- Fiscalía Especializada en Materia Ambiental de Loreto destruyó nueve embarcaciones dedicadas a la extracción de oro ilegal en la cuenca del Nanay.
- En la cuenca de este río se encuentran la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana y el Área de Conservación Regional Alto Nanay, Pintuyacu y Chambira.
Nueve pequedragas han sido destruidas en el río Nanay en Perú durante el mes de octubre. Pero no son las únicas embarcaciones destinadas a la extracción ilegal de oro que surcan este río en la región amazónica de Loreto.
El fiscal Carlos Castro Quintanilla, de la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA) de Loreto, señala que se han detectado por lo menos 23 de estas naves en diferentes sectores de la cuenca del Nanay, ubicadas cerca de las comunidades nativas. “En un mes hemos destruido nueve. Estamos a tiempo de frenar esta ilegalidad”, asegura Castro Quintanilla, luego del último operativo denominado Tahuampas del Nanay II, realizado el 28 de octubre en las comunidades de Puca Urco y Diamante Azul.
Dos semanas antes, Castro Quintanilla realizó un operativo de interdicción —Tahuampas del Nanay I— en el sector de la comunidad nativa San Juan de Ungurahual, otra de las comunidades donde se han instalado estas dragas que se arman sobre peque peques —lanchas de madera que se usan en los ríos de la Amazonía peruana— con el fin de extraer ilegalmente oro del lecho de los ríos en Loreto.
En ambos operativos participó personal de la Marina de Guerra del Perú, de la Dirección Regional de Energía y Minas (DREM), Aduanas, de la Autoridad Regional del Ambiente (ARA) y de la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana.
El Nanay no es la única cuenca donde existen estas embarcaciones. En el río Napo también se encuentran las denominadas pequedragas dedicadas a esta actividad ilegal como da cuenta un reportaje de Mongabay Latam del 2019.
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Las investigaciones en el Nanay
El fiscal Castro Quintanilla señala que los operativos no solo tienen como objetivo destruir las dragas, sino también encontrar los vínculos de las personas que financian esta actividad ilegal. “Los teléfonos celulares y los documentos que hemos encontrado contienen información relevante para avanzar con las investigaciones”.
Durante los operativos se incautó tres teléfonos satelitales, bombas de oxígeno para buzos y mercurio, entre otros objetos utilizados en la extracción de oro. Muchos de estos insumos —señala la Fiscalía— estaban escondidos en las comunidades frente a las que se instalaron las dragas.
“En los ríos Nanay y Napo las pequedragas son artefactos cada vez más grandes, tripuladas hasta por siete personas y cada uno cumple un rol. Los motores que ahora usan son cada vez mayores y pueden costar hasta 40 mil soles”, explica Castro Quintanilla, quien además recuerda que las investigaciones sobre la presencia de las pequedragas en los ríos Napo y Nanay comenzaron a partir del reportaje publicado por Mongabay Latam.
De acuerdo con los cálculos realizados por la Fiscalía de Loreto, cada draga extrae aproximadamente 100 gramos de oro por día, cuyo valor bordea los 20 000 soles (5500 dólares). “Se trata de un negocio ilícito muy lucrativo”, agrega Castro Quintanilla.
El fiscal adjunto Bratzon Saboya menciona que cuando asumió su cargo en la FEMA de Loreto no encontró ninguna sentencia por minería legal y varias denuncias archivadas sobre esta actividad ilícita. “Quienes denunciaban estos hechos estaban decepcionados porque no veían resultados. Sabemos que estos casos involucran no solo a mineros y financistas, sino también a autoridades”, comenta el fiscal adjunto.
El fiscal Saboya también explica que el oro del río Nanay tiene mayor valor debido a su mayor grado de pureza, comparado con el que se extrae del Napo. En la cuenca del Nanay —dice— se han instalado una mayor cantidad de pequedragas.
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Ecosistemas frágiles en riesgo
El biólogo Kenny Hualinga menciona que en la cuenca del río Nanay se encuentran dos áreas protegidas: la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana y el Área de Conservación Regional Alto Nanay- Pintuyacu-Chambira. “Son ecosistemas frágiles y si continúa esta alteración vamos a tener ecosistemas muertos”.
Según el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana protege, principalmente, una muestra representativa de bosques de arena blanca y los bosques inundados por las aguas negras del río Nanay; mientras que el ACR Alto Nanay-Pintuyacu-Chambira, además de los bosques de arena blanca e inundables por aguas negras, alberga bosques de altura de las cuencas de los ríos Nanay, Pintuyacu y Chambira.
Hualinga, quien lleva más de cinco años trabajando en las comunidades del río Nanay, también señala que en el Alto Nanay, donde está instalada la mayor cantidad de dragas, existen las únicas comunidades nativas de la etnia Iquitus, un pueblo que perdió gran parte de su población durante los siglos XVII y XVIII, por la presencia de epidemias tras la conquista española.
A fines de la década de 1990 e inicio de este siglo existían dragas en el río Nanay. Sin embargo —señala Hualinga— se logró erradicar a los mineros. “En ese momento no se instaló la ilegalidad en el Nanay, por el contrario, las comunidades con apoyo del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana lograron erradicar la minería aurífera del Alto Nanay, el Pintuyacu y el Chambira”.
En febrero del año 2003, el Gobierno Regional de Loreto emitió una ordenanza para declarar la cuenca del río Nanay como “zona de exclusión para actividades de extracción minera y para aquellas que alteren la cobertura vegetal”.
La ordenanza especifica que “cualquier actividad extractiva de minerales en este río tiene alto impacto en las características fisicoquímicas del agua, afectando la biodiversidad y haciéndola inadecuada para su consumo” y hace referencia a que la extracción de oro en los ríos contamina las aguas “tanto por el uso del mercurio, como por la remoción de los sedimentos que contienen metales pesados y substancias tóxicas”.
La prohibición de extracción de oro en el Nanay es anterior al decreto legislativo que se emitió en el año 2012, que prohíbe el uso de dragas y otros artefactos similares en los cursos de agua, ríos, lagos, lagunas, cochas, espejos de agua, humedales y aguajales.
En conversación con Mongabay Latam, un comunero de la comunidad nativa Diamante Azul —quien prefirió el anonimato por temor a las amenazas— dijo que las dragas han abandonado esa zona luego del último operativo realizado el 28 de octubre.
“Las dragas traían contaminación y el mercurio afectaba nuestros ríos. Hemos hecho denuncias públicas a la Fiscalía. Ahora la minería ilegal está saliendo de la zona”, dijo el comunero.
Imagen principal: Operativo en el río Nanay. Foto: FEMA Loreto.
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