pingüinos de Humboldt (Spheniscus humboldti), los zarcillos, los guanay (Leucocarbo bougainvillii), los piqueros, los pelícanos (Pelecanus), algunas golondrinas de mar y algunas especies de gaviotas. No todas estas especies están en peligro de extinción, pero para citar algunos ejemplos ese es el caso del pingüino de Humboldt, de algunas aves guaneras y del potoyunco.
Casi todas las especies comparten las mismas amenazas. La captura incidental en las redes de pesca es una de las principales amenazas que tienen, por ejemplo, los pingüinos de Humboldt. Los pescadores no salen a pescar pingüinos sino diferentes especies de peces para el consumo humano, pero usan un tipo de red que los pingüinos no ven y cuando estos la cruzan se enredan. Cuando los pescadores levantan las redes, los pingüinos ya están muertos porque se ahogaron. Esa es una amenaza que comparten muchas especies de aves marinas tanto en Chile como en el Perú.
Otro peligro es la introducción de especies invasoras en los lugares de anidación de las aves marinas. Estas no conocen a las ratas ni a los animales domésticos como los gatos, por lo que no tienen mecanismos de defensa frente a ellos.
La competencia del alimento con las pesquerías comerciales, particularmente la de anchoveta, es otro problema. Al extraer una porción de la biomasa de anchoveta se le resta alimento a las aves. También hay efectos de turismo no sostenible que provoca disturbios que molestan a los animales, además de la cacería para el consumo humano que aunque es muy restringido todavía existe.
¿Qué aves se consumen todavía?
Todavía se matan guanayes para la venta de su carne aunque es un ave que en Perú está considerada como Vulnerable y su caza es ilegal.
En términos generales, las aves marinas siguen teniendo problemas de apoyo por parte del Estado para una conservación efectiva. Si bien hay leyes y hay reservas marinas, los controles de vigilancia no son óptimos y las leyes no se aplican como deberían aplicarse. Por ejemplo, todavía se cazan guanayes y en algunas zonas se sigue usando dinamita para pescar lo que también impacta a las aves marinas. A pesar de que está prohibido por ley, se hace. En el tema de especies invasoras no se está haciendo nada. Entonces, el nivel de conservación de aves marinas es muy precario, hay poca información sobre el rol que tienen y los servicios ecosistémicos que brindan.
Imagen Principal: Colonia reproductiva de cormoranes guanayes en Punta San Juan, Perú. Foto: Unidad de Investigación de Ecosistemas Marinos-Grupo Aves Marinas de la Universidad Científica del Sur
Citaciones:
Paredes, R., Zavalaga, C. B., & Boness, D. J. (2002). Patterns of egg laying and breeding success in Humboldt penguins (Spheniscus humboldti) at Punta San Juan, Peru. The Auk, 119(1), 244-250.
Zavalaga, C. B., Benvenuti, S., Dall’Antonia, L., & Emslie, S. D. (2007). Diving behavior of blue-footed boobies Sula nebouxii in northern Peru in relation to sex, body size and prey type. Marine Ecology Progress Series, 336, 291-303.
Zavalaga, C. B., Halls, J. N., Mori, G. P., Taylor, S. A., & Dell’Omo, G. (2010). At-sea movement patterns and diving behavior of Peruvian boobies Sula variegata in northern Peru. Marine Ecology Progress Series, 404, 259-274.
Zavalaga, C. B., Dell’Omo, G., Becciu, P., & Yoda, K. (2011). Patterns of GPS tracks suggest nocturnal foraging by incubating Peruvian pelicans (Pelecanus thagus). PloS one, 6(5).